Frontera México-EE.UU: la segunda zona más mortal para migrantes en el mundo

Datos basados en los números de muertes de migrantes que son recopilados por la Organización Internacional para las Migraciones que monitorea los movimientos migratorios a nivel mundial.

Respecto a la situación en la Frontera México-EE.UU., la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a través de su división “Missing Migrant Project” expuso recientemente los  números totales de la muerte y desaparición de migrantes a nivel global, y aunque en general la cantidad de muertes ha disminuido, hay ciertos puntos del planeta donde el problema va en ascenso. 

Quizá el más alarmante de todos es el ascenso por sexto año consecutivo de muertes de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos, que en 2019 alcanzó 497 muertes (número hasta el momento de publicación de este artículo) lo que la ubica como la segunda zona (frontera) más mortífera del mundo, dejándola solo por debajo del mar mediterráneo en el que murieron 1318 personas durante el mismo año.  

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(Fuente Imagen: Missing Migrant Project).

Causas

Alberto Cabezas Talavero,  Oficial de Comunicación de esta organización, explica que hay varios elementos que contribuyen al alto número de muertes en esa zona. El primero es que es históricamente un área de alto tráfico migratorio; el segundo es la gran extensión de terreno que comprende la frontera (aproximadamente unos 3.144 km o 1.954 millas) y el tercero son las bestiales condiciones geográficas que presenta el terreno en toda esa área. 

De hecho, la principal causa de muerte registrada por esta organización fue ahogamiento, la cual terminó con la vida de 128 personas, número que no sorprende si se tiene en cuenta que solamente el caudaloso Río Grande actúa como la barrera natural de mayor extensión en la frontera, cubriendo más de un 60% de ésta.

La segunda causa de muerte identificada como de mayor peligro es la exposición a temperaturas extremas, las cuales ocasionaron 51 decesos por hipotermia e hipertermia. 

Y es que las extensas áreas desérticas y montañosas  que bordean la frontera, combinadas con el deseo de los migrantes de pasar lo más desapercibidos posible, los lleva a circular por áreas inhóspitas por periodos de tiempos más largos, lo cual los expone a la deshidratación y el desgaste físico.  

“El crimen organizado es un factor de riesgo para las personas migrantes; en México hay organizaciones delincuenciales que llevan años lucrándose con migrantes tanto en lo que se refiere a tráfico y trata de personas como a secuestros de migrantes y pedir fondos a las familias de estas personas en los Estados Unidos” dijo Cabezas Talavero, quien resaltó que no creen que el aumento en las cifras de migrantes muertos se deba a mayor incidencia del crimen pero sí aseguró que la existencia del crimen organizado en las rutas es una amenaza latente para los migrantes quienes hacen todo lo posible para evitar encontrarse con estos grupos o pasar por zonas donde ellos están operando.

Ello los empuja aún más, a transitar por zonas mucho más remotas donde no hay señal telefónica, ni forma de pedir ayuda por muchos kilómetros y en esos casos mueren sin que siquiera puedan ser encontrados.

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(Fuente Imagen: Missing Migrant Project).

Por encima de países del Medio Oriente o África donde hay conflictos armados

Al preguntársele sobre la comparación del alto número de muertes en la frontera méxico-estadounidense, en relación con otras partes del mundo donde hay conflicto armado o situaciones de guerra como Irak, Afganistán o Siria, Cabezas Talavero explicó que hay dos elementos que contribuyen a que esta frontera, sin estar en guerra, sea tan peligrosa y mortal: su tamaño y el alto tráfico de personas de forma permanente. 

En cuanto al tamaño, Cabezas Talavero resalta que la gran extensión de terreno que constituye la frontera entre México y Estados Unidos, es extremadamente mayor que las fronteras que existen entre países del medio Oriente como los mencionados anteriormente, lo que permite el paso de muchas más personas.

Y en cuanto al alto tráfico de personas, él explica que en esos otros países con conflictos bélicos, la migración se produce en momentos de crisis, pero una vez que los problemas cesan o la situación se calma las persona no tratan de migrar; a diferencia de México y Centroamérica, en donde la personas buscan migrar a Estados Unidos durante todo el año, de forma histórica y tradicional, resaltando que es algo que ha ocurrido por décadas. 

Los números representan una porción mínima de la realidad

Finalmente el vocero de la OIM dijo que los números de muertes que ellos recogen en sus informes son “una aproximación mínima al tamaño real del problema, es decir puede haber más muertes de las que nosotros tenemos”, ya que las fuentes que emplean para recabar sus datos, no son las más precisas y completas.

En Estados Unidos se apoyan en los datos provistos por organizaciones no gubernamentales, organismos públicos, los servicios médicos forenses de los condados estadounidenses y los servicios de medicina legal.

Asimismo agregó que logran obtener data más precisa del lado estadounidense que del lado mexicano, y que el reto que tienen en México es que las fuentes disponibles no discriminan si las muertes registradas en la zona son muertes de migrantes o no, algo que Estados Unidos sí hace.

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