Silencio, ha dicho la paloma / Roberto Quirós, primer premio
Silencio ha dicho la paloma
Pero mis párpados no mueren
Se vuelven vigilantes
Hacia los cuernos de la noche
Fálicos fantasmas con caras de cordero
Adivinando un zarpazo a la savia de los Polvos
Que pastan inocentes
Olvidados del tercer ojo
Hipnotizados con el fuego de los sueños Siempre-Serán
Frutos aromáticos
Míticos como el Árbol de la Vida
Y se esconden mis pasos en el cielo
El abismo no sólo es infinito sino también una caldera
El horno que tritura a los meñiques de alegría
Los tira al mundo
Ya tan ajados y enclenques que la Muerte
Señora de los felices
Ha querido olvidar.
Así son
Así van
Jorobados y con pilas
Dueños del maná divino
Todavía con palomas soñadoras arrebatándoles hoy un color al arco iris
Otro mañana
Tratando de rozar la caricia cenicienta de la vida.
Quedan mutilados y todavía sienten que cae un suave aliento de perspectivas infinitas.
Vuelan en cada sueño hacia un tiempo mágico
Y de él se aferran con los excelsos garfios de la esperanza.
Entonces
Sólo entonces
Se percata la Muerte
Señora de los felices
De su solemne derrota.