¿Un latino al Senado? En California, todavía no
Los latinos no son ni raza, ni nación, ni religión. ¿Qué lógica tiene que llegue un latino al Senado?
El censo los define así: “son quienes se clasifican a sí mismos en una de las categorías “Spanish, Hispano o Latino, listadas en el Censo 2010”.
Son entonces una identidad. Los une, más que el idioma, la solidaridad de pertenencia.
Y los hispanos son el grupo de más rápido ascenso demográfico y político en Estados Unidos.
En California su presencia es aún mayor: más del 40% de la población del estado. Mayoría en Los Angeles. Y desde el año pasado,
son tantos como los blancos no latinos.
Recientemente un hispano fue alcalde de Los Angeles. Otro, nombrado vicegobernador. Otro es el nuevo presidente del Senado estatal. Ya hubo hispanos presidentes de la Asamblea estatal, y entre los congresistas son legión. Los hispanos, si buscan a alguien como ellos en los puestos de poder, están representados.
Con una excepción: el Senado federal.
Recientemente, la senadora Barbara Boxer anunció que no se postularía para la reelección en 2016.
No se había apagado su eco cuando Kamala Harris, la procuradora de Justicia, anunció su candidatura.
Es talentosa, carismática. Es afroamericana (por su padre), asiáticoamericana (por su madre). Es mujer. Representa la nueva California. Y es del norte del estado, como Boxer y Dianne Feinstein, la otra senadora. Buena candidata.
Hasta aquí, todo bien.
Pero no lo que le siguió.
Después de décadas de declarar el aumento del poderío hispano en el partido, los líderes demócratas les dieron la espalda. Se pusieron de acuerdo para bloquear la postulación de candidatos hispanos. Crearon una percepción: Harris ya fue “ungida”, la nominación es cosa final y qué es eso de elecciones primarias.
Los retadores fueron desde ya descalificados. Ovejas negras, descarriadas, desobedientes al llamado partidista, políticos secundarios…
En un abrir y cerrar de ojos se esfumó el avance, el respeto, la inclusión.
Los potenciales candidatos hispanos son (o eran) Antonio Villaraigosa, el popular exalcalde de Los Ángeles; Xavier Becerra, que va a cumplir 24 años representando el estado en el Congreso, donde es el presidente del Caucus Demócrata, Loretta Sánchez, cuya victoria en las elecciones al Congreso en 1997 fueron un parteaguas de la presencia hispana en el condado de Orange. Buenos candidatos.
Willie Brown, exalcalde de San Francisco y uno de los demócratas más respetados del estado (y afroamericano) pidió a Villaraigosa que no presentara su candidatura.
El angelino contestó con el silencio.
En la historia del país, de todo el país, ha habido solo cinco senadores latinos: Octaviano Ambrosio Larrazolo en 1928, y en tiempos modernos, Mel Martínez, Bob Menéndez, Marco Rubio y Ted Cruz (los últimos tres aún en ejercicio).
Cuatro de ellos son republicanos (Menéndez es la excepción). Y, cabe señalar, los últimos cuatro son cubanos o de origen cubano.
En la campaña al Senado el apoyo hispano a los demócratas no se ha correspondido nunca. Hay candidatos latinos tan buenos como para enfrentar a Harris en elecciones abiertas, donde gana quien recibe más votos.
Pero los demócratas no se enteraron.
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Este artículo se modificó para corregir que de los 5 senadores latinos, es Robert Menéndez el único demócrata.