La burbuja de EE.UU. y la necesidad de vacunar al resto del mundo

En un mundo globalizado en el que en países como la India y Brasil la pandemia castiga con nuevas variantes, ¿nos va a servir de algo la inmunidad?

En el último invierno, el COVID-19 azotó a Estados Unidos sin piedad. Los Ángeles, por momentos, se transformó en el epicentro de la epidemia. Pero ahora parece que, al menos aquí, vemos luz al final del túnel. Así lo sugieren el crecimiento monumental del número de vacunados y la consecuente reducción en las infecciones y las muertes.

Entonces, surge la pregunta, ¿conseguiremos alcanzar la tan mentada inmunidad comunitaria?

Pero, en un mundo globalizado en el que en países como la India y Brasil la pandemia castiga con nuevas variantes, ¿nos va a servir de algo esa inmunidad? Por más progreso que hagamos aquí en Estados Unidos, ¿es posible vivir en una burbuja ignorando el resto del mundo?

Ethnic Media Services reunió a un grupo de profesionales que el 14 de mayo, en una conferencia de prensa en Zoom, trataron de contestar algunas de esas preguntas.

Inmunidad comunitaria

El evento se inició con el Dr. Marc Lipsitch, profesor de epidemiología en la Universidad de Harvard, que sugirió que, considerando las variantes que han surgido, se necesita inmunizar entre 85 y 90 por ciento de la población estadounidense para alcanzar inmunidad comunitaria. Un objetivo que, dada la reticencia de algunos y los obstáculos que otros confrontan para poder vacunarse, no parece posible. Tal vez se lo consiga en algunos lugares específicos, pero no a nivel nacional.

Otra pregunta que también requiere una respuesta que los científicos no han podido dar claramente, es sobre cuánto durará la inmunidad de las vacunas antes de tener que vacunarnos de nuevo. Además, ¿cuántas variantes del virus surgirán y cuán letales pueden llegar a ser?

Si bien el objetivo es el de vacunar a la mayor gente posible, el Dr. Lipsitch opinó que hay que enmarcar el problema en una perspectiva global. En vez de vacunar a niños pequeños que comparativamente no se encuentran entre las poblaciones más vulnerables, sería conveniente utilizar las escasas vacunas con las que se cuentan para vacunar a gente vulnerable en otros lugares del mundo, como el sudeste asiático, donde se las necesitan más que nunca.

“Pienso que como país deberíamos hacer todo lo que podamos, incluyendo compartiendo vacunas (con otros países), antes que inmunizar a los que están a menos riesgo en nuestra población”, opinó el Dr. Lipsitch.

Brasil

Uno de los países más afectados por el COVID-19 es Brasil y desde allí se conectó la Dra. Rosane Guerra, de la Universidad Federal de Maranhão.

“La situación no es buena…”, comentó la Dra. Guerra. “La vacunación es la única solución”.

El problema es que no hay suficientes vacunas, solo 17 por ciento de los brasileños han sido vacunados. Hay lugares como Manaos en donde un 70 por ciento de la población se había infectado. Y debido a que las facilidades médicas fueron desbordadas, muchos tuvieron que ir a otros estados a recibir atención médica.

La situación se ve agravada por lo que la doctora caracterizó como el problema político de tener a un presidente negacionista que no cree que esto sea una situación grave.  El presidente Jair Bolsonaro considera al COVID como “una gripecita”, motiva a que la gente salga sin mascarilla y rechaza a la ciencia y a los científicos sugiriendo que se use hidroxicloroquina para curar la enfermedad.

Esfuerzo global

Otro participante del encuentro, el Dr. Ben Neuman, un virólogo de la Universidad de Texas A&M, reafirmó la idea de que la solución a la pandemia no puede ser individual.

“Las burbujas son hermosas y las burbujas no duran mucho en este mundo. Desafortunadamente, cualquier burbuja de vacunas que pueda existir va a ser frágil…”, afirmó el Dr. Neuman.

Los países deben unir fuerzas. Lo hicieron en otros momentos de crisis como en la Segunda Guerra Mundial, recordó. ¿Por qué no van a poder hacerlo ahora?

“La única solución es una solución global y eso seria vacunando a todos y no solo vacunándolos, sino que vacunándolos dentro de un tiempo especifico…”

Invertir en el futuro

Finalmente, Peter Maybarduk, director de Public Citizens recalcó las tremendas desigualdades que existen en la distribución y administración de vacunas en el mundo.

“Solamente 5% de la población del mundo ha sido vacunada”, dijo Maybarduk.

Lo mismo piensa el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien hizo sonar la alarma al señalar que nada menos que 130 países no han recibido ni una sola vacuna.

Hay diversas propuestas orientadas a resolver estas desigualdades. Una de ellas, comentó Maybarduk, sería la iniciativa COVAX que busca acelerar el desarrollo, manufactura y distribución equitativa de vacunas. Cuenta con la participación de una coalición científica (CEPI), la Organización Mundial de la Salud (WHO) y UNICEF.

En la mira de COVAX están 92 países de menores ingresos en donde se administraría la vacuna con el objetivo de llegar a las regiones más marginalizadas del mundo.

Una sugerencia importante vino de los Estados Unidos que ha apoyado la idea de que se suspendan las patentes de las vacunas durante la pandemia. Por supuesto esto no es tan simple y ya ha generado controversias.

Además, hay que considerar de que, más allá de acuerdos verbales, está la necesidad de apoyar las declaraciones altisonantes con una inversión masiva.

“Las inversiones serían de unos $25 billones”, comentó Maybarduk. “Nada, comparado con unos $8 o $9 trillones de pérdidas que causaría la pandemia en los próximos años…”

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Autor

  • Nestor M. Fantini, M.A., Ph.D. (ABD), is an Argentine-American journalist, educator, and human rights activist based in California. Since 2018, Fantini has been co-editor of the online magazine HispanicLA.com. Between 2005 and 2015 he was the main coordinator of the Peña Literaria La Luciérnaga. He is the author of ´De mi abuela, soldados y Arminda´ (2015), his stories appear in ´Mirando hacia el sur´ (1997) and he is co-editor of the ´Antología de La Luciérnaga´ (2010). He is currently an adjunct professor of sociology at Rio Hondo College, Whittier, California. As a refugee and former political prisoner who was adopted as a Prisoner of Conscience by Amnesty International, Fantini has dedicated his life to promoting the memory of the victims of state terrorism of the Argentine civil-military dictatorship of the 1970s and is currently coordinator of Amnesty International San Fernando Valley. Fantini graduated from Woodsworth College and the University of Toronto. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Néstor M. Fantini , M.A., Ph.D. (ABD), es un periodista, educador y activista de derechos humanos argentino-estadounidense que reside en California. Desde 2018, Fantini es coeditor de la revista online HispanicLA.com. Entre 2005 y 2015 fue el coordinador principal de la Peña Literaria La Luciérnaga. Es autor de De mi abuela, soldados y Arminda (2015), sus cuentos aparecen en Mirando hacia el sur (1997) y es coeditor de la Antología de La Luciérnaga (2010). Actualmente es profesor adjunto de sociología, en Rio Hondo College, Whittier, California. Como refugiado y ex prisionero político que fuera adoptado como Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, Fantini ha dedicado su vida a promover la memoria de las víctimas del terrorismo de estado de la dictadura cívico-militar argentina de la década de 1970 y actualmente es coordinador de Amnesty International San Fernando Valley. Fantini se graduó de Woodsworth College y de la Universidad de Toronto.

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