Citroën y la resistencia al nazismo

Cómo Citroën fabricó vehículos para el ejército nazi, y al mismo tiempo, ayudó a la resistencia francesa

André Gustave Citroën nació en París el 5 de febrero de 1878, hijo de Lévie Citroën, diamantista judío holandés y Masza Amelia Kleinman, judía polaca originaria de Varsovia.
A diferencia de sus hermanos, no quiso seguir en el negocio familiar de diamantes, y estudió ingeniería en École Polytechnique de París, ya que estaba fascinado por el cambio tecnológico, que ocurría en plena revolución industrial.

En 1900, al recibirse de ingeniero, ingresó a una fábrica de armas, propiedad de unos amigos y, entre 1906 y 1914 fue director de la fábrica de automóviles Mors. Gracias a esto, viajó a Estados Unidos para visitar la nueva fábrica de Henry Ford en Detroit, donde observó los métodos de trabajo en cadena, creados por Ford, y empleados en la producción del Modelo T.

En 1914, deja Mors y se asocia con Jacques y Paul Hinstin para fundar la sociedad «Citroën, Hinstin y Cie» que luego se transformaría en “Sociedad de Engranajes Citroën”, inventando un sistema que cambia la forma de los dientes de los engranajes, que resultaba en un funcionamiento suave, silencioso y eficaz, y que se convirtieron desde el principio en el emblema de la marca.

La Gran Guerra (1914-1918) necesitaba armas y Citroën sabía hacerlas. En 1919 regresó a su sueño y fundó la “Société Anonyme André Citroën” dedicada a la fabricación del Citroën TA de 18 caballos de fuerza, liviano y relativamente económico, que entre 1920 y 1921 vendió cerca de 24.000 automóviles. Es allí cuando aplica todo lo aprendido en Detroit, creando la primera producción en cadena de Europa.

En 1922 apareció el Citroën TB2 y más tarde el TB10, con gran éxito hasta 1932, cayendo ante la innovación en mecánica y diseño de sus competidores, entre ellos Louis Renault, llevaron a la quiebra a Citroën en 1934.

En 1935, Pierre Michelin compra el paquete accionario a un André Gustave Citroën, que muy enfermo, fallece meses después, un 3 de julio,  a los 57 años.

 

Prototipo de Citroën 2CV, 1936, con sistema de refrigeración de agua.

Michelin nombra director de Citroën a un ex Capitán de la Fuerza Aérea Francesa y héroe de la Primera Guerra Mundial, Pierre-Jules Boulanger, quien retoma la producción, tras una gran inversión de Michelin.

En junio de 1940, cae Francia en manos alemanas, exigiendo que el Dr. Ferdinand Porsche, Louis Renault y Pierre-Jules Boulanger, provean de armas y automóviles al ejército Nazi.

Citroën acuerda proveer de autos al ejército invasor, pero Boulanger en complicidad con sus empleados, distorsionan las varillas medidoras de aceite para que, cuando los nazis revisan el aceite, el depósito pareciera estar lleno y fundieran los motores, dejando a los nazis varados en medio del camino, a merced de la resistencia francesa.

Al comprender la treta, los alemanes confiscaron todos los motores de la fábrica, sin saber que todos tenían el mismo defecto.

Tras la liberación de Francia, el 3 de junio de 1944, descubren la lista negra de «Enemigos del Reich» de los nazis, donde Pierre-Jules Boulanger se sintió encantado al ver su nombre entre los primeros.

Autor

  • Cesar Leo Marcus

    Cesar Leo Marcus, nació en Buenos Aires, Argentina. Doctor (PhD) en Logistica Internacional y Comercio Exterior, y Máster (MBA) en Sociología Económica, fue profesor de ambas cátedras en las Universidades de Madrid (España) y Cordoba (Argentina). Periodista, publica en periódicos de California, Miami y New York. Escritor, publico 12 libros, y editor literario, director de Windmills Editions. Actualmente reside en California.

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