Baltasar Garzón: la gran cortina de humo de la ultraderecha española

Vengo observando pormenorizadamente la prensa internacional desde hace años en lo que respecta al juez español Baltasar Garzón y hasta el día de hoy no logro descubrir cuál es el delito del que se le acusa. Se le hacen reiterados reproches personales a su ego (lo cuál me parece de una vaguedad enorme), se le critican sus errores de forma para abrir y bien encauzar procesos de distinta índole, se mencionan sus probables nexos con probables personas vinculadas a probables delitos de corrupción y así un suma y sigue en un sinfín de palos de ciego, que más parecen una cortina de humo para ensombrecer ante la opinión pública el verdadero escándalo de corrupción que está azotando al derechista Partido Popular español de Mariano Rajoy.

No me parecen apropiadas las críticas que se mofan de él por pretender ser el Gran Llanero Solitario del mundo. Le movió efectivamente el piso a Pinochet y al resto de los tiranozuelos involucrados en la Operación Cóndor cuando nadie más se atrevió a hacerlo. Enfrentó a Henry Kissinger, al BBVA, a Berlusconi, desentrañó los vínculos terroristas de su propio partido, el PSOE, y las emprendió contra Estados Unidos por sus atropellos en Guantánamo. Abrió el escandaloso Caso Gürtel y ahora intenta desenmascarar los crímenes de la era franquista. No veo en esa acción más que un deseo de esclarecer la verdad, algo que una cantidad apreciable de españoles ha escondido bajo la alfombra de la amnesia interesada.

Está claro que los españoles no se han hecho cargo de su historia como país. Siguen tan parcializados como lo estaban en la Guerra Civil y como lo estuvieron durante el terror de Franco. Hoy han cambiado los fusiles por la guerrilla verbal, el enrostre de crímenes pasados, la descalificación y el torcimiento arbitrario de las interpretaciones históricas.

Los grupos franquistas siguen bien atrincherados en los partidillos herederos de la Falange y en una buena parte del Partido Popular y desde allí utilizan todo su poder para generar enormes olas comunicacionales para su propio beneficio y blanqueamiento.

Como chileno me pregunto, con qué moral los españoles intentan dar lecciones al mundo de buena democracia y paz social, si entre sus propias filas sigue predominando el odio más visceral y el revanchismo político. Sólo el esclarecimiento de la verdad absoluta puede dar suficiente paz al espíritu para reconciliarse con los antiguos enemigos y mirar para adelante.