Con Ómicron vuelven las máscaras a California

Esta semana se cumplió un año desde que se administrara la primera vacuna contra el COVID-19 en California. Desde entonces, se han administrado más de 60 millones de dosis. Un logro significativo, pero empañado por un aumento de 47% de casos de COVID-19 en tan solo dos semanas y el surgimiento de la super contagiosa variante Ómicron que ha forzado a las autoridades estatales a nuevamente ordenar el uso de máscaras.

Para resaltar la importancia de la nueva situación que se vive, Ethnic Media Services organizó una conferencia de prensa en la que el invitado especial fue el Dr. Mark Ghaly, secretario de Salud de California.

“Todavía tenemos mucho que aprender de la variante Ómicron”, dijo el Dr. Ghaly. “Sabemos que es una variante que preocupa. Sabemos que es una variante que se transmite mucho más que la variante Delta…”

Aún así, el secretario de Salud recordó que Delta continúa siendo la variante dominante en California. La que continúa contagiando y que hace que muchos se enfermen y terminen hospitalizados y, lamentablemente, que algunos fallezcan.

Las estadísticas son bien claras. De acuerdo al Departamento de Salud Pública de California, quienes no se vacunan tienen una probabilidad 7.1 veces mayor de adquirir COVID, 12.5 de terminar hospitalizados y 13 veces más de morir por complicaciones creadas por el virus.

Por eso el Dr. Ghaly insistió en la continua importancia de las vacunas. Un punto fundamental, especialmente para algunas minorías étnicas y raciales que, por distintas razones, presentan tasas de vacunación mucho más bajas que la población blanca.

Aunque las vacunas provean una considerable protección contra la variante Delta, que todavía es la dominante en California, el Dr Ghaly reconoció que por el momento hay dudas sobre si proveerá el mismo nivel de protección ante la variante Ómicron.

Por eso, hasta tanto haya más información científica sobre las características epidemiológicas de la variante Ómicron, parece más que prudente tomar medidas preventivas. Especialmente en esta época en que la gente celebra fiestas de fin de año que involucran viajar y reuniones familiares que, debido al invierno, son en su mayoría en ambientes cerrados en donde el virus se trasmite con más facilidad.

“Ayer California volvió a introducir…, por un mes, el requisito de usar máscaras dentro de lugares cerrados y lugares públicos”, dijo el secretario Ghaly. “Esto tiene la intención de mantenernos alertas en un periodo de incertidumbre por Ómicron y la preocupación de que mucha gente se vaya a enfermar y necesite ser hospitalizada”.

Aparte del mandato de las máscaras, que durará hasta el 15 de enero, también se recomienda que la gente que venga o retorne a California se haga un test dentro de tres a cinco días después de ingresar al estado. Otra sugerencia está orientada a las personas no vacunadas, que participen de eventos con una asistencia de más de 1,000 personas. Ellos deben tener un test PCR que haya sido hecho dentro de los últimos dos días previos al evento, o un día si es un test antígeno.

Al concluir su presentación, el Dr. Ghaly recordó cuando, junto al gobernador Gavin Newsom, participó de un evento en Los Ángeles en el que una enfermera recibió la primera vacuna. Y aunque las siguientes seis a ocho semanas fueron sumamente difíciles, ya que fallecieron casi 20,000 californianos, esa primera vacuna fue el inicio de un proceso que llevó a la vacunación de 26 millones de californianos.

Pero el trabajo continúa. Especialmente entre los 340,000 asiático-estadounidenses, 920,000 afroamericanos y casi 6 millones de latinos que todavía no se han vacunado.

“Hoy invitamos a todos los californianos que son elegibles a que no solo reciban sus primeras dosis, sino que también reciban el refuerzo (´booster´)”, dijo el Dr. Ghaly.

Esta es una recomendación más que sensata considerando que, con el invierno, las fiestas de fin de año y la nueva variante Ómicron, contagiarse con el COVID-19 puede resultar en serias consecuencias individuales, consecuencias para las familias y consecuencias para toda la comunidad.

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Nestor M. Fantini, M.A., Ph.D. (ABD), is an Argentine-American journalist, educator, and human rights activist based in California. Since 2018, Fantini has been co-editor of the online magazine HispanicLA.com. Between 2005 and 2015 he was the main coordinator of the Peña Literaria La Luciérnaga. He is the author of ´De mi abuela, soldados y Arminda´ (2015), his stories appear in ´Mirando hacia el sur´ (1997) and he is co-editor of the ´Antología de La Luciérnaga´ (2010). He is currently an adjunct professor of sociology at Rio Hondo College, Whittier, and at AMDA College of the Performing Arts, Hollywood, California. As a refugee and former political prisoner who was adopted as a Prisoner of Conscience by Amnesty International, Fantini has dedicated his life to promoting the memory of the victims of state terrorism of the Argentine civil-military dictatorship of the 1970s and is currently coordinator of Amnesty International San Fernando Valley. Fantini graduated from Woodsworth College and the University of Toronto.

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Néstor M. Fantini , M.A., Ph.D. (ABD), es un periodista, educador y activista de derechos humanos argentino-estadounidense que reside en California. Desde 2018, Fantini es coeditor de la revista online HispanicLA.com. Entre 2005 y 2015 fue el coordinador principal de la Peña Literaria La Luciérnaga. Es autor de De mi abuela, soldados y Arminda (2015), sus cuentos aparecen en Mirando hacia el sur (1997) y es coeditor de la Antología de La Luciérnaga (2010). Actualmente es profesor adjunto de la cátedra de Introduction to Criminology, en Rio Hondo College, Whittier, California, y de The Sociological Perspective, en AMDA College of the Performing Arts, Hollywood, California. Como refugiado y ex prisionero político que fuera adoptado como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, Fantini ha dedicado su vida a promover la memoria de las víctimas del terrorismo de estado de la dictadura cívico-militar argentina de la década de 1970 y actualmente es coordinador de Amnesty International San Fernando Valley. Fantini se graduó de Woodsworth College y de la Universidad de Toronto.

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