Sube el apoyo latino a Trump, ¿por qué?, y ¿qué hacer?
Como recordamos, en las elecciones de medio término de 2022, el 39% de los votantes latinos apoyaron a los candidatos republicanos. Donald Trump no estaba en las boletas electorales, pero se trataba en gran medida de un referendo sobre su personalidad.
Con la excepción del estado de Florida, los pronósticos que presagiaban una mayoría latina pro republicana fracasaron. Los vaticinios sobre una “ola roja” que barrería el país, como se sabe, no se cumplieron, ni entre los latinos ni en general.
En consecuencia, fue la elección con menos pérdidas para el partido gobernante – el demócrata – en 20 años.
Pero ahora, comenzamos a escuchar voces – algunas de emergencia, otras de júbilo – que señalan un movimiento de los votantes latinos a favor de los republicanos y contra la administración Biden. Eso de «Latinos por Trump» parece ya no ser una contradicción inherente.
A principios de mes se publicó una encuesta del New York Times y el Siena College según la cual Trump vencería a Biden en cinco de los seis estados indecisos (Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pennsylvania y Wisconsin), que son cruciales para ganar las elecciones, si éstas se celebrasen ahora.
Happy #CincoDeMayo! The best taco bowls are made in Trump Tower Grill. I love Hispanics! https://t.co/ufoTeQd8yA pic.twitter.com/k01Mc6CuDI
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 5, 2016
En todos ellos, la ventaja de Biden entre los hispanos, que es generalmente de más de 30 puntos, es de un solo dígito (es decir, de 9 puntos o menos).
Esta es la fuente o el motivo de su predilección: si bien en una proporción menor que entre los votantes blancos, 58% de los latinos y 57% de los afroamericanos dijeron que el país va por el mal camino. Bajo esa perspectiva, solamente el 50% de los latinos anunciaron que votarían por Biden – comparado con 60% que realmente lo hicieron en 2020, y el 42%lo harían por Trump. Y no menos importante: prácticamente el mismo porcentaje – solamente 30% a cada uno de ellos – dijo estar definitivamente seguros de su elección. Suficiente como para constituir el fiel de la balanza en varios de esos estados.
El 57% de los latinos está disconforme con la labor de Biden, menos que el 62% de los blancos, pero mucho más que el 40% de los afroamericanos, cuyo voto histórico por los demócratas parece mantenerse.
En nuestra comunidad, este el mayor apoyo a los republicanos desde 2004.
Otro sondeo, de CBS News, publicado el domingo arroja que más votantes latinos creen que estarán mejor económicamente bajo Trump que bajo Biden. Estas y otras encuestas coinciden en que los demócratas están perdiendo votos latinos (y afroamericanos). Es un cambio tangible que podría costarle a Biden la reelección.
Parecería que existen entre los republicanos más esfuerzos por granjearse el voto latino que antes, muestra de lo cual es la reciente entrevista de Trump en Univisión, que aunque tuvo un corolario de protesta de organizaciones comunitarias hispanas por lo que da la impresión de ser apoyo de la emisora al candidato, ilustra lo dicho.
El expresidente lleva sus tácticas de incitación y mentiras a nuestro público. En Florida, se presenta ante grupos de votantes de las comunidades cubana, venezolana, nicaragüense y colombiana como el mártir víctima de los socialistas y los comunistas en los cuatro juicios que se le celebran.
En Texas, Arizona y Nevada su equipo ha iniciado una serie de avisos en español que atacan al gobierno demócrata en temas de seguridad fronteriza y economía.
En todas partes repite su fórmula exitosa de mitines multitudinarios en los que habla de cualquier cosa por un par de horas y deja felices a los fanáticos de MAGA.
Los avisos de campaña y las comparecencias de Trump, sus hijos y otros delegados, se adaptan a las vicisitudes de los votantes, estado por estado. Y señalan los puntos flacos de la presente administración, que son reales y que no son pocos.
A los latinos también les importan los mismos temas que el resto de la ciudadanía: la inflación más que las inversiones en infraestructura; las regulaciones limitantes más que la lucha contra el cambio climático; los intereses hipotecarios a punto de subir; los altos precios de los automóviles. Y en materia migratoria, no los atrae la confusión y la división respecto a qué hacer con la frontera que existe en el partido Demócrata.
Sí, falta un año para las elecciones y la mayoría del electorado todavía no se ha decidido. Aún todo es posible. Y esta es solo una encuesta. Y las encuestas se equivocan. Y etcétera etcétera. Pero los números de latinos dispuestos a votar en contra de sus propios intereses a falta de alternativas son reales y aumentan. Y no parece que cambiarán en mucho a menos que los demócratas presten más atención y solucionen mientras tienen el poder de hacerlo los problemas que aquejan a nuestra comunidad. El voto latino no es más sobreentendido.