Académico, políglota y loco de atar
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Hace diez años que se le pegaron los platinos a John Mc Michael, no son los platinos del carro, sino los platinos del craneo. La mente de John Mc Michael es un acertijo. Hace siete que el Belleview Hospital se ha dado por vencido. Diagnóstico: sin diagnóstico. Demasiado brillante. Pero está loco.
Demente Mc Michael no está. Su esposa dice que le habla a sus libros. Pero cuando se entrevista con el psiquiatra, no hay por donde pillarlo. Se coloca más cuerdo que nadie. Las pruebas sencillamente para mandarlo al Belleview, no dan.
El hombre de pelo ceniza, quijada cuadrada, PHd. en literatura comparada, hablante fluido de español, inglés, alemán e italiano llega todos los días a sentarse en la biblioteca pública con unos tomos del Quijote de la Mancha con los que dialoga incesantemente en cuatro idiomas.
Su esposa se enamoró de él cuando tomó su clase hace veinte años. El profesor, adjunto en aquel entonces poco después perdió su trabajo. Siguió yendo a la Universidad a preparar clases fantasmas que nunca le dejaron dar. Su esposa, de esas de la vieja escuela, asumió el arriendo y las contribuciones con un trabajo cuidando niños. ¿Divorciarse? no. Para la guatemalteca el matrimonio es un vínculo sacro. Ha llevado a Mc Michael a Belleview siete veces, pero es tan inteligente que engaña a los psiquiatras en todo examen. Sale normal.
Entonces su mujer, que no aguanta su cantinela doméstica con las paredes y los libros de su biblioteca personal, resuelve seguir mandándolo al trabajo, cual fuera a la Universidad, con sus libros, sus listas añejas de estudiantes. Como le han quitado el badge de la Universidad, puede irse a la Biblioteca Pública, total.
Todos los días John Mc Michael llega mochila en mano a la biblioteca. Se sienta a hablar con los tomos de El Quijote de La Mancha. Diez son los libros que saca, los deja parados en frente de él, les pregunta cosas. Hace cinco semanas tal parece que no han querido contestar. Ahí está Mc Michael llora que llora frente a ellos. Los guardias lo hacen guardar silencio. Mc Michael solloza…por horas sigue llorando hasta que su mujer guatemalteca lo llega a buscar.
Describes muy bien el ambiente académico estadounidense que está lleno de locos, pero de tantas variantes que unos no se dan cuenta de la locura de otros y viceversa. Este fenómeno abunda especialmente en el campo de la Literatura Comparada, la Religión Comparada y toda «disciplina» comparativa. El Quijote se dio en los mismos años del Memorial de Cellórigo, el cual hablaba de España como de «una república de hombres encantados» que viven fuera del orden normal de las cosas. Como dijo el muy sensato cervantista Arthur Ephron en Dulcinea Enchanted, para que se dé un Don Quijote y luego un Sancho que le sirve de escudero y toda la caterva de personajes manchegos que se les juntan, la locura ha de haber llegado a expandirse a un alto grado.
En el medio académico actual de USA el más seguro camino de guardar la sensatez es buscarse quien se case con uno y crear familia… y aun así Dios y ayuda colega.
María Eugenia Sáez
Alhambra, California