Artes

Ocho especies de un edificio cualquiera en Sunnyside, un cuento de Liza Rosas Bustos

Ocho especies de un edificio cualquiera en Sunnyside, un cuento de Liza Rosas Bustos

Pedro Berstein, judío argentino, saluda a la tribu cuando le conviene. A veces cuando va a comer parrilladas y necesita un descuento es argentino, para ser mas específico gallego. A veces cuando quiere conseguir trabajo en alguna tienda del rubro fotográfico, es israelí
Tan bella que parece travesti

Tan bella que parece travesti

Cúlpese a tus genes, Ester Villegas, a las tetas exuberantes de tu madre, al alto de tu padre, a la piel canelade tu abuela y a las piernas de amazona de tu abuelo. Todos estos elementos, mezclados se confabularon el día de tu concepción.
Osman Morales, garifuna y presente

Osman Morales, garifuna y presente

Jamás de los jamases pensó Osmán Morales, garifuna, que había tantos de su tribu en Nueva York. "Ni que fuéramos judíos", piensa mientras Aurelio Martinez canta gratis, en Lincoln Center una dos tres parandas de su niñez.
De por qué vine a Estados Unidos, por Victoria García

De por qué vine a Estados Unidos, por Victoria García

De como la autora llegó 'a este país' por el sueño y las ilusiones de la persona que amó y no por el propio sueño y del porqué en definitiva no se ha ido.
Los cenicientos, un cuento de Liza Rosas Bustos

Los cenicientos, un cuento de Liza Rosas Bustos

Todas las noches, Pedro Zurita, vigilante peruano de Crate and Barrel invita a Ana Cienfuegos, hondureña, a tomarse un café en la mesa de caoba que han colocado en la vitrina de la calle 57 y Madison.
Julio Benítez y la humanidad de los dioses

Julio Benítez y la humanidad de los dioses

Es un testimonio fabulado de cómo un grupo de personas sienten, padecen, defienden o rechazan y ven la Cuba de 1959 que —como bien dice su contraportada— a partir de ese año “cambió todos sus ejes sociales y políticos”.
Dos de octubre, un poema de José Manuel Rodríguez Walteros

Dos de octubre, un poema de José Manuel Rodríguez Walteros

Déjalos disparar desde el balcón no te muerdas los labios Deja ya de temblar viene la madrugada
Los fieles esposos dominicanos

Los fieles esposos dominicanos

Los esposos dominicanos se enamoran en Puerto Plata. Esperaban la ración de agua balde en mano durante un corte de agua. Se miran a los ojos. Es flechazo. Menos mal. Sus esposas están esperando a los hombres, cocinando en la casa.
¿Por qué en los almanaques el fin de semana está al principio?

¿Por qué en los almanaques el fin de semana está al principio?

El mayor error moderno no es anunciar que el diablo vive, sino creer que Jesús ha muerto. Ser honesto con los demás es mentirse a uno mismo. Hay días que nos sentimos mal estando bien.
Nadie compadece a Wilfredo Rojas, un cuento de Liza Rosas Bustos

Nadie compadece a Wilfredo Rojas, un cuento de Liza Rosas Bustos

Y es así como el novio de Soledad, que es también su chulo entra en la caseta con un vaso de ácido que tú confundes con café Wilfredo Rojas ....y nadie te compadece, Wilfredo Rojas. Ni siquiera tu esposa, tus hijos, tu jefe
Colombia desangrada

Colombia desangrada

Colombia desangrada te amo tanto Con ganas de mis uñas en tu espalda Tus labios en los labios de todos Siempre al mejor y al peor postor Y eso es lo que me duele y me da vida
Sugar Daddy II, un cuento de Liza Rosas Bustos

Sugar Daddy II, un cuento de Liza Rosas Bustos

Jane Wilson no sabe por cuál departamento decidirse. Escoge uno en West End, con una vista panorámica al Hudson. Anota la dirección y escribe el nombre del real estate o agente de bienes raíces. Seguro que su Sugar Daddy se comunica con el conserje.
Paper gangster, un cuento de Liza Rosas Bustos

Paper gangster, un cuento de Liza Rosas Bustos

Ahí va Julia Matilde Ramos Cosgrove, enamorada hasta las patas del fotógrafo de Jpeg, de su blog, de lo que postea a diario. Es alto, fornido, porta ojos verdes y una masculinidad por la que no pide perdón que se deduce de los mensajes que, oh especie, escribe a diario.
MAXIMAS Y MINIMAS: 007 es el coeficiente de inteligencia en el Servicio Secreto británico

MAXIMAS Y MINIMAS: 007 es el coeficiente de inteligencia en el Servicio Secreto británico

Del inconveniente de hacerse viejo: Golpearse contra las puertas de vidrio. El siquiatra soluciona sus problemas económicos solucionando nuestros problemas sicológicos. Para el soltero, la cobija eléctrica es la compañera ideal: lo calienta cada vez que quiere.
El secreto (1ª parte)

El secreto (1ª parte)

El tercer día sí que es una mejor prueba. Un homeless vecino con tirria le disputa el resto de hamburguesa que se acaba de conseguir en el tarro quinto de la Calle 35. Lo mira con odio acumulado de tres días.
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