La «Ley del Tamal» a un paso de legalizar la venta de comida casera y ambulante

La HB 2042, un simple cambio en las regulaciones comerciales que es un símbolo de solidaridad entre comunidades

Para la chef Silvana Salcido, los tamales son mucho más que un simple alimento. Es un patrimonio mundial, es una conexión con las raíces más profundas de su cultura, dijo la fundadora de Barrio Café, reconocido como uno de los mejores restaurantes de comida mexicana de Estados Unidos.

“Nosotros somos el maíz,” proclamó. “El maíz viene del ombligo, viene del vientre, es nuestro patrimonio de humanidad”, dijo Silvana, quien acaba de anunciar el cierre del icónico restaurante ubicado en el corazón de Phoenix.

En medio del clima político que caracteriza a Arizona por sus duras leyes antiinmigrantes, un inesperado aroma de colaboración surgió entre republicanos y demócratas, usualmente opuestos en sus ideologías y agendas, que se han unido en apoyo de una causa común: “La ley del Tamal”.

La HB 2042 representa más que un simple cambio en las regulaciones comerciales. Es un símbolo de solidaridad entre comunidades. Es un recordatorio de que, más allá de las diferencias políticas, se puede observar cómo se puede llegar a compartir un patrimonio gastronómico entre culturas.

Por décadas, los vendedores de comida ambulante han sido una parte integral del paisaje urbano de algunas zonas latinas en Arizona, vendiendo tamales, tortillas, pupusas, burritos y otros platillos predominantemente latinos.

Sin embargo, las regulaciones y restricciones actuales han puesto obstáculos significativos en su camino a la formalidad, relegándolos a las sombras y exponiéndolos a multas y penalidades como la cárcel.

Ahora, la renovada HB 2042 lucha por una segunda oportunidad de convertirse en ley, después que fuera vetada por la demócrata Katie Hobbs, gobernadora de Arizona. Inicialmente presentada como la HB 2509, el proyecto de ley fue descartado el año pasado porque ponía en entredicho la salud pública de los arizonenses.

En la carta de veto la gobernadora argumentó que “aumentaría significativamente el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos” y no establecía normas de inspección o certificación.

Ahora, con altas probabilidades de ser aprobada con las nuevas enmiendas, la medida solo espera la firma de Hobbs, después de haber sido avalada por la Legislatura con apoyo bipartidista, ganando una mayoría de 45-11 en la Cámara de Representantes y 26-4 en el Senado en abril de 2023.

“La oficina de la gobernadora nos dijo que la firmaría, así que hay esperanza de que así sea”, dijo la representante Alma Hernández, demócrata por Tucson, una de las principales defensoras de la “Ley del Tamal”.

“Me uní con los republicanos para impulsar esta ley. Ahora, con la promesa de la oficina de la gobernadora de que la apruebe, siento que finalmente se reconoce el arduo trabajo de nuestra comunidad”, dijo.

Hernández reconoció el interés de los conservadores por pasar esta ley que beneficiaría en mayor medida. Hasta la candidata al Senado y excandidata a la gubernatura, la republicana Kari Lake, reconoció en sus redes sociales que esta regulación es mucho más grande que una simple ley de tamales. “La HB 2509 fue una oportunidad para ayudar a las pequeñas empresas de Arizona a crecer, sin la carga de regulaciones gubernamentales innecesarias”.

Alma Hernández, representante estatal demócrata en Arizona (Foto: Legislatura de Arizona).

El representante Travis Grantham, republicano por Gilbert, impulsor del proyecto de ley, realizó los cambios a la propuesta para abordar los señalamientos de Hobbs, en su afán por que sea aprobada.

Entre las modificaciones, se mencionan clases sobre preparación de alimentos, mantener una certificación vigente por parte del Departamento de Servicios de Salud (DHS, por sus siglas en inglés), y que los artículos caseros deben incluir una etiqueta con el nombre y número de registro de la persona autorizada para preparar alimentos, al igual que esta frase: “Este producto se produjo en una cocina casera que puede procesar alergénicos alimenticios comunes y no ha sido sujeto a inspecciones de salud pública”.

“Nosotros somos el maíz. El maíz viene del ombligo, viene del vientre, es nuestro patrimonio de humanidad”, dijo la chef Silvana Salcido, sobre los tamales.

Tamales, patrimonio de la humanidad

Con pasión, Silvana Salcido defendió el legado de las mujeres que día a día, en medio de la marginación, preservan sus negocios y transmiten la tradición de hacer tamales y otros platillos hispanos.

“Respeto a las tamaleras, las descendientes y protectoras de nuestra cultura,” afirmó con determinación. “Sin ellas, todo el mundo estaría comiendo maseca”, dijo la chef que se retira del gremio restaurantero por motivos de salud.

Silvana compartió su indignación sobre la situación que viven los vendedores ambulantes en Los Ángeles, California, y que podrían enfrentar los vendedores en Arizona si no se aprueba la HB 2042.

Los comerciantes en California han sido perseguidos durante años por las autoridades siendo obligados a pagar altas multas, o ser sancionados hasta con cárcel, además de ser blanco de asaltos y abusos por su situación de vulnerabilidad.

“Se me hace racista, en lugar de buscar formas de ayudarlos, los están atacando. El capitalismo es horrible. Al rato van a meter a los vendedores ambulantes a las cárceles para que trabajen por dos dólares al día”, dijo

Recordó con orgullo cómo muchos negocios exitosos comenzaron con la venta ambulante de comida.

“Se les olvida,” lamentó.

“Las señoras que hacen sus tamales, que andan soportando las vergüenzas, el desprecio, las palabras que les dicen a las afueras de los estacionamientos de los Home Depot, son las descendientes de las mismas mujeres mesoamericanos que nos dieron la domesticación del maíz”, dijo.

La chef Silvana Salcido, fundadora del icónico restaurante Barrio Café, en Phoenix, considera a los tamales como patrimonio cultural de México; en la imagen, en una entrevista con Maritza Félix en 2020 (Foto: Daniel Robles).

De ambulante a reconocida empresaria

Imelda Hartley era como una de esas mujeres que describe Silvana.

Ella ha sido una figura clave en la lucha por apoyar este proyecto de ley, y su experiencia personal ofrece una perspectiva poderosa.

Comenzó preparando tamales desde su propia cocina y luego los vendía frente a una lavandería por la Indian School en Phoenix, para poder mantener a sus 14 hijos.

Como una persona que ha enfrentado los desafíos de empezar desde abajo, comprende la frustración que causa cuando una ley amenaza con sancionar a los vendedores ambulantes. La mayoría de ellos, como Imelda, lo hacen por necesidad, y muchos son latinos.

“Muchos son indocumentados, otros simplemente no encuentran trabajo y esa es una manera de solventar a sus familias”, dijo.

Imelda reconoce que la HB 2042 podría ser beneficiosa para la comunidad inmigrante. Ella ha probado comida con buena sazón y a precios razonables en las calles sin enfermarse, y ve en esta ley una oportunidad para abrir el mercado a todos.

“Hoy en día los precios de la comida están muy altos. Lo que pasa es que los restaurantes no quieren competencia, entonces deben buscar alternativas para bajar sus precios”, dijo.

Para Imelda, esta ley no es solo una cuestión de negocios, sino también de justicia social. Ha sido testigo de cómo la preocupación por la salud pública fue utilizada como pretexto para penalizar a personas que simplemente están tratando de ganarse la vida.

“Las estadísticas dicen que hay más probabilidad de que una persona se enferme en un establecimiento de comida que en la calle”, dijo Imelda, quien creció en Guaymas, Sonora, y emigró a Arizona hace 28 años.

Imelda Hartley es una empresaria gastronómica especializada en tamales, que los empezó vendiendo en las calles de Phoenix (Foto: Consulado de México en Phoenix).

Reconoció que la aprobación de este proyecto de ley sería una victoria para todos aquellos que luchan por sus derechos, independientemente de su estatus migratorio.

“Esta ley levantaba las sanciones que cualquier vendedor ambulante podría recibir, una era una multa de hasta 500 dólares y era hasta cárcel”, dijo.

Para Imelda Hartley, empresaria gastronómica, esta ley a favor de la venta de tamales no es solo una cuestión de negocios, sino también de justicia social.

Su viaje desde vendedora de tamales hasta su aspiración fallida de postularse como candidata a legislatura de Arizona por el Distrito 11 está marcado por su compromiso con la comunidad y su deseo de representar los intereses de las minorías.

Imelda se retiró de la contienda por motivos de salud, de acuerdo a un anuncio publicado en sus redes sociales, pero clarificó que “a pesar de alejarme de la campaña, sigo firme en mi dedicación a la participación de la comunidad y a la defensa de causas de la justicia social”.

Ella se ve a sí misma como una inspiración para otros, demostrando que el activismo puede llevar a cambios significativos. Como actual empresaria, no siente que ser vendedor ambulante representa una competencia desleal para los restauranteros.

Hoy en día dirige su empresa de banquetes Happy Tamales, donde su platillo principal son los tamales, a los que inspiradoramente los nombra como “Hope”, “Happy”, “Nuevo comienzo”, de acuerdo a los ingredientes que usa al cocinarlos.

El nombre de Imelda y su empresa quedó grabado en la historia del Super Bowl LVII que en 2023 se disputó en Arizona: fue una de las emprendedoras hispanas que representó a la comunidad latina en el Taste of the NFL (Sabor de la NFL), el evento gastronómico que precedió al juego, junto a reconocidos chefs de todo el país.

Su mensaje a la comunidad latina es claro: “No tengan miedo de levantar la voz y luchar por lo que creen”.

Confía en que, esta vez, la gobernadora cumplirá su promesa de firmar la ley, y su fe en un futuro más justo sigue siendo inquebrantable.

El podcast Cruzando Líneas, en su episodio “La receta”, cuenta la historia de Imelda Hartley, seleccionada para el Super Bowl 2023 por su emprendimiento de tamales (Arte: Daniel Robles).

Alternativas a la formalidad

La Asociación de Empresarios Latinoamericanos, dirigida y fundada por Jorge Enrique García, se ha convertido en un camino para orientar a miles de emprendedores latinos en busca de oportunidades y reconocimiento en el mundo de los negocios.

Desde su fundación hace ocho años, la Asociación ha sido un punto de encuentro para aquellos que buscan aprender, crecer y formalizar sus negocios en un entorno que a menudo parece estar plagado de desafíos.

Uno de esos desafíos es la informalidad de sus negocios, dijo García, ya que muchos operan en las sombras, sin licencias ni regulaciones adecuadas, lo que no solo los deja en desventaja competitiva, sino que también los expone a riesgos legales y financieros significativos.

Sin embargo, señaló que existen otras opciones, aparte de la de contar con la HB 2042, y se trata del ITIN (Individual Taxpayer Identification Number), un documento que permite a los emprendedores regularizar sus negocios y acceder a una amplia gama de beneficios y oportunidades.

“Con este documento pueden legalizar sus negocios. Sin embargo, lo crucial es que las personas necesitan educarse más sobre las leyes que les permiten integrarse a un sistema económico regular y formal”, dijo.

Mencionó que, con el apoyo adecuado y la orientación indicada, cualquier persona puede convertir su sueño empresarial en una realidad exitosa y sostenible.

“Aquí todos tenemos la oportunidad de trabajar y hacer negocios, pero la informalidad les puede llevar a un riesgo legal por la falta de conocimiento”, dijo.

Jorge Enrique García, fundador y CEO de la Asociación de Empresarios Latinoamericanos (Foto: cortesía Jorge García).

Es esa formalidad por la que están luchando los representantes como Hernández, quien fue una de las férreas defensoras de la HB 2042 para que los vendedores no sean sancionados o, en el peor de los casos, no tengan que pisar una cárcel.

“En Arizona, si no tienes el permiso del código de comida para hacer estos productos, pueden enfrentar hasta 30 días de cárcel o una multa de 500 dólares. Es desagradable ver cómo la gente de mi comunidad es acosada por querer vender alimentos para alimentar a sus familias”, dijo.

Para Hernández, esta situación es personal, ya que su madre vendía pasteles para costear los estudios de ella y sus dos hermanos, cuando su padre enfermó, “por eso es tan importante para mí”.

Aclaró que no se requiere contar con un estatus legal para acceder al permiso de venta de alimentos que promueve la “Ley del Tamal”.

“Cualquier persona puede obtenerlo sin necesidad de proporcionar información confidencial. Sólo se necesita un correo electrónico para crear una cuenta y tiene un costo de 10 a 15 dólares. El único requisito adicional es obtener una certificación de sanidad de los alimentos, lo cual es bastante sencillo”, dijo.

Hernández, de raíces mexicanas, reconoció que la posibilidad de que esta propuesta se convierta en ley significa mucho para los inmigrantes y la comunidad latina.

“Para mí, sería una verdadera victoria”.

Además, dijo, “¿Quién no ha comido tamales en Arizona?”.

Los favoritos de Hernández son los de elote con rajas de chile poblano.

Autor

  • Beatriz Limón

    Beatriz Limón es una periodista independiente que fue corresponsal en Arizona y Nuevo México de la Agencia Internacional de Noticias EFE. Trabajó para The Arizona Republic en la publicación latina La Voz. Licenciada en Ciencias de la Comunicación con una larga trayectoria en periódicos mexicanos, es fotógrafa profesional y columnista para periódico El Imparcial y actual colaboradora en Arizona Luminaria, palabra NAHJ y Conecta Arizona.

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