Los que sostienen que México vive en dictadura añoran los privilegios de la corrupción
Afirman que vivimos en un sistema autoritario, consideran a los mexicanos unos tontos y le apuestan a la desinformación
Dicen que el peor enemigo del pobre es otro pobre desinformado que defiende los intereses del rico que lo hace pobre.
Esa es precisamente la fórmula que algunos dueños de medios informativos y líderes de partidos políticos en México aplican hacia las personas que todavía se informan a través de los noticieros, programas de comedia o de supuestos analistas e intelectuales en televisión, radio o periódicos corporativos.
Una campaña para resumir el saqueo
Y digo supuestos, porque todo profesional pierde su autoridad cuando miente y utiliza su conocimiento para confundir a la gente en beneficio de algunos y del propio. Esto podría explicar la razón del porqué algunos presentadores de noticias son súper millonarios en México; pero normalmente a ese tipo de “periodista” o “intelectual” no se le cuestiona, pues se nos acostumbró a que él es quien hace las preguntas, selecciona la información y la explica como mejor le convenga, sin importar si hay verdad en sus argumentos.
En otras palabras, estos individuos son mercenarios de la información porque venden su ética profesional al mejor postor, con el único objetivo de convencer a las personas de que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, a cinco años de mandato, sigue siendo un “peligro” para México y es un “dictador”, a pesar de haber consolidado al país como el primer socio comercial de Estados Unidos y avanzar en la escala económica a nivel mundial del puesto 16 en 2018, al 12 en 2023.
Lo único que les importa es regresar al poder y seguir saqueando al país como lo hicieron durante los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Esa etapa neoliberal que llevó a 60 millones de mexicanos a la pobreza y a muchos a la pobreza extrema; además, obligó a millones a arriesgar su vida en Estados Unidos y debilitó al máximo al trabajador, al grado que países como El Salvador, el más pequeño del continente, tenía un sueldo mínimo con mejor poder adquisitivo que el mexicano.
Y qué podemos decir de la violencia en el periodo neoliberal, que convirtió a México en un narco estado y que la mano derecha de Felipe Calderón —Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública— ahora enfrenta un juicio en Estados Unidos, en gran medida por narcotráfico. No obstante, el robo y el tráfico de drogas podría ser lo de menos, comparado con las miles de personas desaparecidas, desalojadas y asesinadas que él dejo en un infierno que no terminamos de apaciguar.
Eso sí, decenas de mexicanos empezaron a aparecer en la lista de millonarios de la revista Forbes y son más de 3,700 los que acumulan fortunas de más de 600 millones de pesos. Muchas de esas fortunas fueron una transferencia de la riqueza del sector público al privado, incluyendo el extranjero, a través de privatizaciones, así como concesiones y contratos jugosos con los gobiernos neoliberales (1988 a 2018).
Zedillo y los medios neoliberales socavan la democracia
Es por eso que con toda desfachatez el expresidente Zedillo dijo en México que cualquiera que califique a una persona de neoliberal es porque no tiene argumentos para entender la política “democrática” que aplicaron en su gobierno.
Es decir, una vez más te quieren y nos quieren ver la cara de tontos, piensan que ya se nos olvidó cómo saquearon al país, cómo lo endeudaron y generaron pobreza y muerte. Para ellos, eso era democracia, porque los únicos que se enriquecían y se aprovechaban del presupuesto era la clase política y económica. Eso sí, que no sepan que tú o alguien de tu familia están recibiendo un apoyo del gobierno de la actual administración porque te califican de “huevón” o de “vividor” del gobierno.
Recordemos que de 1994 al 2000 Zedillo entregó los ferrocarriles nacionales a extranjeros y luego se fue a trabajar con ellos. Es mismo mandatario aplicó el Fobaproa, convirtiendo toda la deuda de la iniciativa privada en pública; 25 años después la seguimos pagando. Sí, es el mismo expresidente que cambió la ley para que un trabajador no se retirara con una pensión equitativa al 100% de su salario, sino que reciba la mitad. No obstante, él recibe una pensión vitalicia del Banco de México por más de 100,000 pesos mensuales.
Y si no fuera suficiente, Zedillo fue el presidente que devaluó la moneda en 1994 en una crisis brutal donde miles de personas perdieron sus ahorros, sus empleos y otros tuvieron que salir del país. Al final de su sexenio, el dólar estadounidense terminó costando tres veces más que cuando lo recibió su administración.
Zedillo fue el mismo exmandatario que el miércoles 24 de enero en Ciudad de México, en el foro Actinver Day, criticó al actual gobierno calificándolo de “populista” y “destructor” de la democracia, esa que construyó en el periodo neoliberal y donde los de siempre robaban y se hacían más millonarios, mientras el pueblo se sumía en la pobreza.
Esa es la razón por la que los dueños de medios de comunicación corporativa que están detrás de cada calumnia, cada programa y comentario de los presentadores y columnistas, seguirán intentando confundir a la gente. Después de todo, tienen los recursos económicos suficientes para repetir y repetir, día tarde y noche, a través de sus programas, que AMLO es “un peligro para México”, que es un “dictador”, un “autoritario” y nos “obligará” a vivir como Venezuela o Cuba. Un sinfín de falsedades que se intensifican al paso de los días en este año electoral
Controlar desde el discurso del miedo
En efecto, la narrativa del miedo es muy efectiva y ellos confían en que utilizando las palabras dictadura, peligro, autoritarismo, violencia, comunismo y populismo, entre muchas otras, será suficiente para convencer a la gente.
Esa pequeña élite empresarial que anteriormente se sentía dueña de México confía en la desmemoria de la gente, a la que consideran tan ignorante que esperan que tarde o temprano la clase media, la clase media baja, o incluso la de grupos más desfavorecidos salga a defenderlos. Esa sería su mejor arma para poder contrarrestar la actual popularidad del presidente y, de esa forma, justificar cualquier tipo de fraude para regresar al poder.
Nicolás Maquiavelo decía que “es mejor ser temido que amado, si no se pueden ser ambas cosas”. El filósofo mantenía que el miedo es mejor motivador que el amor, por lo que es la herramienta más eficaz para controlar a un grupo o al pueblo mismo.
Así que cuando escuché la semana pasada al personaje Brozo, en la plataforma LatinUs, decir que vivimos en una “dictadura” —falsedad que constantemente se escucha en las mesas de opinólogos o presentadores de noticias de Televisa, TV-Azteca, Fórmula, Milenio, entre otros—, me acordé de la frase que mencionó Malcolm X durante su lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos:
“Si no estás prevenido, los medios de comunicación te harán odiar al oprimido y amar al opresor”.
Y ese mensaje en esencia significa lo mismo que motivó la redacción de esta columna:
“El peor enemigo del pobre es otro pobre desinformado que defiende los intereses del rico que lo hace pobre”.