Confiabilidad y demagogia en México y Estados Unidos
La demagogia consiste en las promesas que se hacen sabiendo de antemano que no se podrán cumplir, pero como dicen las consejas: prometer no empobrece, y no te preocupes que la sociedad no tiene memoria.
Mientras que la demagogia es un instrumento político utilizado con frecuencia por muchos, hay quien se toma en serio algunas de las promesas hechas y espera que se cumplan. En el colmo del cinismo, hay políticos mexicanos que recurren a firmar sus promesas con un notario. El notario da fe que la firma es legítima, y en términos reales y prácticos, no avala lo dicho y prometido por los políticos, o sea que el notario no tiene la culpa de que no cumplan.
La dinámica política lleva la demagogia a varios públicos, así aunque las promesas tienen un destinatario doméstico, pueden llegar a tomarse en serio en otros países, ya sea aliados o enemigos, y esto trae consecuencias políticas muchas veces inesperadas e indeseadas.
La última ronda de amenaza de los republicanos en Estados Unidos para cerrar la operación del gobierno siendo un tema doméstico enfocado a la elección de 2024, lanza un fuerte mensaje al mundo que empieza a perderle confianza a ese país.
El país que se dice ser el faro de la democracia no establece procesos políticos que le permitan al gobierno operar a largo plazo, eso lo llaman ellos mismos un Estado fallido. Resulta que lo que se decide, vota y aprueba, unos meses después vuelve a revisarse para ser votado de nuevo y así repetidamente. Luego entonces las decisiones de largo plazo son de muy corto plazo, lo que genera inestabilidad e incertidumbre porque los equilibrios de poder se convierten en escollos para el gobierno.
Esta última votación le da fondos al gobierno estadounidense para operar 45 días, en un mes y medio encontraremos de nuevo el mismo teatro.
El acuerdo fue posible excluyendo el apoyo a Ucrania lo que pone en la palestra los compromisos y alianzas con los socios estratégicos de Estados Unidos. ¿. Ucrania sola no le ganará la guerra al eje Rusia-China-Corea del Norte, pero debe saber que aquello que se promete verbalmente puede empezar a descarrilarse.
He mencionado a los (pocos) políticos que bromean prometiendo los cuernos de la luna, la mayoría tienen la intención de cumplir aunque no hicieron la tarea de estudiar todas las circunstancias a las que se enfrenta el gobierno y que facilitan o dificultan poder cumplir con lo ofrecido.
En una ocasión en la cocina de mi casa en El Paso se preparó a un candidato a la presidencia en Ciudad Juárez y lo propuesto para ofrecer era porque se creía o sabía era atractivo para los juarenses, poco se había analizado seriamente sobre las necesidades reales de gobernar. Por suerte el personaje perdió, porque su calidad ético-moral dejaba mucho que desear.
Entre los factores que descarrilan el cumplimiento de las promesas se encuentran las envidias, apetitos de poder y las batallas ideológicas, como el deseo de los republicanos de cancelar los programas de gran impacto social como el seguro social (pensiones) y medicare (atención médica). Poco les interesa el bienestar general o el deseo de las grandes mayorías. En los extremos radicales un senador frena decisiones estratégicas para impulsar su agenda anti-aborto, o 21 congresistas tratan de paralizar al gobierno para destruir la agenda de construcción de infraestructura y atención social. Esos extremismos intolerantes empiezan a crecer tratando de perturbar u obstruir a los gobiernos, así como los trumpianos está Vox en España, la ultraderecha en Chile y México, por mencionar solamente algunos casos.
En mes y medio mientras los extremistas estadounidenses hacen su guerra del hambre, el gobierno fallido de Estados penderá de un hilo de nuevo y el mundo se preguntará que pasará con las finanzas toda vez que el Banco de la Reserva Federal ha impuesto mundialmente políticas monetarias, entre ellas las tasas de interés.
Pero ahí está agazapada China que paso a paso desplaza al imperialismo yanqui y hasta introduce al yuan como moneda de cambio y ahí si el gobierno no necesita demagogica porque se impone porque se impone.