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Artes
Adonis busca trabajo
Fausto Guerra, un perfecto Adonis: piernotas, piel tostada, altura de Andrés García, cara híbrida entre Pedro Infante y Chayanne, perdió su trabajo de economista en el Chase Manhattan.
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Cuento
Artillería sentimental
Para terminar con su novia de cinco años, Wilfredo Lara, natural de Lima, se encuentra con ella en el restaurante Pío Pío donde ordena una jalea y una Inca Cola para agilizar el golpe que ha de asestarle a su futura ex, camarera.
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Artes
Académico, políglota y loco de atar
El hombre de pelo ceniza, quijada cuadrada, PHd. en literatura comparada, hablante fluido de español, ingles, alemán e italiano llega todos los días a sentarse en la biblioteca pública con unos tomos del Quijote de la Mancha con los que dialoga incesantemente en cuatro idiomas.
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Artes
El vestido encantado
Es el vestido perfecto, el talle perfecto, la basta perfecta, el escote perfecto. Deusa, originaria de Sao Paulo, habitante de Long Island City, lo ha comprado en la tienda de Goodwill en 92nd Street y 2nd Avenue.
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Poesía
Germen, un poema de Liza Rosas Bustos
Eres quien me dicta en secreto si cruzo o no la calle; si saco o no el condón; si tomo Park Avenue o Lexington; si saludo con un ademán, con un apretón de manos, con un abrazo, con un guiño, con un agarrón de trasero, uno de cachetes o si…
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Cuento
Juego de tres en Kabul
Su padre, anticastrista, se despertaba en Miami gritando "coño Cuba" . Su abuelo, republicano, despertaba en Cuba gritando "Jodé Armería". Le han dicho su contingente que ya van cinco noches que grita: "Shit, coño Afghanistan, jodé".
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Poesía
Caminando por la Quinta Avenida
Esta columna de Liza Rosas Bustos da la vuelta a Manhattan en 365 días. Dice: Dedico este susurro de 365 crónicas poéticas a nosotros los hispanos en Nueva York. Manhattan contiene el escupo que botamos, el sudor que emanamos, el anhidrido carbónico que exhalamos. La isla muge, ruge y gime…
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Cuento
Nada malo le puede pasar a Amelia Gómez
Ahí está Amelia Gómez— quien habla como Carrie Bradshaw, come como Carrie Bradshaw, se compra la ropa que Carrie Bradshaw y obvio, porta pelo rubio y ondulado— sentada en la cuneta de 62nd Street.
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Poesía
Esto no es carnaval, Nueva York, por Liza Rosas Bustos
Esta columna de Liza Rosas Bustos da la vuelta a Manhattan en 365 días. Dice: dedico este susurro de 365 crónicas poéticas a nosotros los hispanos en Nueva York. Manhattan contiene el escupo que botamos, el sudor que emanamos, el anhidrido carbónico que exhalamos. La isla muge, ruge y gime…
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Cuento
Disparidades de los cerros, un cuento de Liza Rosas Bustos
Aproveché los últimos meses de libertad antes de tomar una decisión definitiva. Esa noche busqué un lugar conocido, algo así como un boliche improvisado de algún suburbia, Queens creo, cuyo nombre me cuesta recordar.
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Cuento
Majarí majará, un cuento de Liza Rosas Bustos
Pedro y Luis son una pareja de bailarines cubanos retirados; el fantasma del poeta cubano Reinaldo Arenas ofrece concederles dos deseos: pueden elegir vivir en dos lugares de Manhattan que pueden escoger ellos, en dos épocas distintas, con una condición
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Artes
Era un buen amante
Di Maggio no hizo nada. Simplemente cometió la indiscreción de ocultarte que está muerto hace cincuenta años y que en 1932 almorzaba colgando de un edificio del Rockefeller Center
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Cuento
Gracias, Steve Jobs, un cuento de Liza Rosas Bustos
Latasha Winters, sin aire acondicionado, empleo ni domicilio fijo, acaba de salir de MAC de 59th y 5th Avenue tras dejar a Ladonne, su hijo de 16 años con distrofia muscular. Hace tiempo que espera que le contesten del Muscular Distrophy Center
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Sociedades
La vuelta a Manhattan en 365 Días: Rivera y Flexer
Vive con Helen Flexer, casada por segunda vez, también separada a la mala, con diagnóstico oficial de hipocondríaca, histérica y bipolar que se gana la vida como heredera de su padre y artista ocasional.
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Cuento
Un día en Nueva York, un cuento de Liza Rosas Bustos
Caminó 54 cuadras, desde Washington Square Park hasta el mismisimo Astoria Hotel. A medio camino, por ahí a la altura de la 34th Street, dio con el bendito encargo…beige, con las letritas, el cierre con el amuleto que lo dice verdadero. Lo registró, lo miró, lo tanteó. Lo pagó. Era…
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