La Sirenita de Hans Christian Andersen, una alegoría de amor gay
El cuento «La Sirenita» es una famosa narración escrita por Hans Christian Andersen. Este autor danés del siglo XIX, (2/4/1805- 4/81875) relata la vida de una joven sirena, que al enamorarse de un príncipe, desea tener un cuerpo humano para estar con él.
A lo largo del cuento, Andersen explora temas como la belleza física versus la belleza interior, la comunicación, el sacrificio, la renuncia, la dificultad de adaptarse a nuevos entornos y el amor no correspondido.
A lo largo de los años, «La Sirenita» ha sido adaptada en diferentes formatos. La versión animada de Disney, lanzada en 1989, es la que popularizo el cuento.
Trato con la Bruja
En el cuento original, La Sirenita hace un trato con la bruja del mar, quien le corta la lengua a cambio de darle forma humana. Esto es una tortura para la pobre sirena, ya que no sabe utilizar sus nuevas piernas y camina dolorosamente… es importante para comprender el relato que la bruja crea una línea de tiempo, es decir, que se debe casar con el príncipe en un plazo determinado o, la alternativa que ofrece la bruja es, matar al príncipe… si estas dos cosas no ocurrieran se convertirá en espuma de mar.…
En el relato original el príncipe se enamora de otra mujer y la sirena debe decidir si matar al príncipe para salvarse a sí misma, pero la opción elegida es lanzarse al mar. Como lo predijo la bruja, se convierte en espuma, pero gracias a la intervención del espíritu del aire, La Sirenita logra la inmortalidad.
Historia de amor
Andersen se inspiró para escribir el cuento en varias leyendas y mitos sobre sirenas que escuchó y el objetivo era escribir una narración que combinara elementos de fantasía con su historia personal.
En realidad, el relato refleja la verdadera historia de Hans Christian Andersen, cuando se entera que su amante y amor de su vida, se casaba con una mujer.
Llega a nosotros la apasionada correspondencia de Anderson a su amigo Edvard Collins que expresaba…
“Te anhelo, sí, este momento te anhelo como si fueras una niña encantadora… A nadie he querido azotar tanto como a ti… pero tampoco a nadie he querido tanto por mí como a ti…
Mis sentimientos por ti son los de una mujer, la feminidad de mi naturaleza y nuestra amistad deben seguir siendo un misterio».
Una alegoría
Anderson en el relato “La sirena” nos muestra que no solo quiere a una persona en particular. Ella quiere pertenecer, quiere salir de las profundidades y encontrar aceptación sin tener que renunciar a su voz, aunque tenga que esperar 300 años para hacerlo.
Como sabemos la Sirenita es muda, porque es una forma que tiene Anderson de expresar la prohibición de hablar libremente de su amor. El cambio de su cola de pez por piernas humanas es una manera de mostrar su disposición de adaptabilidad a un amor prohibido.
En el cuento real La Sirenita al igual que Anderson sufren su destino, su amado acaba casándose con otra y ambos sienten que han perdido al amor de su vida.
No creo que Anderson estuviera en desacuerdo con el final feliz de la versión de Disney, donde la sirenita se casa con su príncipe amado, porque ese era el final que él hubiera deseado para su vida.
Lee también
«No miren arriba»: una película de alegorías, cinismo y política