El mayor desafío de la comunidad LGBTQ ante el odio: hablar y denunciar
Organizaciones comunitarias latinas que luchan contra el odio desde L.A.
Deben presentar la denuncia en la policía
y en el 211 de la Ciudad de Los Ángeles
Aunque hay mayor conciencia sobre los incidentes y crímenes de odio, el mayor desafío para la comunidad LGBTQ y en especial para las personas transgéneros, que son las mayores víctimas, es hacer que reporten a las agencias del orden.
“La comunidad inmigrante LGBT siempre ha sido víctima de incidentes y crímenes de odio, que se expresan en discriminación, insultos, abuso verbal y todo tipo de violencia, que muchas veces termina en muerte en especial para las personas transgéneros”, dijo Oscar de la O, vicepresidente de Bienestar, una organización que aboga por los derechos de la comunidad latina LGBTQ en Los Ángeles.
También es parte de la red de organizaciones de la Asociación para la Prevención de la Violencia de Odio de Los Ángeles (Hate Violence Prevention Partnership de Los Angeles/HVPPLA).
Entre otras organizaciones que son miembros de esta asociación están: Brotherhood Crusade, Muslim Public Affairs Council, y Bienestar.
De La O dijo que el modelo de sus programas en Bienestar está basado en el empoderamiento de la comunidad al darles recursos que eliminen los estigmas y las fobias.
«La transfobia es una forma de discriminación que experimentamos en nuestras vidas diarias, aún dentro de nuestras familias, en los lugares de trabajo, en las escuelas y la sociedad en general”.
De ahí que han abogado para la creación de políticas a nivel estatal y federal para que haya consecuencias para los individuos que se involucran en este tipo de violencia.
Pero principalmente están tratando de educar, fortalecer la conciencia y proveer asistencia a los individuos y familias que han sido víctimas del odio.
El mayor reto
El directivo de Bienestar dijo que uno de los mayores desafíos que enfrenta la comunidad LGBTQ es el miedo a reportar los incidentes y crímenes de odio a las agencias de policía por experiencias negativas previas.
“También hay una falta de concientización de que los delitos de odio son un crimen”.
Recordó el caso de un joven que se puso a comer tacos al salir de un bar gay y empezó a ser acosado, al punto que no se dejó y reportó el incidente a la policía.
“Lo que estamos tratando de hacer es que se den cuenta que tienen derechos y los animamos a que vayan a la policía a hacer su reporte”.
Dijo que además el condado de Los Ángeles inició hace cinco años, la línea 211 para reportar los incidentes y crímenes de odio.
“En línea 211 pueden reportar las 24 horas, los siete días a la semana; y por teléfono durante la semana, en horas de trabajo”.
Las mayores víctimas
De la O precisó que las mujeres transgénero siempre han sido las más vulnerables y tratar de cambiar eso ha sido como pelear por una medalla de oro.
“La gente que practica el odio, se quiere amparar en el derecho a la libertad de expresión, pero cada vez es más difícil derramar su homofobia y ataques”.
Consideró que sí ha habido un tipo de disminución, pero también están viendo un aumento entre los latinos, primera generación contra segunda generación, así como entre latinos y afroamericanos.
Lo que están haciendo
Alyssa Solorza, coordinadora del programa de prevención de crímenes de odio de Bienestar, dijo que a través del taller Conoce tus Derechos, están tratando de crear conciencia sobre lo que es un crimen de odio, qué es un incidente de odio, qué se considera libertad de expresión y por qué y dónde debemos reportarlo.
“Ya sea que el taller esté dirigido a la población LGBTQ o a la latina, se incluyen estadísticas específicas a cada grupo. Por ejemplo, en los crímenes de odio LGBTQ, el mayor número de perpetradores fueron latinos y latinas”.
Dijo que eso nos indica que se necesita comenzar a educar desde más temprana edad, para tener un entendimiento pleno del valor de los individuos.
“Hay quienes se sienten envalentonados por ambientes creados por ciertos miembros de la sociedad como celebridades e influencers para cometer incidentes y crímenes de odio, pero tenemos que reportarlos”.
En el transporte público
De la O dijo que tienen reportes de que el transporte público se está volviendo un lugar popular en el que la gente experimenta incidentes de odio como acoso verbal y físico.
“No lo reportan y cuando les preguntamos si quieren que los ayudemos a denunciar, nos dicen que no. Lo que pasa es que lo han aceptado como parte de su vida diaria como latinos e indocumentados en Los Ángeles. Solo están agradecidos por haber salido vivos”.
Pero De la O dijo que esta no es una manera saludable de vivir. “De ahí que estamos atendiendo la violencia por odio, la homofobia, transfobia, xenofobia. Es parte de nuestra misión”.
Por tanto, señaló que a diferencia de cuando Bienestar abrió sus puertas a la comunidad latina LGBTQ a finales de los años 80 cuando el odio se practicaba al aire libre sin mayores repercusiones, hoy en día, hay más conciencia.
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Este artículo está respaldado en su totalidad o en parte por fondos proporcionados por el Estado de California, administrado por la Biblioteca del Estado de California en asociación con el Departamento de Servicios Sociales de California y la Comisión de California sobre Asuntos Estadounidenses Asiáticos e Isleños del Pacífico como parte del programa Stop the Hate. Para denunciar un incidente de odio o un delito de odio y obtener apoyo, vaya a CA vs Hate.
This article is supported in whole or in part by funding provided by the State of California, administered by the California State Library in partnership with the California Department of Social Services and the California Commission on Asian and Pacific Islander American Affairs as part of the Stop the Hate program. To report a hate incident or hate crime and get support, go to CA vs Hate.