Cada vez más México, en Los Angeles
Volver a México, la ciudad donde viví por mas de veintiocho años y de la que me despegué hace solo ocho renovó mi espíritu, me hizo sentir invencible, me colmó de energía. Ahora que ya estoy de regreso aquí en mi rinconcito del Inland Empire, mi mente vuela hacia donde mi corazón apunta, mis pensamientos regresan al sur de la frontera.
Los cinco dólares
Aquí encontré desazón; nadie esta acostumbrado a estar medido en gastos y pensar que será peor. La gente ya no se desprende tan fácilmente de sus cinco dólares. En esta nueva realidad uno solo compra lo indispensable. Los amigos que perdieron sus casas o las perdieron los dueños de quienes rentaban son muchos.
Se están mudando a vivir con sus familiares para sobrevivir los gastos. Los trabajos de treinta y dos horas por semana son lo más común. Se reconoce lo afortunados que son los que tienen un empleo.
«Lo hemos padecido por casi veinticuatro años,» me decía un sobrino, «yo nací en la crisis y ahí nos quedamos», porque 1986, año en el que nació, el concepto estuvo en su vocabulario.
Y veo que ahora que acá en Estados Unidos estamos empezando a estar igual. Nos empieza a unir esa palabra que asusta, CRISIS, porque sabemos, o prevenimos, sus consecuencias.
Las cosas no están igual
Desde que volví, las cosas no están igual. Aunque vivo en un vecindario tranquilo, pero hemos sido victimas por aquí de dos robos. En el primero abrieron una almacén pequeño con herramientas de jardin. Hasta se llevaron plantas. Fue hace más de 20 días, y hoy en la mañana, nos despertamos con la sorpresa de que hurtaron más plantas, robando también las que daban cobijo a los peces de la fuente del jardín.
Pronto habrá más gente de este lado viviendo como los de Ciudad de Mexico, como yo lo hice toda mi vida allá: viviendo como sobrevivientes. Para ello será necesario tener todos los sentidos en alerta. Tu condición física si importará, así como tu capacidad de manejarte a la defensiva hasta en los detalles mas mínimos de la vida diaria.
Todos deberemos emular a los chilangos, quienes hacen pan de la nada y una fiesta de abundancia con lo poco, los que pueblan la que llamaban Ciudad de la Esperanza.
Ya llegaron esos tiempos
Lo lamento en verdad: ya llegaron esos tiempos aquí, para nosotros, en Estados Unidos. Ya se vive en algunas casas de gente que perdió su trabajo o que les disminuyeron las horas. En México es cosa regular: hombres, mujeres y niños que apenas comen y visten con un salario mínimo de menos de seis dólares por día. De ellos, cinco dólares les costará en una fonda la comida corrida: sopa, arroz, plato fuerte, agua, tortillas y salsa.
Aquí desde la ventana del departamento donde vivo, puedo ver el jardín que quise toda mi vida . Desde el departamento de mis padres en casi pleno centro del DF no se escuchan los pájaros en las mañanas, sino el incesante sonido de los motores de los autos que circulan por la México Tacuba y el Circuito Interior, a diez minutos en coche del barrio de mi niñez, Tacubaya.
Ya se está haciendo también aquí difícil el ir al cine. Es prioridad llenar el refrigerador de comida, pero aun nos falta para llegar a lo que se vive allí.
Solo en el Metro
Aquí tenemos auto, allá en el Distrito Federal solo un 30% de la población tiene coche en su familia. Las líneas del Metro, a un costo de 20 centavos de dólar por viaje, están repletas de gente de todas las edades. Con vestiduras sencillas y zapatos que muestran que allí si se camina y cabellos húmedos si es de mañana.
Cada vez más México, en Los Angeles. Por lo menos, estamos mejor preparados para lo que se viene.
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Gracias por la información. Esta Crisis Económica es la otra cara de la moneda de la globalización. Ese conmovedor ‘Cada vez más como en México’ se agranda y, puedo asegurarte, es posible traducirlo a ‘Cada vez más como en…’, la última memoria vívida de opresión económica que llevemos marcada en nuestro corazón. Casi cuatro millones de españoles sin trabajo, muchos británicos cesantes de la noche a la mañana y, despacio, aparecen los primeros signos de alarma. Movimientos que llaman a poner a los ‘British Workers Firt’ y quién sabe qué más. En el parlamento alemán se habla de ‘prevenir los errores de los años 30’. El Obamismo es una reacción más idealista a este terror financiero, más humanista y con más miras al futuro. Tu nota es fuerte y buenísima, me gustaría leer más.
Estimada Eleven European Mystics,
Aqui en el area de los Angeles nadie se esta salvando, quienes radicamos aca podemos palpar a nuestro alrededor un nuevo entorno.
Ayer una consejera afroamericana, me hacia saber que su madre que trabaja en el distrito escolar de los Angeles, le habia llamado alarmada porque se entero que descansarian a cincuenta mil maestros. En los colegios comunitarios muchos de los estudiantes son de origen asiatico, lo puedes contemplar a siemple vista en los pasillos de los colegios y universidades, muchos de ellos empezaron ya -por la situacion economica actual- a buscar empleos de medio tiempo y se han acercado -como no era comun antes- a solicitar ayuda financiera tambien. Existen marcadas diferencias entre los inmigrantes de origen mexicano y los de origen coreano a mi parecer, basandome en la conviviencia que he tenido con algunos de ellos y lo que me relataron de por qué vinieron a los Estados Unidos, he encontrado que en su gran mayoria son de familias acomodadas en su pais y llegaron al pais con visa de estudiante o documentados por una familiar cercano o loteria de visas y muchos vienen ya habiendo estudiado en su pais ingles como segunda lengua. Como puedes observar no obstante las diferencias socieconomicas y los distintos origenes etnicos, latinos, asiaticos, afroamericanos, y de origen europeo, estamos siendo ironicamente unidos por dos palabras que expresan nuestra realidad actual: Crisis Economica.
Gracias por tus comentarios.
Hermosa nota o comentario. ¿Cómo reaccionan a la situación miembros de otras comunidades étnicas? Coreanos, por ejemplo. En Inglaterra, donde el grupo familiar está muy resquebrejado ciertos arreglos habitacionales a los que la gente se ve obligada por la situación son casi imposibles o, si son posibles, podrían conducir a verdaderas tragedias. La cuestión sería si uno puede mantener una ideología diferente a aquella de los países donde la mobilidad social queda estancada a causa de una percepción del poder como algo esencialmente negativo.