Nazis en California: una ola de odio recorre el estado dorado
Nazis en California. Que los hay, los hay. Y más numerosos y persistentes con cada día que pasa.
Un fantasma recorre América, el mundo. Es la ola de odio creciente, las manifestaciones de hostilidad política, racial, religiosa, de género, de conducta sexual, ya sin tapujos, sin peros, sin verguenza ni atenuantes. Nos toca también a nosotros, en este estado.
Las fuentes del odio
Aquí, en Estados Unidos, el odio proviene de varias fuentes.
De políticos noveles, todos afiliados al partido Republicano, que se postulan a puestos electos municipales y estatales cabalgando una ola de hostilidad que incrementa su popularidad y un entusiasmo que garantiza que sus acólitos, si bien minoría, visitarán las urnas cuando sea necesario.
De agitadores en reuniones barriales y escuelas que son vecinos llenos de rabia y entusiasmo, que propician una persecución histórica contra libros de texto que juzgan dañinos. Uno de los políticos mencionados anteriormente confeccionó una lista de 850 libros que demanda prohibir.
De fieles cristianos que mezclan su conjunto particular de creencias cristianas y puntos de vista de extrema derecha, que vaticinan el fin del mundo y que abrazan abiertamente el cristianismo como una identidad fundamental. Para ellos la separación de iglesia y estado es ilegal.
Finalmente, de grupos paramilitares armados y extraordinariamente bien organizados, formados en gran parte por veteranos de guerra del ejército estadounidense.
Los ha despertado en general el Trumpismo con su base de resentimiento y agresividad. Pero más recientemente, la decisión de la Corte Suprema en junio de anular Roe v. Wade y poner fin al derecho constitucional al aborto, además de otras decisiones como que permite la oración religiosa en las escuelas y la financiación de los actos religiosos. Como se sabe, muchos estados están instituyendo la prohibición del aborto. Texas emitió una orden para investigar a los padres de niños transgénero por posible abuso infantil.
Están al servicio de la ideología del supremacismo blanco, que hasta hace poco pertenecía al basurero de la historia, donde se retorcía desde su derrota final en 1945 pero que levanta su fea cabeza.
Amenaza con engullirnos.
El enemigo de estos grupos, que en su imaginación tradicionalmente ha sido el afroamericano, ahora es también el latino, el liberal y hasta aquel cuyo crimen es votar por el actual partido de gobierno, el partido Demócrata.
Y por encima de esos odios revolotea siempre el odio contra los judíos.
Pero desde fines de 2016, su principal característica o identidad es el fanático apoyo a Donald Trump. Su acción más importante hasta hoy fue la intentona de insurrección del 6 de enero de 2021, con el asalto al Congreso en Washington.
Pero vivimos en California, donde los latinos constituyen el primer grupo étnico y los demócratas tienen súper mayorías en la legislatura y puestos de poder. Es un estado liberal, pro inmigrante, abierto a diversas etnias y religiones.
Y sin embargo, en numerosos condados el cuadro es diferente. Allí, se entremezclan los remanentes de grupos nazis y los movilizados por la mentira de Donald Trump de que perdió las elecciones presidenciales por un supuesto fraude. Sí, hay nazis en California y no son pocos. Y ya en 2010 escribíamos sobre los nazis en Los Ángeles.
El odio en California
Llamándolo una «epidemia de odio», el fiscal general de California Rob Bonta publicó el mes pasado el informe Crímenes de odio en California de 2021, que muestra que los crímenes de odio aumentaron en un 33% el año pasado, a un nivel no visto desde los ataques terroristas 911 en 2001.
En total, este tipo de crímenes aumentó en el estado en tan solo una década en un 90%.
En California se registraron en 2021 1763 denuncias de ataques personales contra personas cuyo delito es ser diferentes.
De ellos, 610 fueron remitidos para enjuiciamiento.
El principal blanco son los afroamericanos, con 513, un aumento de 12.5% respecto al año anterior.
Escribe Douglas Haynes en la publicación Forbes, que “Las personas negras solo representan el 6% de la población del estado, pero fueron el objetivo del 44% de todos los eventos de delitos de odio basados en la raza/etnicidad/origen nacional informados en 2021”.
Están todos ahí: los ataques contra asiático americanos subieron en 107% después de un aumento de 177% el año anterior. Contra gays subieron en 48%; contra judíos 32% y contra latinos, 30%.
Los ataques contabilizados son solo una fracción del total, ya que la mayor parte de ellos no se denuncian: por miedo, por descreer que las autoridades castiguen a los culpables, por falso optimismo o por todos esos motivos juntos.
Es el mismo optimismo con el que nos hemos engañado a nosotros mismos tantas veces en la historia, pensando que el odio no es cosa de seres humanos civilizados, equivocándonos.
“La pandemia dio paso a una epidemia de odio. Vimos las palabras intolerantes de nuestro expresidente convertir un hilo de odio en una inundación que se queda con nosotros”, señaló Bonta al presentar el informe, preparado por el Centro de Estadísticas del Departamento de Justicia de California.
Para combatir los delitos de odio, este 6 de julio el gobernador Gavin Newsom anunció la adjudicación de 30 millones de dólares que se repartirán durante el año a 12 organizaciones especializadas en “brindar servicios a los sobrevivientes y facilitar medidas de prevención contra el odio”. La suma se agrega a $14.3 millones en subvenciones a 80 organizaciones adicionales para financiar intervención para grupos en riesgo de sufrir delitos de odio.
En su informe annual, el Southern Poverty Law Center (SPLC), organización que investiga grupos de odio, identificó 65 de ellos en el estado de California, divididos en: Cabezas rapadas (racistas), anti musulmanes, antisemitas, nacionalistas blancos, neonazis, Neo Volkisch, grupos de Odio general / Música de odio, anti inmigrantes y anti-LGBTQ.
Con una rapidez pasmosa, los neonazis han estado ocupando en el partido Republicano – también en California – el vacío que generó la desbandada de los elementos tradicionales con el ascenso del Trumpismo.
Esto significa que entran de lleno a la política de mainstream, que se postulan para puestos electorales en numerosos estados, y que algunos funcionarios electos en las legislaturas estatales pasan a engrosar sus filas.
Los grupos simpatizantes con los nazis en California son más influyentes y su presencia más pronunciada en los condados más pequeños, por lo general.
Condado de Shasta
En California, los miembros de la milicia se han vuelto políticamente activos, particularmente en el condado de Shasta, de 182,000 habitantes, en el norte del estado. Su capital es Redding. Allí, el infante de marina retirado Carlos Zapata y miembro de una milicia local lideró la destitución exitosa de un supervisor del condado, lo que llevó a una mayoría de extrema derecha en la junta.
Condado de Orange
El condado de Orange fue en el pasado un bastión inexpugnable del partido Republicano. Los cambios demográficos llevaron a la elección de funcionarios latinos, a partir de la victoria de Loretta Sánchez contra Bob Dornan en 1997 para un puesto en el Congreso.
Pero la supremacía blanca, que tiene una larga historia en el condado, persiste. También persiste el que los funcionarios no tomen en serio las amenazas de grupos de filiación neonazi.
Por ejemplo, el «Movimiento Rise Above» (RAM), un club de lucha racista con sede en el sur de California saltó a la fama por sus confrontaciones sangrientas con los manifestantes antifascistas en la marcha “Unite the Right” en Charlottesville, Virginia, que como se recordará, terminó con la muerte de Heather Heyer y las heridas de decenas de ellos.
Cuatro de los miembros de RAM fueron enjuiciados por sus acciones durante ese mitín, todos provenientes del Sur de California.
En el condado de Orange se registraron por años incidentes que las autoridades calificaron de “benignos”. La foto muestra un grupo de alumnos de secundaria de la escuela Pacifica (sic) en Garden Grove haciendo el saludo nazi.
Sería “benigno” si no fuese seguido por el hostigamiento simultáneo de los alumnos judíos en Pacifica al punto que tuvieron que cambiar de escuela.
Durante una marcha pro Trump en 2017, organizada por RAM, hubo una pelea entre uno de los organizadores, Tyler Laube, y Jessica Aguilar. El gobierno federal enjuició a Laube y siete provocadores más del grupo. Laube se declaró culpable de conspiración en el caso durante el juicio que tuvo lugar un año después.
Pero el condado de Orange, en cambio, solamente demandó y enjuició a la joven Jessica Aguilar, por supuestamente darle cachetadas a Laube. Aguilar fue arrestada, acusada y tuvo que comparecer 25 veces en corte en los siguientes dos años.
Ninguno de los nazis fue procesado por el condado.
Otro de los ocho arrestados fue Robert Paul Rundo, quien mientras la FBI lo buscaba huyó a Centroamérica, de donde fue extraditado al año siguiente .
El año pasado, cuatro miembros del grupo fueron enjuiciados por su participación en varios ataques violentos similares en mítines políticos. Un juez local declaró que la ley bajo la cual los cuatro eran acusados era anticonstitucional, y el caso pasó a un tribunal federal, que canceló el fallo. Entre ellos están Tyler Laube y Robert Rundo.
Condado de Riverside
El Sheriff del condado de Riverside Chad Bianco, fue recientemente reelecto en junio del presente año, incluso después de que se hizo pública su membresía anterior en Oath Keepers, gracias a Distributed Denial of Secrets.
Oath Keepers es uno de los grupos más importantes del movimiento de milicias armadas de extrema derecha, y 17 de sus miembros están actualmente siendo juzgados por su participación en el asalto contra el Congreso del 6 de enero de 2021.
Bianco recibió para su reelección el apoyo del grupo californiano Freedom Revival, dedicado a la elección de candidatos fundamentalistas cristianos.
“Ciertamente no promueven la violencia y el derrocamiento del gobierno. Ellos defienden la protección de la Constitución», dijo Bianco de Oath Keepers, organización que se caracteriza por reclutar a militares y agentes del orden.
Bianco se defiende diciendo que ni recuerda su membresía, que fue a hace 40 años, y que no comparte la ideología racista y xenófoba. Puede ser.
Condado Mariposa
Un incendio forestal sigue ardiendo en estos momentos cerca de la ciudad de Mariposa, sede del condado del mismo nombre, que tiene una población de unos 18,000 residentes.
A fines de julio apareció en la ciudad una escuadrilla de uniformados como si fuesen soldados estadounidenses, pero que son miembros de la California State Militia Echo company, un grupo militarizado y armado (aunque no trajeron armas consigo), que cumplieron tareas reservadas a los bomberos al mismo tiempo que hacían proselitismo por su causa. Las autoridades alabaron su ayuda.
Hay más ejemplos, contemporáneos y recientes. Hay nazis en California. La ideología nazi ya no es marginal. Su popularidad crece, así como las filas de sus organizaciones y su ambición.
Es una parte del vertiginoso viraje a la extrema derecha propiciado por el expresidente Donald Trump.