Coronavirus, California: una semana de ansiedad en Los Ángeles

A primera vista, la vida bajo el coronavirus en Los Ángeles y toda California no parece diferente al resto del país. Comparado con el cercano estado de Washington, California no tiene un foco desde donde se registraron decenas de casos confirmados.

Los números y los números oficiales

Y en la ciudad de Nueva York, este jueves 19 de marzo se confirmaron casi 3,615 casos de coronavirus y 22 muertos. Solo 24 horas antes las cifras eran 2,009 y 11.

Por su parte, Los Ángeles tenía el mismo día 230 casos y dos muertos. No en la ciudad, sino en todo el condado del mismo nombre, con sus 88 ciudades.

Es más, el número total de éstos en el estado es de menos de 1000, con 17 muertos. Estos no son números oficiales, porque los números oficiales se han mantenido artificialmente bajos como se explicará.

Si bien trágico, no parecería tanto, tomando en cuenta que el mismo día en Italia murieron 475 personas, y ayer 435.

Y sin embargo, tanto el gobernador Gavin Newsom como el alcalde de Los Ángeles, la ciudad donde vivo, Eric Garcetti hicieron el martes, separadamente, llamados para que las personas mayores de 65 años se queden en sus casas.

Me quedo en casa

De modo que me toca. Obedezco y desde aquí escribo.

Además, y casi de un día para otro, las autoridades, a las que agrego a la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, ordenaron el cierre inmediato de escuelas y universidades, de negocios que no sean farmacias o supermercados, de los cines y de eventos deportivos y culturales.

En dos palabras, casi todo.

También dispusieron medidas de protección, compensación, ayuda financiera, información para la etapa de la recuperación cuando venga.

[bctt tweet=»Por el número de casos confirmados y muertos, parecería que en Los Ángeles la situación del coronavirus no es grave. Pero es cuestión de tiempo. Por eso el gobernador y el alcalde establecieron medidas de emergencia » username=»hispanicla»]

A iniciativa de la Supervisora Hilda Solís, que representa un distrito de mayoría latina, el condado anunció una moratoria en los desalojos residenciales y comerciales. El plazo vence el 31 de mayo y otorga a los inquilinos seis meses a partir del fin de la emergencia del coronavirus para pagar la renta atrasada.

Atención por los homeless

El gobernador Newsom anunció un fondo de 150 millones de dólares para suministrar urgentemente vivienda para los desamparados, los homeless de California.

Y Garcetti agregó al mismo objetivo 6,000 camas, todo para prevenir que los desamparados se conviertan en focos móviles de infección.

Que los gobiernos locales – estado, condado, ciudad – sean tan activos no es solamente un testimonio de su ansiedad. Es también una muestra de la parálisis del gobierno federal.

“Seguimos viendo un aumento enorme en el número de casos confirmados”, dijo Sonia Angell, la directora de salud pública del estado (CDPH) durante una conferencia de prensa, agregando que el aumento puede deberse en gran parte a la mejor capacidad de examinaciones.

Estamos perdidos entre tanto número

Por último, estos números no dicen mucho. Primero, porque son inexactos. Incluyen solamente a quienes se hicieron las pruebas y resultaron positivos, pero no a quienes no se les suministró la prueba aunque la querían. Ni a quienes, sin esperanza de acceder a éstas, se quedaron en sus casas enfermos. 

Y segundo, porque según los expertos, los números reales son mucho mayores de lo informado. Mucho: 10 a 15 veces más. 

Todo esto, por supuesto, deriva del vergonzoso fracaso del gobierno federal en suministrar kits de análisis a la población. Al punto que adoptaron la ideología del “no necesitas”. Así responden a quienes no tienen los síntomas, porque no los tienen. Y también a los que claramente tienen la enfermedad, porque ya la tienen. 

¿Entendido?

De la misma manera el ya no tan venerable CDC (Centro para Control de Enfermedades) recomendó este jueves a los profesionales de la salud, es decir, a los escasos guerreros que tenemos para superar la crisis, que si no tienen máscaras, pues que vuelvan a usar las que tienen y si no, que usen pañuelos y bufandas mientras tratan a los enfermos. De más está decir que la recomendación recibió críticas y fue rechazada por parte los médicos.

Qué hacer, qué hacer

El consejo correcto para quienes se sienten mal es: vuelve a casa, enciérrate, junto con tus seres queridos, por al menos dos semanas. Si tu situación empeora claramente, llama a tu proveedor de salud, o al condado, o a los números de emergencia, para que te admitan.
El 80% de los que portan el virus no mostrarán síntomas. Y no se sabe aún si son contagiosos o no.

El 75% de los que llegan al hospital vuelven a sus casas para reposar y atender los síntomas, porque cura, no la hay (todavía). Y de los que quedan en el hospital, el 75% o más se recuperará.

El ritmo de crecimiento de los casos constituye el mayor problema en esta crisis histórica, como vemos en Nueva York, en Italia, en Irán. Una gran cantidad de casos podría inundar y sobrepasar la capacidad del sistema de salud de California. El sistema colapsaría, incapaz de servir a la población. Y muchos médicos y enfermeros a su vez, podrían ser víctimas de la epidemia. Lo que constituye la peor parte de esta etapa de la pandemia.

Porque se trata de ganar tiempo.

Hacemos todo para ganar tiempo

El colapso es palpable en Italia, que tiene uno de los mejores sistemas médicos del mundo.
En estas circunstancias y en estos días, lo que procede es aminorar el ritmo de expansión de las víctimas para prevenir ese colapso. Hacerlo más lento. Sí, para ganar tiempo mientras llegan más respiradores, más pruebas, mientras se desocupan las camas en los hospitales.

Mientras surgen nuevos tratamientos, nuevas combinaciones de medicamentos.

Teniendo claro el objetivo, se entienden mejor las medidas. Así, el domingo, el alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti anunció, en una acción de emergencia, el cierre de restaurantes, bares, clubes nocturnos, con la excepción de comida para llevar, y envíos. Cerraron cines, teatros y gimnasios.

Un día después, el gobernador Newsom extendió una orden casi idéntica a todo el estado.
Y el condado hizo lo propio en sus 88 ciudades, anunciando el cierre de todos los bares, gimnasios y cines.

Garcetti desmintió que se tomarían acciones más drásticas: el cierre total de Los Ángeles, impidiendo que sus residentes salgan de su área o barrio y suministrando centenares de miles de equipos de prueba para separar a enfermos de sanos. Y de allí, ir apretando el cerco. Quizás debería hacerlo. ¿Por qué no?

Sheriff, policía, juzgados

En estas circunstancias se esperaría que las fuerzas policiales se adelantaran para garantizar el orden. El martes, el sheriff del condado de Orange, Don Barnes, redujo el contacto con el público, cerrando las oficinas al público en las bases, eliminando las visitas a las cárceles.

Y en los últimos días, el Sheriff del condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, ordenó poner en libertad a una parte de los reos en las prisiones que administra. Entre 600 y un millar. La idea es aliviar la presión sobre los agentes del Sheriff. Unos 50 de ellos fueron enviados a sus casas por dos semanas, a una auto cuarentena, por sospecha de que fueron expuestos al virus. Villanueva ordenó aumentar la vigilancia en torno a supermercados y farmacias.

Por su parte, el Departamento de Policía de Los Ángeles asignó a la mitad de sus detectives que trabajan en las seccionales a las calles de la ciudad para mantener el orden en estos momentos difíciles.

En cuanto a impartir justicia, los tribunales del condado de Los Ángeles, el sistema judicial más grande del país, cerraron sus puertas desde el miércoles 17 y se anunció que reabrirán solo para atender casos de urgencia y emergencia. Quizás ni ello suceda.

Escuelas y universidades

El sistema educativo de California está paralizado: vació sus aulas en un esfuerzo sin precedentes de detener la expansión de la pandemia. En Los Ángeles, el plan alternativo de ofrecer cuidado infantil y de impartir estudios en 40 centros de familia expresamente creados, fue anulado por el riesgo de contagio. El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles abrió en cambio 60 centros de comida, que reemplazarán a las escuelas que suministran alimentos a niños de bajos recursos. En las escuelas públicas de Los Ángeles, el 80% de los alumnos reciben comidas gratis o a bajo precio.

Aquí se puede encontrar un mapa de estos centros: bit.ly/2Qv3H1Y.

A todo esto, un drama se desarrolló el viernes en ocho aeropuertos del país, incluyendo el Internacional de Los Ángeles, cuando se amontonaron en un área pequeña centenares de estadounidenses que volvían urgentemente del exterior.

Tuvieron que esperar seis horas para poder irse a su casa, ya que cada uno de ellos fue revisado para ver si tenía el virus. Algunos de ellos comentaron que si al llegar no lo tenían, estaban seguros de haberse contagiado durante esa espera, que generó agrias protestas. Las fotos tomadas con sus celulares dieron la vuelta al mundo.

Viajes al exterior

La razón de la urgencia y en última instancia, de la terrible escena del hacinamiento de los pasajeros, fue la falta de directivas por parte del gobierno federal sobre si la prohibición de entrar a Estados Unidos desde Europa, que se puso en vigencia el viernes a medianoche, también incluía a ciudadanos de este país. 

La respuesta fue negativa, pero no se clarificó hasta el último momento.

Pero este jueves a la tarde, la secretaría de Estado subió la alerta al nivel 4 y emitió una advertencia a todos los estadounidenses para que se abstengan de salir del país, y a quienes aún están en el extranjero, para que vuelvan a la brevedad.

La situación es volátil y cambia varias veces por día.

Preguntas y respuestas

¿Qué medidas tomaron las autoridades de Los Ángeles y California frente al coronavirus?»

Tanto el gobernador de California Gavin Newsom como el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti hicieron el martes, separadamente, llamados para que las personas mayores de 65 años se queden en sus casas. Luego ordenaron el cierre inmediato de escuelas y universidades, de negocios que no sean farmacias o supermercados, de los cines y de eventos deportivos y culturales. También dispusieron medidas de protección, compensación, ayuda financiera, información para la etapa de la recuperación cuando venga. El gobernador Newsom anunció un fondo de 150 millones de dólares para suministrar urgentemente vivienda para los desamparados, los homeless de California. Y Garcetti agregó al mismo objetivo 6,000 camas, todo para prevenir que los desamparados se conviertan en focos móviles de infección.

Los números de enfermos y muertos por coronavirus, ¿son correctos?

Estos números no dicen mucho. Primero, porque son inexactos. Incluyen solamente a quienes se hicieron las pruebas y resultaron positivos, pero no a quienes no se les suministró la prueba aunque la querían. Ni a quienes, sin esperanza de acceder a éstas, se quedaron en sus casas enfermos. Y segundo, porque según los expertos, los números reales son mucho mayores de lo informado. Mucho: 10 a 15 veces más. Todo esto, por supuesto, deriva del vergonzoso fracaso del gobierno federal en suministrar kits de análisis a la población. Al punto que adoptaron la ideología del “no necesitas”. Así responden a quienes no tienen los síntomas, porque no los tienen. Y también a los que claramente tienen la enfermedad, porque ya la tienen.

¿Cuál es el consejo correcto para postergar enfermarse del coronavirus?

El consejo correcto para quienes se sienten mal es: vuelve a casa, enciérrate, junto con tus seres queridos, por al menos dos semanas. Si tu situación empeora claramente, llama a tu proveedor de salud, o al condado, o a los números de emergencia, para que te admitan. El 80% de los que portan el virus no mostrarán síntomas. Y no se sabe aún si son contagiosos o no. El 75% de los que llegan al hospital vuelven a sus casas para reposar y atender los síntomas, porque cura, no la hay (todavía). Y de los que quedan en el hospital, el 75% o más se recuperará.

¿Qué medidas tomaron las fuerzas del orden en Los Ángeles frente al coronavirus?

El sheriff del condado de Orange, Don Barnes, redujo el contacto con el público, cerrando las oficinas al público en las bases, eliminando las visitas a las cárceles. El Sheriff del condado de Los Ángeles, Alex Villanueva, ordenó poner en libertad a una parte de los reos en las prisiones que administra.

Entre 600 y un millar. La idea es aliviar la presión sobre los agentes del Sheriff. Unos 50 de ellos fueron enviados a sus casas por dos semanas, a una auto cuarentena, por sospecha de que fueron expuestos al virus. Villanueva ordenó también aumentar la vigilancia en torno a supermercados y farmacias. Por su parte, el Departamento de Policía de Los Ángeles asignó a la mitad de sus detectives que trabajan en las seccionales a las calles de la ciudad para mantener el orden en estos momentos difíciles.

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Fundador y co-editor de HispanicLA. Editor en jefe del diario La Opinión en Los Ángeles hasta enero de 2021 y su actual Editor Emérito.
Nació en Buenos Aires, Argentina, vivió en Israel y reside en Los Ángeles, California. Es periodista, bloguero, poeta, novelista y cuentista. Fue director editorial de Huffington Post Voces entre 2011 y 2014 y editor de noticias, también para La Opinión. Anteriormente, corresponsal de radio.
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Founder and co-editor of HispanicLA. Editor-in-chief of the newspaper La Opinión in Los Angeles until January 2021 and Editor Emeritus since then.
Born in Buenos Aires, Argentina, lived in Israel and resides in Los Angeles, California. Journalist, blogger, poet, novelist and short story writer. He was editorial director of Huffington Post Voces between 2011 and 2014 and news editor, also for La Opinión. Previously, he was a radio correspondent.

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