El Fogón de Los Ángeles: La situación de la frontera entre México y EE.UU.

La reunión virtual de julio contó con participantes de México, El Salvador, Argentina, Brasil y Estados Unidos

La frontera se ha transformado en la preocupación número uno de los electores estadounidenses, según las últimas encuestas de Gallup. Ese fue el tema de la reunión de El Fogón de Los Ángeles del 5 de julio que fue explorado por los miembros del panel y participantes de Estados Unidos, México, El Salvador, Argentina y Brasil.

En la búsqueda del «Sueño Americano»

Decenas de miles de migrantes de América Latina y de otras partes del mundo siguen golpeando las puertas del llamado «Sueño Americano». En diciembre de 2023 se llegó a nada menos que un promedio de 10 mil personas por día que eran detenidas en la frontera entre México y Estados Unidos.

Y los migrantes siguen llegando. Vienen por persecución política, desastres naturales, miseria económica. No porque sean criminales o violadores, como sugirió Donald Trump, sino porque quieren crear una oportunidad para ellos y para sus familias.

El tema no es nada simple. Si bien mucha gente tiene derecho a golpear la puerta, todo país soberano tiene derecho a controlar su frontera. Pero ese control, como se sugirió en la reunión, tiene que ser humanitario, que se respeten las propias leyes del país receptor. Además, no hay que olvidar que el derecho al asilo está protegido por los tratados internacionales y hay reglas que deberían ser seguidas. Pero que, lamentablemente, no lo son.

Las medidas de la Administración Biden

En junio 2024, la Administración Biden introdujo toda una serie de medidas que dificultan el proceso. Y parecería que están dando resultado ya que en junio se redujo en 40% la entrada de migrantes. Esta reducción está evidentemente conectada con la amenaza que si continua el flujo masivo, Estados Unidos cerrará  la frontera.

No hay que olvidar que para pedir asilo, un migrante tiene que pedir una cita a través del CBP One, una aplicación de la Patrulla de Frontera. Pero esto es complejo y lleva tiempo. Hay gente que está esperando meses en la frontera y no hay forma que pueda conseguir una cita. Por lo tanto, son muchos migrantes y pocas plazas.

Si el migrante se frustra y decide entrar por su cuenta, es detenido. Hay que tener en cuenta que si se llega a un promedio de 2,500 detenciones en los distintos puntos de ingreso en ese largo territorio de 2,000 millas que es la frontera, Estados Unidos simplemente la cerrará.

Migrantes son detenidos en la frontera méxico-estadounidense. Foto: NARA & DVIDS Public Domain

Consecuentemente, la gente que llega y no puede hacer una cita o que no puede entrar, termina quedándose del lado mexicano de la frontera en donde la concentración de migrantes de todas partes del mundo sigue creciendo.

Cabe notar que para México lo peor que pueda ocurrir es que le cierren las fronteras y afecten el comercio entre los dos países. Por eso no es ninguna casualidad que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se sienta presionado lo suficiente como para colaborar con Estados Unidos. .

La migración en directa relación con la demografía

Tenemos un problema demográfico. La fertilidad de la mujer estadounidense es de 1.6, y no 2.1 que es lo necesario para reproducir la población de manera adecuada. Antes de fines de la década, los habitantes de más de 60 años van a llegar a ser casi un cuarto de la población de California. La única solución es la inmigración, abrir la puerta un poco más para que la gente siga llegando.

Trump y sus aliados neofascistas tienen en su agenda una idea diferente. Quieren cerrar las puertas. Pero los campos, la agricultura, se basan en el trabajo de latinos que tienen pocos o ningún derecho. Por ejemplo, en California algunos trabajadores indocumentados del campo no cobran ni siquiera un salario mínimo ya que la patronal siempre encuentra la manera de introducir descuentos.

El expresidente Donald Trump, habló hoy, Julio 10, en Florida. Foto: Captura de pantalla del video de Youtube de Univisión Noticias incluído en esta nota.

En este encuentro, también se habló de las historias de los migrantes que no sufren tanto  persecuciones políticas, sino la persecución y la explotación de los carteles de las drogas y las mafias (en pequeños comercios o fincas, mafia territorial que cobran derechos de piso, hasta llegar a la extorsión). Las mafias matan a un miembro de la familia y obligan a   que la gente se vaya.

Según los estatutos estadounidenses la persecución racial, religiosa o política son fundamentos válidos para el pedido de asilo, pero no así quienes son amenazados por organizaciones criminales. Eso caería dentro de la jurisdicción de organismos estatales en donde el caso tuvo lugar. Así que los venezolanos, cubanos y nicaragüenses tienen posibilidades mayores que alguien de Honduras, Guatemala o El Salvador que haya sufrido la amenaza de pandilleros.

También se hizo énfasis en que cuando se habla de las causas de la migración, no hay que olvidar que muchos de los problemas que tienen otros países son consecuencia de políticas que surgieron de Estados Unidos y que en algunos casos implicaron apoyar corporaciones multinacionales que explotan a los trabajadores de esos países y, también, apoyar a golpes de estados que instauraron gobiernos represivos.

Esto ocurrió en la década de 1980, donde miles de salvadoreños huían del país al mismo tiempo que Estados Unidos enviaba millones de dólares en asistencia militar al régimen dictatorial de turno.

El Salvador, como se recordó en la reunión, tiene un flujo migratorio intenso. Salieron 500 mil personas en los últimos dos años. Antes la gente huía por las amenazas de las pandillas. Eventualmente la gente se iba especialmente a Honduras y a Guatemala y, de ahí, a Estados Unidos. Ya con el inicio del régimen de excepción de Bukele todo cambia y la gente empieza a huir del ejército y la policía.

Las pandillas negociaron y sus jefes están ya sea afuera o adentro, pero el número de detenidos es falso. En la super cárcel hecha para 40 mil presos hay menos de 10 mil. Es una penitenciaría de máxima seguridad donde la gente está tranquila y, como se ha rumoreado, con granjas de troles generando mensajes a favor del gobierno. Mientras que en otras cárceles, que están superpobladas, muchos presos mueren. Muchos familiares de presos están saliendo del país, así también como los sectores políticos y minorías relacionadas con el activismo del cuidado al medio ambiente que también ven amenazada su seguridad.

La persecución a periodistas bajo el gobierno de Bukele

En el periódico El Faro, por ejemplo, toda su oficina tuvo que  mudarse a Costa Rica (otros se encuentran en México o Panamá) restringiendo así sus trabajos de investigación por no encontrarse en el país.  En El Salvador, las estadísticas que se difunden son poco fiables pues todos los números desde la pandemia hasta ahora están bajo el férreo control de las instituciones gubernamentales. Los datos no son fiables, mientras las condiciones materiales de vida son deplorables, junto a las condiciones políticas y humanitarias.

El Ministro de Seguridad dijo que la «policía son los jueces de la calle». Y todo esto genera temor en la población que busca en la inmigración una manera segura de existencia.

El Salvador exporta gente. Más de tres millones de salvadoreños residen en Estados Unidos y retornan divisas a través de remesas que ya representan más de 25% del PBI del país.

El Fogón de Los Ángeles es un encuentro de gente de todos los rincones de América Latina en el que se explora temas de política y literatura. La reunión tiene lugar, en zoom, el primer viernes de cada mes. Para mayor información contactar a nfantini@aol.com.

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