Biden y Trump: un juego de ajedrez político migratorio
Como es sabido, uno de los temas más álgidos para la administración del presidente Joe Biden es la crisis migratoria en la frontera sur de Estados Unidos con México. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, se registraron unos 2,5 millones de cruces de migrantes en la frontera durante 2023.
Promesas de Biden que quedaron en el pasado
Una de las promesas de la campaña de Biden fue revertir por medio de acciones ejecutivas muchas de las medias draconianas implementadas por Trump e impulsar una reforma de las leyes migratorias en el Congreso, con el fin de crear un sistema humano y ordenado de migración legal y para sacar de la sombra a aproximadamente 12 millones de indocumentados que viven en esa nación.
En la frontera sur de EE.UU. con México hay dos letreros imaginarios que la realidad en el terreno ha establecido como algo innegable: uno que dice “no pasar” y otro que dice “bienvenido”. Es decir, si no traes una autorización legal tienes prohibido el paso, pero si logras pasar por tus propios medios, tu mano de obra barata y fácil de explotar es bienvenida. No es un secreto que los migrantes con el sudor de sus frentes y la fuerza de sus espaldas y brazos hacen en gran parte posible el estilo de vida de la clase media estadounidense.
En EE.UU. viven unos 45 millones de inmigrantes. Constituyen el 14% de la población y son una parte vital de la vida social, económica y cultural de toda comunidad. Los inmigrantes representan el 17% de la producción económica (PIB), un porcentaje incluso superior al de los nacidos en su territorio. Según las estadísticas del 2021 de la Oficina de Análisis Económico, la economía de Estados Unidos asciende a 19,6 billones (millones de millones) de dólares, lo que significa que los inmigrantes son responsables de cerca de 3,3 billones de dólares de producción económica.
Más de la mitad, (58%) de los migrantes trabajan en empleos de servicios o producción, como, por ejemplo: trabajadores del campo, personal de limpieza de edificios, ayudantes de construcción, jardineros, cocineros, repartidores de productos, procesadores de carne u operadores de máquinas de coser. La pandemia del Covid19 resaltó la importancia de muchos de estos trabajos para la vida cotidiana de los ciudadanos y la economía de Estados Unidos,. Pero estos trabajos son subestimados o parecen invisibles. No cabe duda de que una gran mayoría de los 12 millones de inmigrantes indocumentados forman parte de la fuerza laboral en estas ocupaciones de muy baja remuneración.
El uso de los migrantes como peones de un ajedrez político
A partir del 2022, gobernadores republicanos como Greg Abbott en Texas, y Ron DeSantis en Florida, han utilizado a los migrantes como peones en su ajedrez político al enviar buses y aviones llenos de inmigrantes hacia New York, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Boston y Washington DC, ciudades administradas y gobernadas por alcaldes demócratas, generando un efecto mediático de una crisis no solo en la frontera sino en el corazón de estas ciudades estadounidenses.
Durante 2023, a pesar de las quejas de las autoridades municipales los gobernadores republicanos continuaron enviando migrantes, muchos bajo engaños. Solo Nueva York ha recibido a más de 150.000 migrantes. Los alcaldes dicen que las ciudades están al límite de su capacidad de respuesta. Han empezado a desalojar a la gente de los albergues, agravando el problema de los indigentes y personas sin techo que duermen en las calles.
El continuo incremento de las caravanas de inmigrantes desde Centro América y México que se dirigen a la frontera sur, y el arribo de miles de inmigrantes a las principales ciudades estadounidenses ha creado una narrativa impulsada por los medios conservadores de que la frontera sur está fuera de control. Políticos sin escrúpulos como Trump han llegado a afirmar que: “Estados Unidos está siendo invadido por gente inferior y malviviente que son una amenaza a la cultura y estilo de vida estadounidense”. Lamentablemente un porcentaje importante de la población anglosajona se cree esta narrativa, creando sentimientos y acciones xenofóbicas en contra de los migrantes.
La presión legislativa y la amenaza de ‘cerrar’ la frontera
El tema migratorio es también utilizado frecuentemente por los legisladores republicanos para presionar a Biden a realizar concesiones legislativas, y sin duda será uno de los que más utilizará Trump en la campaña electoral para acusar a Biden de no asegurar la frontera y permitir la “invasión” por “hordas” de migrantes de distintas nacionalidades.
En un giro de 180 grados en relación a sus promesas electorales, el presidente Joe Biden recientemente prometió tomar medidas inmediatas para «cerrar» la frontera entre Estados Unidos y México, si el Congreso aprueba una propuesta que se está negociando en el Senado (con mayoría demócrata), al tiempo que instó a los legisladores a aprobar un proyecto de ley bipartidista «si se toman en serio la crisis fronteriza».
La nueva postura política de Biden trata de intentar salvar un acuerdo fronterizo bipartidista que se encuentra al borde del colapso después de que el líder de la minoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, reconociera en privado a otros senadores republicanos esta semana que la oposición al proyecto de ley por parte del expresidente Donald Trump, el favorito republicano para las presidenciales de 2024, pone al partido en un dilema. Trump reiteró su oposición a un acuerdo fronterizo en un post publicado en su red social Truth Social.
«¡UN MAL ACUERDO FRONTERIZO ES MUCHO PEOR QUE NINGÚN ACUERDO FRONTERIZO!». escribió Trump.
La xenofóbica agenda de Trump
Hay que tener presente que, entre las promesas más controversiales en relación a la migración, que Trump realizó cuando fue candidato presidencial por primera vez, fue la de terminar la ciudadanía por derecho de nacimiento. Eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento significaría que un niño nacido en EE.UU. de madre indocumentada no sería ciudadano estadounidense, violando lo que dice la enmienda 14. La idea de cambiar el derecho de nacimiento no es nueva, ha sido promovida por grupos ultra nacionalistas durante décadas, y cuando Trump lo propuso durante su presidencia, llego a ser parte de las discusiones políticas dentro del partido republicano. La única razón por la que Trump no intentó implementarlo fue porque el consultor jurídico de la Casa Blanca lo convenció de que sería inconstitucional, y que para aprobarlo se requeriría una enmienda constitucional.
Biden busca que el Congreso apruebe un paquete de gasto suplementario de 110.000 millones de dólares, que incluya medidas fronterizas para conseguir que los republicanos respalden más fondos para ayudar a Ucrania en la guerra contra Rusia.
Según el paquete que se debate en el Senado, el Departamento de Seguridad Nacional tendría potestad para cerrar la frontera cuando los inmigrantes que intenten cruzarla sin autorización legal superen una media diaria de 4.000 en un periodo de una semana, y si los cruces fronterizos de migrantes superan una media de 5.000 al día, el Departamento de Seguridad Nacional estaría obligado a cerrar la frontera a los migrantes que crucen sin autorización y no por los puertos de entrada legales.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, dijo que ha hablado con Trump regularmente sobre las conversaciones fronterizas, y advirtió en una carta a la Casa Blanca y el Senado esta semana que el pacto bipartidista que se acuerde en el Senado sobre fronteras e inmigración esté absolutamente «muerto al llegar» a la cámara. Y el sábado, Johnson publicó un comunicado en el que argumentaba que Biden puede detener la migración sin la ayuda del Congreso: «Puede y debe tomar medidas ejecutivas de inmediato para revertir la catástrofe que ha creado».
Ya que la Cámara Baja está dominada por los republicanos es muy difícil alcanzar un acuerdo bipartidista sobre la frontera. Esto privaría a Biden de la oportunidad de reivindicar una victoria en la lucha contra el aumento de la inmigración en la frontera sur. Sobre este tema, los republicanos han criticado duramente a Biden durante toda su presidencia, y es el que Trump explotará electoralmente durante la campaña presidencial del 2024.
La meta es atizar los sentimientos xenofóbicos y ultra nacionalistas de su base radical para su propio beneficio electoral y político.
Excelente descripción de la situación
Angel Sepulveda, muchas gracias por leer el articulo y por tu comentario. Saludos Ricardo Corzo Moreno.