A pesar de que el problema mundial de la pandemia ocasionada por el virus COVID-19 continúa afectando diversos estados de nuestro país, existe un caso notorio en el que la comunidad latina se ha convertido en una de las principales afectadas, y es que de acuerdo al Distrito de Salud del Sur de Nevada, el 25% de las personas que han sido hospitalizadas por el virus COVID-19 son hispanos, sumando ya un total de 373 personas.
Es importante decir que a pesar de que las pruebas para detectar el denominado COVID-19 son gratuitas y a pesar de que el personal de salud no pregunta el estatus migratorio, ni indaga para obtener más información, la comunidad migrante no acude a realizarlas.
Algunos de los aspectos por los cuales la comunidad hispana se encuentra en mayor riesgo son por ejemplo el no tener la posibilidad de realizar trabajo a distancia, ya que sus empleos son principalmente de servicios públicos. Además viven en hogares multigeneracionales, que aumentan el riesgo de contagio y de impacto en personas de mayor edad.
Para poner en perspectiva, en el condado Clark de Nevada las personas blancas hospitalizadas son el 33% del total, mientras que representan el 42% de la población total.
Aunado a esta difícil situación de salud, de acuerdo al 21° Informe Anual del Estado del Aire -presentado por la American Lung Association- la ciudad de Las Vegas, Nevada, se encuentra entre las 10 más contaminadas por ozono, de todo el país. El reporte cubre los datos del año 2016 al 2018, y coloca a Las Vegas dentro de las 25 ciudades con mayor contaminación por partículas. Cabe señalar que en el informe anterior correspondiente al periodo 2014-2016, Las Vegas no figuraba en esta lista.
El ozono es un gas que existe en la atmósfera naturalmente, y que se acumula al nivel de suelo debido a las altas temperaturas, los vapores químicos y las emisiones de los automóviles. La contaminación por ozono, a menudo denominada smog, es un poderoso irritante respiratorio cuyos efectos se han comparado con una quemadura solar en los pulmones.
Por si fuera poco, ante las difíciles condiciones que enfrentan los hispanos, la alcaldesa de Las Vegas Carolyn Goodman, emitió una serie de declaraciones que denotan su nula preocupación por la salud de la comunidad y el riesgo que implicaría retomar actividades ante la contingencia actual.
Goodman sugirió en una entrevista “utilizar a los trabajadores como un grupo de experimento para así evaluar la efectividad de las medidas de distanciamiento social”. Asimismo consideró que la ciudad ha tenido diversos tipos de virus y que “ha permanecido abierta”, demeritando la gravedad de la propagación del COVID-19.
Todo esto, debido a que Carolyn Goodman busca abrir lo más pronto posible casinos, restaurantes y bares en Las Vegas, responsabilizando a las empresas por la seguridad ante los posibles contagios de COVID-19. Es una actitud déspota y por demás alarmante en una ciudad en donde hay 5,366 personas contagiadas y 296 fallecimientos por el COVID-19. en comparación, los contagios totales en el estado ascienden a 6,857 y 350 fallecidos a causa del virus.
Esto representa grandes riesgos, sobre todo para la comunidad latina. En una encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew, se indicó que alrededor de dos tercios (65%) de los latinos encuestados, dijeron que el virus representa una gran amenaza para la salud de todas las personas en Estados Unidos.
Recordemos que los latinos constituyen la mayor parte del grupo de ciudadanos sin seguro médico. Por ejemplo, La Unión Culinaria de Nevada tiene 60,000 miembros en todo el estado, de los cuales 54% son latinos. Se han quedado desempleados debido al cierre de los casinos. Reanudar las actividades representaría un riesgo mayor de contraer el virus para la comunidad latina.
Ante la contingencia de salud es necesario tomar medidas desde distintas perspectivas. Este es un momento crítico para la salud de miles de personas, en especial las comunidades más vulnerables como los latinos o afroamericanos.
El sobreponer intereses económicos al relajar las normativas para la contaminación del aire, realizar declaraciones fuera de contexto arriesgando la salud de los ciudadanos de Las Vegas, la falta de aplicación de pruebas y ser irresponsable ante la pandemia de COVID-19, no es lo que necesitamos de nuestros representantes.
Exijamos medidas que favorezcan la reducción de contaminación en especial en momentos como el que se vive actualmente, donde afectar la calidad del aire supone un riesgo mucho mayor ante el Coronavirus.
*Cinthia es residente de Las Vegas y Directora del Programa Nacional Ecomadres.