USAID: Musk y Trump destruyen el estado y después no saben qué hacer
La semana pasada, la administración Trump puso en licencia sin goce de sueldo a cientos de contratistas internos que trabajaban para USAID, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional. Luego por medios sociales el presidente Trump anunció una congelación de la ayuda exterior en todo el mundo. Esto incluyó participación en programas de cuidado de salud e investigación en decenas de países, y llevó al despido de miles de empleados extranjeros.
El próximo paso fue un asalto físico por parte de personeros de DOGE a la sede central de USAID en Washington, exigiendo documentación sobre el funcionamiento y el desembolso de fondos por parte de la organización.
DOGE – el “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, es una oficina sin estatus independiente ni visto bueno del Congreso, dentro de la Casa Blanca, liderada por Elon Musk, el hombre más rico del mundo, financista de la campaña del republicano y la eminencia gris detrás del Presidente.
La información que requerían era clasificada y cumpliendo la ley, los directores de seguridad de la agencia se negaron a entregarla.
Al día siguiente Musk anunció que “con el acuerdo” de Trump, estos funcionarios habían sido despedidos y efectivamente, fueron escoltados fuera del edificio.
También anunció que se había decidido disolver esa agencia. “Es hora de que muera”, escribió Musk en su plataforma X (antes Twitter) ayer, al tiempo que calificaba a USAID de “organización criminal”.
Miles de empleados recibieron una notificación por correo electrónico ordenándoles a quedarse en sus casas hasta nuevo aviso. Otros miles, trascendió, ya habían sido despedidos.
Los directores de misiones de todo el mundo están siendo convocados a regresar al país.
Finalmente, Trump nombró al secretario de Estado Marco Rubio como nuevo administrador de USAID.
El nombramiento de Rubio indica el propósito de fusionar las funciones de USAID, si es que sobrevive el embate, con el Departamento de Estado, lo cual socavaría severamente los intereses estratégicos de Estados Unidos, que descansan en tres ejes: diplomacia, desarrollo y defensa y que requieren una agencia independiente de las necesidades y posiciones inmediatas del gobierno de turno.
El derrumbe de USAID permitirá a otros – la Unión Europea, China, Rusia – ganar posiciones estratégicas, reemplazando a EE.UU.
El caos en el nuevo gobierno y la anarquía que presuponen sus decisiones, tomadas a la disparada, sin justificación, sin coordinación y sin explicación son más y más visibles con cada día que pasa.
Sus personeros están desmantelando rápidamente el aparato de gobierno, destruyéndolo sin ningún ánimo, propósito o proyecto de reconstrucción, y sin más justificación que la voluntad del Presidente.
USAID, establecida en 1961, es según el gobierno “la principal agencia estadounidense que brinda asistencia a los países que se recuperan de desastres, intentan escapar de la pobreza y emprenden reformas democráticas”.
Ha mejorado el mundo contribuyendo a la salud de mujeres en zonas de conflicto, acceso a agua potable, tratamientos contra el VIH/SIDA y lucha contra la corrupción, entre otras metas.
Tiene un presupuesto anual de 50,000 millones de dólares. A pesar de lo impresionante de la suma, constituye menos del 1% del presupuesto nacional. Es decir: no es el ahorro del dinero de los contribuyentes lo que persiguen Trump y Musk, sino un rediseño total del estado, su propósito y su lugar en el mundo. Reemplazan la cooperación y solidaridad con la agresión y el asalto.
Los trabajadores de USAID son estadounidenses patriotas que promueven el liderazgo estadounidense en términos positivos, en contraposición a la visión de rapiña que comparten Trump y Musk.
El Presidente, si es que tiene una ideología coherente, parecería creer que él solo es capaz de imponerse por la fuerza ante el mundo entero. Esta actitud sólo acelerará el fin del liderazgo estadounidense, causará una crisis económica global, y llevará al descenso de la calidad de vida de nuestra propia población.
La toma por asalto de instituciones nacionales recuerda la historia del ascenso del fascismo en Europa en el siglo pasado, y no menos las purgas del gobierno, las fuerzas armadas, los intelectuales y el campesinado por la NKVD en 1937 en la entonces Unión Soviética que costaron las vidas de millones.
Un aspecto que es importante señalar a esta altura es la formación de milicias armadas y con autoridad dentro del gobierno y que enfrentan la autoridad legal. Es cuestión de tiempo. En Alemania se llamaban la Gestapo, la SS y la SA. En la Noche de los Cuchillos Largos, 1934, la SA fue masacrada por orden de Hitler, algo magistralmente descrito por Luchino Visconti en La Caída de los Dioses. .
Las acciones de Musk son ilegales y contrarias a nuestros intereses nacionales. La agencia fue establecida por el Congreso y sólo éste tiene la autoridad para disolverla. La actitud del gobierno Trump/Musk echa por tierra un esfuerzo de más de 60 años de construir la imagen positiva de Estados Unidos, por medio de ayuda material que ha salvado la vida de millones de seres humanos.