Aumento de ataques a vendedores ambulantes en Los Ángeles genera preocupación
Desde comienzos de 2023 hasta fines de agosto hubo más de 200 incidentes en los que los vendedores ambulantes fueron víctimas de crímenes. Lo que representa un aumento del 18% respecto al mismo período de 2022
Los Ángeles, una ciudad multicultural con una vibrante cultura de comida callejera, ha venido experimentado un considerable aumento en el número de vendedores ambulantes. Y con un mayor número de vendedores, muchos de ellos latinos, que recorren nuestros barrios con sus carritos pintorescos y tintineantes, también crecieron los abusos y ataques.
No es que esto sea un fenómeno nuevo. Los vendedores han venido confrontando abuso, discriminación y acoso desde siempre. Ya cuando los vendedores de tamales dominaban el mercado ambulante a fines de los 1800s y comienzos del nuevo siglo, en Los Ángeles hubo una reacción que pasó a llamarse la Guerra de los Tamales que llevó a peticiones para que se prohibiera su venta. Y al final, la iniciativa tuvo éxito en 1924.
Actos criminales
Ahora la situación es aún más seria ya que, un número creciente, se ha transformado en víctimas de actos criminales. Actos que en muchos casos no son denunciados debido a que algunos vendedores, muchos de los cuales son latinos indocumentados, evitan interactuar con personal policial para evitar el riesgo de ser deportados.
Varios factores han contribuido al significativo aumento en la venta ambulante. Un factor importante es la dificultad económica resultante de la pandemia de COVID-19 que obligó a muchas personas a recurrir a la venta ambulante.
Además, la Safe Sidewalk Vending Act de 2018 (Venta Ambulante Segura), o SB 946, despenalizó la actividad en todo el estado, haciéndola más accesible y atractiva para las personas que desean establecer pequeños negocios.
Así que con COVID y con la descriminalización de la venta callejera, aumentó el número de vendedores ambulantes no autorizados que operan con pocas o ninguna restricción. Un informe de 2021 reveló que, de alrededor 10,000 vendedores, solo 165 habían obtenido permisos en Los Ángeles.
La falta de regulación y supervisión del sector ha creado las condiciones para que los vendedores estén más susceptibles a ser víctimas de actos criminales de todo tipo: desde los asaltos, a crímenes o incidentes raciales.
Los números
De acuerdo a Crosstown, desde comienzos de 2023 hasta fines de agosto, hubo más de 200 incidentes en los que los vendedores ambulantes fueron víctimas de crímenes. Lo que representa un aumento del 18% respecto al mismo período de 2022.
Solo en julio de 2023 hubo 43 incidentes que fueron denunciados, con 25 de ellos relacionados con robos. Este aumento en la violencia es alarmante, con julio de 2023 registrando la mayor cantidad mensual desde 2010, más del doble de las cifras de junio de 2023.
La actual cantidad de incidentes puede ser mucho mayor, ya que muchas víctimas son reacias a denunciar los crímenes debido a preocupaciones relacionadas con su estatus migratorio o barreras lingüísticas. Esta reticencia a informar sobre los crímenes solo agrava la vulnerabilidad de los vendedores ambulantes.
Ataques
Uno de estos incidentes ocurrió el 6 de agosto de 2023, cuando una mujer atacó violentamente a un vendedor ambulante en un puesto de tacos cerca de Grandee Avenue y 103rd Street, en Watts. La mujer, identificada como Renee Latrice Hines, fue grabada negándose a pagar por sus tacos y luego agrediendo al vendedor. Utilizó gas lacrimógeno y agredió físicamente tanto al vendedor como a una empleada. Días después, Hines fue arrestada y acusada de múltiples cargos de agresión y posesión ilegal de gas lacrimógeno.
El fiscal del condado de Los Ángeles, George Gascón, condenó tales ataques, enfatizando que los vendedores ambulantes no deberían tener que soportar la violencia mientras intentan ganarse la vida.
Si bien estos ataques a vendedores ambulantes han estado ocurriendo desde hace años, el reciente aumento se debe al hecho de que tanto los vendedores como los clientes ahora están grabando estos encuentros en video.
Es más, algunos de estos incidentes, en la opinión de muchos, podrían ser catalogados como crímenes de odio, como la agresión y amenazas al taquero Lionel Pérez en Long Beach.
En agosto de 2022, un hombre blanco acosó verbalmente a Pérez, amenazó con llamar a las autoridades de inmigración y vandalizó su puesto de tacos. Este incidente fue un ejemplo escalofriante de intimidación impulsada por el odio que enfrentan los vendedores ambulantes.
En respuesta a la creciente amenaza, algunos vendedores ambulantes han tomado medidas por sí mismos. Muchos ahora utilizan dispositivos electrónicos de pago, instalan cámaras de video para grabar su entorno y reciben con simpatía a voluntarios que proveen seguridad.
Edin Alex Enamorado es uno de esos voluntarios que patrulla el sur de Los Ángeles con el objetivo de proteger a las loncheras, puestos y carritos de vendedores ambulantes. Enamorado y otros voluntarios han creado un grupo de chat en WhatsApp para que los vendedores puedan informar sobre individuos sospechosos y crímenes.
Además, se han organizado iniciativas para que los ataques contra vendedores ambulantes sean clasificados como crímenes de odio. Detrás de esto está el concepto que se acepte la idea de que amenazar o atacar a un vendedor ambulante porque es un latino, asumiendo que es indocumentado y por ende indefenso, es más que un ataque contra un individuo. Se transforma en un ataque contra toda una categoría de personas en base a su etnicidad u origen nacional. En otras palabras, lo que sería la definición de un crimen de odio.
Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.
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