Ve y vota; ignora las provocaciones, espera los resultados

En 2020, el votante estadounidense le negó a Donald Trump un segundo período presidencial. Una clara mayoría votó por Joe Biden. Eso implicó el fin, o al menos la interrupción de la larga pesadilla que vivimos bajo la presidencia de Trump. Muchos respiramos con alivio. Parecía el término de una larga noche. 

Sin embargo y como todos sabemos, el fracasado ex mandatario se negó a aceptar los resultados y falsamente sigue reclamando la existencia de un misterioso fraude electoral, un reclamo sin evidencias ni más sentido que prolongar el caos y justificar su propio intento de golpe y subsecuente debilitamiento del derecho al voto de las minorías, ni bien puedan. Un reclamo que Trump y sus repetidores ha repetido incansablemente porque le permite seguir siendo relevante en el mundo de quienes lo apoyan fanáticamente. 

Lamentablemente, a fuerza de repetición de la mentira ha logrado convencer a millones de sus adherentes. El ataque contra el Capitolio del 6 de enero de 2021 fue un ejemplo del efecto que tienen esas mentiras. Puede volver a suceder. 

Este martes 8 de noviembre se celebran elecciones nacionales de medio término. El pueblo estadounidense elige a la totalidad de la Cámara Baja – son 435 representantes – la tercera parte del Senado y a 36 gobernadores. En cada jurisdicción también se eligen concejales, supervisores, secretarios, y se vota por plebiscitos o proposiciones electorales diversas. 

Aquí, en California, el gobernador se postula para la reelección; hay una fuerte rivalidad entre los dos candidatos a alcalde de Los Ángeles, así como entre candidatos para el concejo municipal y la junta de supervisores del condado. Cuatro de los siete puestos electivos del estado están en juego.

También se presentan varias proposiciones para cuya aprobación se requiere la mitad de los votos o más. Una enmienda constitucional afianzará el derecho de la mujer al aborto; sendas propuesas pretenden abrir el estado a las apuestas de encuentros deportivos. En varios casos se ofrecen soluciones al grave problema del desamparo y la gran cantidad de homeless en nuestras calles. Finalmente, elegiremos a congresistas federales así como a asambleístas y senadores estatales.

Es la fiesta de la democracia. 

Una fiesta empañada por quienes quieren desconocer al gobierno constitucional. Quienes se basan en la hostilidad, el engaño y la acumulación y exhibición de armas de grueso calibre. Una celebración despreciada por quienes acechan cerca de los centros de votación, armados y enmascarados, supuestamente para prevenir un fraude que solo existe en sus mentes, pero en realidad para intimidar a la gente y prevenir que vote. 

Su propósito es sembrar la confusión y la inestabilidad, y profundizar su ataque contra la verdad de los hechos. 

Para contrarrestar sus intentos la respuesta en este momento es ignorar las provocaciones e insistir en votar. 

La república corre el riesgo de que los negacionistas y sus habilitadores asuman el control de ambas cámaras del Congreso, con lo que dedicarán los próximos dos años – hasta las elecciones presidenciales – a atacar a Joe Biden, obstaculizar su desempeño y prevenir que el gobierno funcione, por medio de la división y el rencor. 

La invasión de la casa de la presidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi en San Francisco por un extremista trastornado y la ausencia de condenas (se lo ha justificado de mil maneras) dan una idea de lo que pueden llegar a hacer aquellos incitados por las voces de la división y el odio.

 Llamamos a las autoridades a hacer todo para que el votante – el soberano – pueda votar en paz. 

Tengamos paciencia: muchos de los resultados no se sabrán inmediatamente, porque las contiendas están sumamente cerradas. Pueden llevar días o semanas hasta que se conozcan los ganadores. Esto no es señal de fraude, como indican quienes esperan la ocasión para cometer un fraude verdadero. Es señal de que se toma en serio el conteo de los votos.

Decíamos hace dos años y repetimos: se requiere mantener la calma, llamar a la tranquilidad, tener paciencia y no contestar las provocaciones. Y tomar en cuenta que muchos de los resultados quizás no se conozcan hasta que pasen días y quizás semanas.

Por todo eso, si eres ciudadano, y todavía no lo has hecho, ve y vota hoy. El martes 8 es el último día. En California los centros de votación están abiertos de 7 de la mañana hasta las 8 de la noche. Si no votaste hasta el fin de la jornada, perdiste. Y si no eres ciudadano, sea cual fuere tu condición, puedes ayudar estimulando a aquellos que pueden votar para que lo hagan. 

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