Argentina: El Foro Artsaj contra un nuevo genocidio armenio
Quedó conformado el Foro Artsaj de Argentina, integrado por personalidades comprometidas con la defensa de los Derechos Humanos. Es una iniciativa del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica para llamar la atención sobre genocidio en marcha en Artsaj (también conocido como Nagorno Karabaj) por parte de Azerbaiyán, que bloquea ese enclave armenio y pone a 120 mil seres humanos al borde de la hambruna. Y el último martes 19 de setiembre inició un ataque a gran escala contra la población civil indefensa.
En defensa de los derechos humanos
El Foro Artsaj de Argentina está formado por el jurista Eugenio Raúl Zaffaroni, ex miembro de la Corte Suprema de Justicia y ex miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el ex juez de la Cámara Federal de Rosario Carlos Alberto Rozanski, los ex diputados nacionales por la Unión Cívica Radical Brenda Austin y Facundo Suárez Lastra (también ex intendente de la ciudad de Buenos Aires), el magister en Relaciones Internacionales, escritor y periodista Mariano Saravia, y el doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Universidad Nacional de Rosario Ricardo Torres. Además, participaron los integrantes del Foro Artsaj de Uruguay.
También estuvieron presentes legisladores nacionales, autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación, el embajador de Armenia en Argentina, Hovhannes Virabyan, y autoridades comunitarias y partidarias armenias llegadas de distintos puntos de Argentina, Uruguay, Brasil, Canadá, Líbano, Armenia y Australia.
De Estados Unidos, viajaron representantes del Armenian National Committe of America (ANCA),tanto de la Costa Este y también de California (San Francisco, Fresno y Los Ángeles).
¿Otro genocidio?
El Genocidio Armenio se cobró un millón y medio de vidas, entre 1915 y 1918, a manos del Imperio Turco Otomano y desde 1918 hasta 1923 por la República de Turquía. A 100 años del final de aquel que fuera el primer genocidio del siglo XX, se repite la historia. La indiferencia del mundo en aquel momento, y la falta de justicia, impiden un verdadero Nunca Más. El negacionismo completa el círculo de impunidad que incentiva el odio.
Hoy es Azerbaiyán, un país aliado de Turquía, quien intenta continuar con aquel intento de exterminar al pueblo armenio. Lo hace contra los armenios de la República de Artsaj (que declaró su independencia a principios de 1992, contemporáneamente con otras ex repúblicas soviéticas).
Esta tierra, habitada desde hace siglos por armenios, sufrió dos guerras de agresión por parte de Azerbaiyán, la primera entre 1992 y 1994 y la segunda en plena pandemia, a fines de 2020. En ambas guerras, la República de Armenia defendió a sus hermanos de Artsaj pero en la última, Azerbaiyán ocupó partes de su territorio. A principios de noviembre se firmó un acuerdo tripartito de paz entre el país agresor, Rusia y Armenia. En ese acuerdo se imponía que Azerbaiyán mantuviera abierto el corredor de Berdzor o Lachin, que comunica a Artsaj con Armenia, de la cual depende casi por completo.
Sin embargo, desde el 12 de diciembre del año pasado, incumpliendo todos los compromisos internacionales, Azerbaiyán bloquea este corredor, impidiendo la entrada de alimentos y medicinas. Ni siquiera la ayuda humanitaria internacional puede entrar, poniendo en riesgo a los 120 mil habitantes armenios de Artsaj.
En el Genocidio Armenio los métodos de Turquía fueron brutales: matanzas y violaciones masivas, horca, decapitaciones, marchas forzosas a los desiertos, entre otras. Hoy, el método genocida de Azerbaiyán es más sutil pero no menos perverso: impedir la vida para lograr el exterminio. Impedir la vida es sinónimo de matar. Y cuando el intento de matar se aplica a un colectivo nacional, es un genocidio. Por eso, por ejemplo, el ex fiscal del Tribunal Penal Internacional y ex fiscal adjunto de los juicios a las juntas, Luis Moreno Ocampo, ha calificado sin dudar la situación como “un genocidio en desarrollo”.
Pero ahora el gobierno de la República de Armenia ha abandonado a su suerte a los 120 mil seres humanos que viven en Artsaj. Durante el ataque del martes 19 de setiembre con misiles y drones, Azerbaiyán mató al menos a 27 civiles, varios de ellos niños, e hirió a cientos. El miércoles 20 se logró un alto el fuego, propiciado por Rusia, pero con la condición del abandono total por parte de fuerzas de Armenia y el desarme absoluto de las milicias de Artsaj. Esto, sin ninguna duda, preanuncia el exterminio de esos 120 mil seres humanos, o bien su deportación a Armenia o a cualquier otro lugar. La limpieza étnica es una realidad y la ocupación total de este territorio armenio un objetivo primordial del régimen del dictador azerí Ilham Aliyev.
El mundo vuelve a mirar para otro lado, como hace 100 años. Los armenios de Artsaj serán masacrados. Por lo menos, no repitan hipócritamente: “Nunca Más”.