La prohibición del aborto mata mujeres

La situación de las mujeres que requieren el aborto ha empeorado precipitadamente, especialmente en la gente de bajos recursos, latinos, afroamericanos

En pos de la sentencia de la Corte Suprema que en junio de 2022 eliminó el derecho constitucional federal al aborto, numerosas legislaturas estatales establecieron casi de inmediato toda clase de restricciones y prohibiciones al aborto. 

Castigo para las mujeres y para los equipos médicos

Hoy, 14 estados prohíben absolutamente el aborto; 27 estados lo prohíben en función de la duración de la gestación: 19 de ellos lo hacen en cualquier momento después de las 18 semanas. La mayoría de los estados con prohibición total son del Sur, entre los más pobres de la Unión, con amplias poblaciones afroamericanas de bajos recursos económicos y absoluta mayoría de MAGA. En varios estados existen excepciones que permiten el aborto, pero en su mayoría están diseñadas para ser directamente inaplicables. Contienen un lenguaje vago y contradictorio e imponen requisitos demasiado complicados de cumplir.

Desde entonces la situación de las mujeres que requieren el aborto ha empeorado precipitadamente, especialmente en la gente de bajos recursos, latinos, afroamericanos.

Uno de los aspectos más vergonzosos de las nuevas leyes es que castigan también a los equipos médicos que lleven a cabo un aborto, en algunos casos con la cárcel, y multan o retiran la certificación de instituciones médicas. 

Estas prohibiciones que de por sí son abusivas y opresivas, son aún más repulsivas cuando mujeres que acuden a los servicios de emergencia por cualquier razón que implique el aborto son rechazadas. A menudo se posterga su atención hasta que la crisis implique peligro para sus vidas y su salud esté comprometida para el resto de sus días.

Esto sucede cuando los médicos y sus administradores contraponen el suyo al interés de sus pacientes. 

El miedo y la muerte avanzan

El sitio investigativo ProPublica documentó dos casos de mujeres en Georgia con complicaciones de aborto que murieron a consecuencia de la negativa de los médicos de atenderlas. Lograron la información pese a incontables intentos legales, administrativos y burocráticos por parte de los hospitales y las autoridades para ocultar la verdad. Según los investigadores, hay más casos similares. 

A Jaci Statton de Oklahoma, que llegó al hospital sangrando por un embarazo molar parcial no viable, el personal médico le dijo, según NPR, que esperara en el estacionamiento hasta que estuviera “colapsando” o al borde de un ataque cardíaco.

En Florida, el hospital dio de alta a Anya Cook después de que sus membranas se rompieran a las 16 semanas; se desangró hasta casi morir en el baño de una peluquería, dice el Washington Post.

A dos mujeres de Texas con embarazos fuera del útero o ectópicos – la principal causa de mortalidad materna en el primer trimestre – se negó el aborto aunque la ley estatal clasifica el tratamiento ectópico como no aborto. Sangraron y perdieron la capacidad de tener hijos, y ahora demandan a los hospitales.

En Luisiana un médico que practique un aborto podría ser condenado a 15 años de cárcel, una multa de $200,000 y la pérdida de su licencia médica. Un reciente informe de Médicos por los Derechos Humanos, Reproductive Health Impact y el Centro de Derechos Reproductivos, llamado “Atención criminalizada: cómo la prohibición del aborto en Luisiana pone en peligro a pacientes y médicos”, enumera decenas de casos de mujeres que sufrieron situaciones cercanas a la muerte por negligencia del personal médico dada su interpretación estrecha de la ley, una de las más extremistas del país.  

Las muertas y sus familias, las heridas, tienen el común denominador de carecer de poder político, de una plataforma, de aliados suficientemente fuertes, y tienen que enfrentar, solas como un perro, a las fuerzas unidas del mal, la intolerancia, la crueldad, la impaciencia, el fanatismo.

Las nuevas leyes violan abiertamente la Constitución

Muchas de las nuevas leyes creadas por motivaciones puramente ideológicas violan estatutos del propio estado y especialmente leyes federales. En algunos casos, tribunales estatales y federales permitieron que esta conducta continúe impunemente. Al hacerlo violaron abiertamente la Constitución, que establece que las leyes federales son la «ley suprema del país». 

La Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo de Parto de 1986 (EMTALA por sus siglas en inglés), que exige que los hospitales con departamentos de emergencia proporcionen exámenes y tratamiento estabilizador a cualquier paciente que llegue con una condición médica de emergencia. La ley beneficia a todos los residentes del país independientemente de su capacidad de pago o su estado migratorio. En todos estos casos, fue ignorada.

Encuesta tras encuesta reafirma que la enorme mayoría del público estadounidense favorece el derecho al aborto. El 63% dice que debe ser legal en todos o casi todos los casos, incluyendo el 40% de los republicanos. Solo el 12% dice que debería ser “ilegal en todas las circunstancias”. 

Pero si pensábamos que con el dictamen negativo de la Corte Suprema y las leyes restrictivas de los estados se terminó la ofensiva oscurantista, nos engañábamos. Lo que se viene es una cruzada para prohibir el aborto a nivel federal, incluyendo la prohibición de medicamentos que lo causan.

Un estado de aberrante retroceso

Es el“Mandato para el liderazgo”, la agenda legislativa presentada por el Proyecto 2025, que falsamente Donald Trump declaró desconocer luego de promoverla y debatirla. Una coalición de grupos conservadores, pide a la FDA que revierta su aprobación de “medicamentos abortivos químicos”, en otras palabras la mifepristona que provoca causa el aborto, el último medio en manos de las mujeres. Da detalle de 26 muertes de mujeres después de tomar mifepristona. Un simple análisis arroja que son 26 de dos millones, una proporción mucho mejor que la de, por ejemplo, la penicilina. Y una revisión de los 26 nombres revela que la mitad falleció por otras causas, incluyendo violencia a mano armada. Más demagogia, más mentiras tras el manto de objetividad y falso rigor científico..

El 5 de noviembre los ciudadanos en 10 estados podrán votar por enmiendas constitucionales que favorecen el derecho al aborto. Será la oportunidad para que la opinión de la mayoría se tome en cuenta.

Que esto suceda en Estados Unidos, el país más próspero y avanzado del mundo, es especialmente aberrante. Nos da una idea del nivel cultural al que estamos cayendo. Sí, aberrante, primordialmente, porque todas esas desgracias se podían haber evitado. Hasta con un poco de sentido común

Autor

  • Gabriel Lerner

    Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito. Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio. -- Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then. Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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