La consolidación de la plutocracia y los desafíos para la humanidad
Se acerca un posible mundo futuro donde prevalecerá la desigualdad perniciosa

- Un analista examina el crecimiento de plutocracias en los gobiernos del mundo
En su obra sobre los políticos de vanguardia que requiere la humanidad para no destruirse a sí misma y para construir las condiciones que aseguren la prosperidad en bien de todos, (Avant Garde Politician, Leaders for a New Epoch, Westphalia Press, 2014), Yehezkel Dror aborda elementos centrales que explican la encrucijada en la que estamos y de cuya salida dependen futuros alternativos en los que algunos pueden ser propicios y otros nefastos. La dirección que se tome depende en buena medida que surjan esos políticos especiales, con alta calidad moral, profesional, ética, pero también de una sociedad que empiece a ver hacia el futuro con ojos distintos de los caminados hasta ahora.
Una época de metamorfosis
Si bien el cambio tecnológico aceleró en las últimas décadas, también ha acelerado el cambio en los valores y relaciones económicas, sociales y políticas. Como dice Dror, estamos en el inicio o dentro de una época de metamorfosis, que propicia transformaciones radicales de las que debemos ser conscientes. Tenemos que estar preparados para ellas, no solamente con un conocimiento superior, sino con actitudes ante la vida, el ambiente y nuestros congéneres.
Sobre la política que es un factor central nos dice: “la política es cada vez menos una “ciencia noble”. Su posición en general va en declive y las tendencias hacia la plutocracia, se deben en parte a las corrupciones de campañas políticas muy caras y que hacen innoble la política.
Entre los actores que erosionan el poder neto de los políticos y las instituciones políticas, algunas veces para mejorar pero usualmente para empeorar, se encuentran grandes corporaciones, conglomerados de medios masivos controlados mayormente por financieros, multi billonarios que usan sus recursos para influir excesivamente en la política, activistas de la sociedad civil que son en parte mas bien fanáticos, celebridades que atraen la mayor atención, organizaciones no gubernamentales (ONG), redes sociales, poder callejero.
Este es también el efecto del activismo judicial donde los clientes y la publicidad buscan abogados y confían en “la ley gruesa’, que en parte impacta para mejorar, …. pero que en medidas excesivas interfiere crecientemente con la autonomía legítima de la política y paraliza algunas de las funciones esenciales de los líderes políticos y sus gobiernos” (p. 263).
Para el futuro se trata de tener políticos con suficiente poder, para evitar los factores que entorpecen la gobernación y las relaciones sociales armónicas.
Los gobiernos de los millonarios
En una época encaminada hacia la plutocracia – el sistema donde los ricos interfieren en las acciones de gobierno – el mundo ve que varios gobiernos se han inclinado por poner en manos de unas cuantas manos (oligarcas) decisiones fundamentales para su nación y la humanidad. Hasta parecería que los gobernantes se buscan su oligarca de cabecera: Trump a Musk, Sheinbaum a Gómez, Putin a Prigozhin (aunque luego lo mató y seguro lo reemplazó, etc., Prigozhin tenía intereses personales muy claros en Ucrania).
La consolidación de una plutocracia mundial que es capaz de condicionar y manipular la opinión mundial, nos presenta un mundo futuro donde prevalecerá la desigualdad con todas las consecuencias perniciosas que acarrea (salud, educación, deterioro ambiental, crimen y violencia, etc.).
Los oligarcas aunque “regalen” dinero, no lo hacen por altruismo sino porque la filantropía responde a cálculos fiscales. A cambio buscan y logran ventajas egoístas.
Los gobiernos electos llegan al poder para encontrarse con las manos atadas por el designio plutocrático orientado por egoísmos. Así que las “buenas intenciones” se pierden ante el poder de la empresadocracia que no rinde cuentas ni estrá obligada política o moralmente a ser transparente.
Las denuncias de Trump y de su interferencia en elecciones en varios países, así como su apoyo a la internacional ultraderechista, reclaman una atención mayor por las instancias que deben velar por el bien de la humanidad. Pero la inútil ONU no solamente no voltea hacia allá, sino que parece ignorar las fuerzas que distorsionan la democracia para volverla una cacocracia, o sea un gobierno de malvados.
Por cierto, aunque suene a chisme, es un misterio sobre qué hacía la oligarca de Sheinbaum en la gala de premiación de Milei como “titán de la reforma económica” , ¿fue a promover los intereses de México, o a recibir iluminación sobre a donde y como avanzar en la derechización del país?
Dror acierta en que se debe vigorizar la política y aunque le escribe a esos políticos que deberán proteger a la humanidad, la humanidad misma, debe tomar en sus manos, una reconceptualización y reconfiguración de su participación. Todo para que la política deje de ser un ejercicio vertical descendente, del poder a los ciudadanos, para que refuerce la rendición de cuentas y los políticos se encarguen de equilibrar las relaciones y protejan a la humanidad de los oligarcas.
Y termino citando a Dror “La política es muy importante y continúa a cargo de las opciones que configuran el futuro, a veces con éxito y con frecuencia no. … El declive general en “las capacidades para gobernar” afecta poder confrontar temas importantes” (p. 263), entre ellos nuestro bienestar y prosperidad.