El precio de las medicinas y los trucos electorales

Por primera vez el gobierno federal a través de la agencia Medicare obtuvo precios reducidos para los diez medicamentos más usados por la población

Durante más de 20 años, las agencias del gobierno tuvieron prohibido negociar los precios de medicamentos con las farmacéuticas. En consecuencia debieron pagar precios estratosféricos y sin justificación, alimentando el lucro desmedido de estas empresas. 

En agosto de 2022, el presidente Joe Biden firmó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que entre muchos otros cambios dio fin a esta prohibición. Inició una etapa de negociaciones no consumadas, declaraciones no respaldadas por acción, promesas no cumplidas, y confrontaciones partidistas. Finalmente, el 1 de agosto se llegó a un acuerdo, dado a conocer ahora.

 Por primera vez el gobierno federal a través de la agencia Medicare obtuvo precios reducidos para 10 medicamentos, entre los más comúnmente usados por la población. 

Al margen de la intención electoral detrás de la publicación y de la influencia que esta pueda tener sobre las intenciones de voto, este es un importante hito.

Merecido alivio para los más necesitados

Los altos precios de los medicamentos constituyen una carga insoportable tanto para la población como sobre los organismos federales que pagan a menudo gran parte de los mismos. Este proceso repetido por años ha permitido el enriquecimiento desmesurado de las farmacéuticas a espaldas de los contribuyentes y los consumidores, en su mayoría personas de la tercera edad, gente de bajos recursos y enfermos crónicos.

En una conferencia de prensa previa al anuncio, el secretario de Salud Pública de la nación Xavier Becerra informó que los nuevos precios ahorran al público más de $1,500 millones, y a Medicare más de 6,000 millones de dólares por año. 

Y según la Oficina de Presupuestos del Congreso, los nuevos precios ahorrarán al gobierno más de 98,000 millones de dólares en la próxima década. 

El Centro de Servicios de Medicare y Medicaid detalló los nuevos precios. Sus descuentos llegan al 79% para Januvia, utilizado para el tratamiento de la diabetes por 843,000 enrolados en el plan D y cuyo precio baja de $527 a $113 por un suministro de 30 días. 

El resto de los descuentos oscilan entre el 38% y el 76%. El remedio más popular de la lista es Eliquis, para la prevención y tratamiento de coágulos sanguíneos, con cuatro millones de pacientes. 

En total, los descuentos benefician a ocho millones de los 56 millones de constituyentes de Medicare Parte D. 

Un acuerdo con ciertas concesiones

Pese a la satisfacción por el acuerdo logrado, debemos señalar algunas de las concesiones por parte del gobierno que consideramos innecesarias. Los nuevos precios regirán recién a partir de enero de 2026, en lo que constituye una regalía del gobierno para que las productoras sigan cobrando sumas irracionales. Asimismo, no se han incluido los numerosos medicamentos que están en vías de introducción al mercado y cuyos precios no se han negociado.

Finalmente, si bien estamos al tanto de la estructura de las negociaciones, estas deberían ser abiertas y transparentes de manera tal que representantes del público y los medios incidan en las mismas. 

Si bien las farmacéuticas alegan que los costos de investigación y desarrollo justifican los altos precios, por lo general cuentan en este proceso con considerable ayuda federal. 

Recordemos que estamos hablando de fármacos que salvan vidas y que en varios casos no tienen sustitutos menos costosos. 

El anuncio es una buena noticia no solamente para la parte de la población que requiere atención médica cuyos costos han sido históricamente prohibitivos, sino también para el resto de nosotros que como contribuyentes hemos pagado por muchos años los precios injustos. En breve iniciarán nuevas negociaciones que abarcarán 20 medicamentos adicionales. El poder adquisitivo de Medicare será decisivo a la hora de obtener concesiones que beneficien a todos.

Autor

  • Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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