Papás que abrazan y dan besos: sí, existen
Cuando era chica, pensaba que los papás que dan besos, que abrazan y que cuentan cuentos cuando te vas a dormir solo existían en las películas.
También pensaba que quizá era una cursilería porque eran escenas frecuentes que veía en una que otra telenovela mexicana.
Con el tiempo me di cuenta de que sí existían papás así; papás que te llevan a la escuela, que te abrazan cuando estás triste, que te dan besos y abrazos porque sí, y que se sientan a jugar contigo a las muñecas.
Mi papá no era uno de esos, nunca lo fue. No jugaba con nosotros, ni nos acariciaba, ni nos subía a su regazo y no nos contaba cuentos. Quizá era cosa de su generación. O quizá para entonces no se habían inventado los besos ni los abrazos.
Besos de papás
Pero yo sabía, a pesar de que era tan pequeña, que tener a alguien así en tu vida debía ser muy hermoso. Simplemente, ni mis hermanos ni yo tuvimos esa suerte.
Quizá por eso me conmovió tanto “Beso”, el cuento de Martha Riva Palacio Obón en el que una niña tiene una relación de ensueño con su padre. La relación que todos los niños –y no tan niños también– deberían tener con una figura familiar tan importante.
Sin embargo, siempre tuve muy claro que no quería repetir mi historia, y que si algún día iba a tener hijos quería que tuvieran un padre como el de las películas, como el de las telenovelas.
Tan determinada estaba con mi decisión que estaba dispuesta a no tener niños si no encontraba al papá que había idealizado para mis hijos.
Es por eso que el relato de Martha Riva Palacio me parece más una hermosa escena de la vida real que un cuento.
Y es que los papás deben ser todo eso que nos revela “Beso”: un caballo con alas, el cómplice con el que pintamos una carretera y un gigante de diez metros que te protege de monstruos, de los relámpagos y de los malos sueños.
Reflejo de mis hijos
Conforme pasé cada una de sus páginas, vi reflejada la vida de mis hijos con su papá. Por algo Víctor, de 5 años, le dedica casi todos sus dibujos a su padre, a quien pinta grande, fuerte, más poderoso que cualquier fiera.
La otra parte maravillosa del libro son las ilustraciones de Iratxe López de Munáin, que nos divierte con una estampida de jinetes invisibles, con tres conejos de polvo, con un relámpago que sonríe por la ventana y con un monstruo con cuernos llenos de plumas.
Y para que lo sepas, cuando le leas este libro a tus hijos, les estarás leyendo poesía porque Martha Riva Palacio no solo narra un cuento; con pocas, poquísimas palabras, la autora nos pinta imágenes aparentemente simples pero que están cargadas de colores y sonidos, de lugares y seres extraños y de acciones inmensamente tiernas.
Como un beso.
“Beso”, de Ediciones El Naranjo, está disponible en Amazon.com por aproximadamente 17 dólares. En México lo puedes encontrar en cualquier librería.
Publicado inicialmente en Sermamalatina.com.