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Cuento
La periodista exotista y el otávalo man
La periodista exotista Emma Noonan anda buscando causas...y las encuentra. Es alto, narigón, guapifeo, nada comparado con los deslavados especímenes que ha encontrado hasta este entonces, a la mano.
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Cuento
Deudas equivalentes, un cuento de Liza Rosas Bustos
La princesa Asisa Molahuddin, casada a los 16 con un Sheik de la dinastía suni visita a su hermano en Nueva York. La turista se baja de la limo en Lexington, cubierta la cabeza con un ajab que le deja sólo los ojos
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Cuento
La pitonisa distraída
Es una vidente verdadera. Cara, como las verdaderas, localizada en un lugar de lujo (86th Street) como las verdaderas. Sabe quien es ella, como las verdaderas. No es una pitonisa de cuarta. O sino no sabría tanto que sabe de ella.
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Cuento
El Juan no Juan de 34th Street
Había comprado cigarrillos anteriormente en aquel lugar, ignorando el espectáculo de sus manos que aquella noche me parecieron las más grandes del mundo. Fue imposible no imaginarme, sus manos grandes como abanicos, perdiéndose entre mis muslos y fue así como todo comenzó.
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Cuento
Vigílenme vigilantes, un cuento de Liza Rosas Bustos
Lo vi caminando compulsivo por la Quinta avenida mientras pedía un café en uno de los carritos que venden pasteles y cafés de segunda. Mejor dicho, vi lo que no veía. No vi sus ojos lánguidos no mirarme ni su caminar a no menos de 100 metros de distancia, manía…
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Sociedades
Diez Mandamientos de un hispano en Nueva York
No cerrarás tu cuenta ni venderás tu computadora para depender exclusivamente de las computadoras de las tiendas de MAC No te robarás los paquetes de azúcar de Starbucks. No te sentarás en una silla de terraza del Serafina para tomarte tu batida de Mc Donalds.
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Poesía
El salmo del hipster
Mi IPod es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos de Central Park me hará descansar
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Cuento
Dos finales
Ana se busca un trabajo de mesera y se entretiene con el pianista del bar mientras trabaja medio tiempo y estudia en la universidad. Queda embarazada tres veces y se hace dos abortos. El último hijo, se lo deja.
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Cuento
Gay verdadero, gay falso
Fingen leer el menú, les traen el pan que engullen rápidamente. Cuando lo terminan de leer se dan cuenta, oh sorpresa, que no tienen cash para pagar
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Cuento
El amante ilegal, un cuento de Liza Rosas Bustos
Te juro Soledad, que era un asco. Por tres días estuvo viniendo para acá. Se chupaba los muslos, el torso y las presas que alcanzaba la lengua en los baños turcos de la 125 antes de que los cerraran
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Poesía
No tengo sueño, tengo un sueño, por Liza Rosas Bustos
El sueño del panameño: canalizar una casa en Panamá / El sueño del costarricense: vivir en Costa Pobre / El sueño del argentino: que vuelva Gardel
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Artes
Contrata falsa
Así comienza todo. veinte hombres corren a la camioneta que para en la esquina. Son los albañiles de la calle Roosevelt con 65th Street que como las callejeras agarran contrata por día . El conductor se lleva a unos quince a cortar lechugas a Long Island y les deja una…
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Poesía
El chilango y la coreana, un poema de Liza Rosas Bustos
Supón que te vinieras a estudiar inglés a Nueva York pensando que es el DF / solo supón Supón que la fiesta está chida, las chavas muy chulas y te quieres quedar / solo supón
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Cuento
La security blanket
Desesperado está Waldo Quiñones sin novia. Para más remate es verano y las mujeres andan casi sin ropa por la calle y a él se le cae la quijada de las ganas. Se inscribe en la Internet, concierta citas virtuales. Pero cuando aparecen las hembras no sabe qué decir. Entonces…
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Cuento
La cajita de chinches, un cuento de Liza Rosas Bustos
Un día, Sarah simplemente se aburre. No, no termina con él. No, no lo increpa ni o humilla. No lo extorsiona sexualmente
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