Apareció Palabra Abierta número 7
Una vez más, Palabra Abierta está con ustedes, hoy con el número 7, en un esfuerzo por continuar nuestra entrega con diversos trabajos de interesantes potencialidades creadoras, que sirvan para estimular sus lecturas, y ahora con el ánimo de hacerles llegar lo que significan los conceptos de “lo nuevo” y de la “infinitud” en las obras artísticas y literarias.
Para lograr perdurar, las obras necesitan contar con un carisma que siempre proyecte lo nuevo. La novedad, lo distinto a lo anterior, forma parte así de la posibilidad del futuro.
Si hoy, por ejemplo, leemos a Don Quijote de la Mancha, veremos que en esta obra siempre obtendremos nuevas interpretaciones de la vida. El talento de Miguel de Cervantes supo articular una gama de factores técnicos y conceptuales, que dieron lugar, incluso, a las esencias de la narrativa moderna.
El hombre, en general, tiene el don de la interpretación, y cada uno la realiza de manera diferente. Cuando se lee una novela como Don Quijote…, ésta permite siempre una nueva valoración, a través de los años y las épocas. Y esto es lo que Palabra Abierta les quiere hacer notar esta vez: cómo para perdurar hace falta el talento de lo novedoso. Y aspiramos así que con sus lecturas lo corroboren en nuestro espacio.
Esta vez el Editorial de Manuel Gayol Mecías trata sobre dos aspectos: el de la “infinitud” y el de “lo novedoso”, decisivos, para que una obra estética sea reconocida en distintas épocas dentro de la historia de la literatura y el arte.
Le sigue “Una invitación a la creación”, una prueba de novedad que se ha propuesto Palabra Abierta para animar a los lectores a que participen en la aventura de la interpretación estética como una forma más de la Multiexpresividad Creativa.
Marjorie Ross nos regala una selección de sus poemas, que ha sido titulada: “Del jaguar y la rosa”, y que nos da la impresión de trasladar la realidad circunstancial y corporal de la vida a una dimensión de realidad fantástica.
De la misma manera, Elsa Frausto nos obsequia “Los nombres de la guerra”, otro conjunto de sus poemas que nos sorprende cuando extrae de temas cotidianos las posibilidades escondidas de que algo siempre puede suceder.
Con Dos poemas de Rosío Rendón presentamos un escenario de atmósfera simbólica, en el que la poesía va de lo local a lo universal, y en el que podrían hallarse ciertos señalamientos a la sociedad moderna a través de la celebración de la Semana Santa.
Para terminar nuestro apartado dedicado a la poesía, damos lugar a Ramiro Lagos, con un grupo de poemas titulado: “De monjes, frailes, siervos y guanes”, que en un estilo propio del romance, nos da un sentido de ironía crítica y otro de alabanza festiva.
Por otra parte, Davina Ferreira, con su cuento “Llévame contigo”, propone una historia de amor que va creando un proceso de desesperación, en medio del cual se desata una atmósfera de intriga continua que toma la relevancia de un final inesperado.
El cuento “Mediocridad”, de María de los Ángeles Djamgossian, está dedicado a repudiar la frustración diaria de quien no tiene otra cosa que hacer que repetirse diariamente en un círculo de vida insostenible. Un relato sísifico de realismo existencial.
De más está decir, que las fábulas alientan la imaginación, y es aquí donde César Verduguez Gómez nos propone a “Don Perno y doña Tuerca”, un relato inverosímil pero que proyecta una enseñanza concreta del comportamiento humano.
Los mini-cuentos de María Luisa Lázzaro crean la posibilidad dinámica de la sugerencia, relatos muy cortos que se confunden con lo poético, en el intento preciso de no sólo conseguir nuestra atención, sino además de crear una inquietud pensante.
Baldomero Lillo es un clásico de la literatura hispanoamericana. Su cuento “Sub sole”, de innegable factura naturalista, devela la suerte, como inconsecuencia de la vida, de dos seres humanos desvalidos que siempre necesitan un esfuerzo supremo para vivir.
Pasamos a la estampa “El dilema de Candito”, de Roberto Álvarez Quiñones, relato de amarga comedia que nos muestra con humor sarcástico —y mediante una simpática jerga callejera— las desventuras de un cubano por la supervivencia diaria en la isla.
Aparece el fragmento de Laura Fernández Campillo, de su novela homónima “Eludimus”; un diálogo entre un anciano y una joven, que va de cierta tensión a una ternura sorprendente y reveladora del comportamiento humano.
“Las reseñas de José Antonio Velasco” esta vez nos incitan a leer las obras de cuatro escritores de innegable talla: Italo Calvino, Roberto Bolaño, Alfredo Bryce Echenique y Oscar Collazo. Su interpretación crítica es informativa, amena y provechosa.
Reactivamos una entrevista que se le hizo a Alejo Carpentier, en 1977, con el propósito de disfrutar no sólo de su carisma de expositor, sino además de sus teorías sobre el barroco y lo real maravilloso de la cultura y del modo de ser de Hispanoamérica.
Seguidamente, el ensayo “La fiesta de la cruz, meditaciones sobre un signo”, de Ángel Marrero, nos descubre — con meticulosas indagaciones— la formación e importancia universal de este símbolo en la historia antigua y contemporánea del hombre.
Por último, contamos con un enjundioso ensayo de Jorge Muzam, “Pablo de Rokha. El patriarca olvidado de la poesía sudamericana”, en el que se revisan los momentos más trascendentales de uno de los grandes poetas de la poesía chilena e hispanoamericana.