Estados Unidos no parece un país para personas mayores
Si bien los ancianos son un 12 por ciento de la población estadounidense, representan un 18 por ciento de los suicidios
El pasado 3 febrero, Ethnic Media Services (EMS) se hizo eco de un tema de enorme trascendencia para la sociedad estadounidense: la vulnerabilidad de los ancianos en el país. El detonante fue el atentado masivo del 23 de enero ocurrido en Monterey Park, contra miembros de la comunidad asiática. Curiosamente, el perpetrador de la masacre era un adulto mayor, asiático también, que luego se quitó la vida.
Bajo el título “Are we taking care of immigrant Elders?” (¿Estamos cuidando a los adultos mayores inmigrantes?), la periodista y fundadora de EMS, Sandy Close introdujo la reunión preguntando: “¿Qué podemos aprender sobre la vida de los inmigrantes mayores a partir del tiroteo de Monterey Park? La mano que sostuvo el arma era la de un hombre mayor también, cuando la mayoría de estos atentados los perpetra la gente joven. No sabemos los motivos del atentado, pero mucha gente aún están sufriendo esta tragedia, que contó con diez muertos y diez heridos”. Y comentó que “los inmigrantes mayores suelen ser invisivilizados; y eso refuerza su sensación de aislamiento, miedo y vulnerabilidad. Según el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento, la tasa de suicidios en adultos mayores muy elevada en los Estados Unidos. De hecho, ellos son el 12 por ciento de la población pero ostentan el 18 por ciento de los suicidios. No hay soluciones rápidas y hoy Estados Unidos no es un país para las personas mayores. Esta conferencia de prensa es un llamado de atención para los periodistas y estadounidense en general, para que seamos conscientes de las necesidades de una población cada vez más vulnerable”.
Interesarnos por esas “vidas invisibles”
Helen Zia, autora, activista y periodista asiática-estadounidense, habló sobre sus entrevistas a inmigrantes chinos ancianos que fueron incluidas en su libro, “The last boat out of Shangai” (“Ültimo bote saliendo de Shangai”).
«Les pregunté por la niñez que les tocó vivir en China y los traumas de haber crecido en tiempos de la guerra. Muchos me decían: ´nunca le había contado esta historia a nadie porque jamás me habían preguntado nada´. Y relataron cosas terribles… De cómo iban caminando a la escuela y veían niños muertos en la calle con perros que los estaban masticando a personas siendo decapitadas; o de cómo tenían que caminar cientos de kilómetros sin saber cuándo iban a poder comer… Para mí fue un privilegio haberles resultado de confianza y estar escuchando por primera vez esas vivencias”.
Respecto al atentado de Monterey Park, Zia comentó que “en el seno de nuestra comunidad hay muchas personas que han sufrido demasiado. Muchas están aisladas o padecen problemas de salud mental. Y entonces se puede entender que se haya desencadenado en ellos un miedo colectivo tras los atentados. Sobre todo al entender que, muchas de esas personas, eran inmigrantes asiáticos y mayores como ellos, y muchas eran mujeres que estaban trabajando. Es sumamente importante que quienes estén tratando este tema, hablen también de género y de trabajo. Porque muchas de esas personas ya debieran estar jubiladas y no expuestas laboralmente. Creo que hay mucho por hacer a la hora de luchar contra la invisibilidad y el aislamiento. Y una de esas cosas es interesarse por esas vidas invisibles. No tenemos que esperar que esas personas sean asesinadas en un tiroteo. Todo depende de nosotros, los escritores y periodistas, interesarnos por esas vidas y contarlas. Yo entiendo lo difícil que es para los parientes hablar, pero es necesario. Para entender la vida real de nuestros mayores, lo primordial es que ellos nos importen”.
“HAY MUCHO POR HACER A LA HORA DE LUCHAR CONTRA LA INVISIBILIDAD Y EL AISLAMIENTO. Y UNA DE ESAS COSAS ES INTERESARSE POR ESAS VIDAS INVISIBLES. NO TENEMOS QUE ESPERAR QUE ESAS PERSONAS SEAN ASESINADAS EN UN TIROTEO”.
Helen Zia
HELEN ZIA, escritora y activista
Trabajadores indocumentados mayores de 70
Por su parte Rita Medina, directora adjunta de la Coalition for Humane Immigrants Rights, Los Ángeles (CHIRLA), hizo hincapié en la realidad laboral de los adultos mayores inmigrantes.
“Quiero que nos preguntemos por qué razón, tantos inmigrantes mayores siguen trabajando con 70 años o más. Desde CHIRLA estamos muy atentos a este tema. Y en la última década tratamos de ampliar el acceso a una cantidad de beneficios para los inmigrantes en California; sobre todo para personas indocumentadas. Pero queremos hacer hincapié en las personas mayores. A esto lo vimos de cerca con el tema de MediCal; las carencias sanitarias que tiene una población que crece y envejece de manera indocumentada por la ausencia de soluciones a nivel federal. Esta gente no tiene acceso a seguro social ni a una jubilación formal, y entonces deben seguir trabajando”.
A este respecto, Rita Medina compartió algunas estadísticas de una encuesta comunitaria que se hizo en 2019.
“La encuesta es de 17.800 personas de más de 65 años indocumentadas en California. Y sabemos que se viene un gran número de personas mayores de 50 años llegando a ese guarismo también, porque es cuando la gente empieza a pensar en tener acceso a la jubilación. Además, hay 239 mil indocumentados en California de todas las edades esperando una reforma migratoria para ajustar su status. La mayoría son trabajadores domésticos y agrícolas, empleados de la construcción o que venden en la calle. Yo les puedo hablar de miembros de CHIRLA que han trabajado durante más de diez años con nosotros, que siguen indocumentados y sus cuerpos se están debilitando porque problemas de salud o de columna por sus trabajos duros”.
Respecto al tema sanitario, la directiva de CHIRLA enfatizó que “cuando se aprobó el Medicaid en 2019, se estimó que unos 230 mil inmigrantes iban a beneficiarse en la salud. Y sabemos que desde octubre se sumaron 50 mil personas más; por lo cual se ve a las claras que la necesidad de asistencia médica existe. También estamos viendo de expandir los beneficios alimenticios a mayores de 55 años. Ese fue un compromiso que hizo el alcalde en el último presupuesto hasta 2027”.
Sin embargo, hay un tema laboral de importancia crucial, y de este modo lo expresó a directiva de CHIRLA.
“Ha habido muchos desastres climáticos en los últimos tiempos; y muchos trabajadores agrícolas están parados porque se inundaron sus tierras. Y entonces, ¿qué opciones tienen estos trabajadores si encima son adultos mayores? Es muy difícil encontrar sus datos porque no están registrados y no quieren hablar. Pero debemos resaltar que no hay jubilaciones ni apoyo financiero para nuestros mayores inmigrantes de ningún tipo. ¿Cómo se crea esto en un estado como California? Bueno, eso es algo en lo que estamos trabajando. Mucha de esta gente paga los impuestos pero no tiene acceso a beneficios porque están indocumentados. Y esto es injusto. Eso pasa también con quienes han tenido una paga muy baja a lo largo de su vida. También quería resaltar que California está haciendo varias cosas con su plan maestro sobre el envejecimiento, y planificando para los inmigrantes mayores. Y eso es muy importante también. Trabajar hasta muy mayor con alto estrés físico y corporal contribuye al deterioro. Estén pendiente los próximos meses porque vamos a lanzar una campaña compartiendo historias de los miembros de CHIRLA y todo lo que les ocurrió cuando pasaron por aquí”.
“SOBRE LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS MAYORES, LO VIMOS MUY DE CERCA CON EL TEMA DE MEDICAL (SEGURO MÉDICO); LAS CARENCIAS SANITARIAS QUE TIENE UNA POBLACIÓN QUE CRECE Y ENVEJECE DE MANERA INDOCUMENTADA DEBIDO A LA AUSENCIA DE SOLUCIONES A NIVEL FEDERAL. ESTA GENTE NO TIENE ACCESO A SEGURO SOCIAL NI A UNA JUBILACIÓN FORMAL. Y ENTONCES DEBEN SEGUIR TRABAJANDO”.
Rita Medina
RITA MEDINA, coalition for humane immigrantS rights (CHIRLA)
Sobrevivientes de Camboya o el arte de la resiliencia
Por su parte Laura Som, fundadora del MAYE Center, de Long Beach (Centro de salud para sobrevivientes de trauma, racismo sistemático, opresión e inequidad), contó parte de su historia personal y la del centro que creara.
“Yo soy camboyana-china y fui refugiada del genocidio khmer rouge (jemeres rojos). Vine a los Ángeles a los diez años, entre cientos de miles camboyanos y chinos-camboyanos de los campos de refugiados. Muchos han sufrido violencia extrema y traumas durante este genocidio, y otros tenían estrés postraumático. Nuestra comunidad ha luchado por el acceso a la salud mental y he sido testigo del deterioro de los mayores como consecuencia de la guerra, la violencia extrema y el abandono que sufrió nuestra comunidad. Se ha hecho muy poco para proteger a los niños de esto. Cuando era chica, pensé que sólo estudiando podría ayudar a mi comunidad. Hoy soy la directora ejecutiva de un centro de sanación de traumas en Long Beach, California, que proporciona medios para mejorar la salud mental de refugiados e inmigrantes. Mi formación es en bioquímica y sanación holística de traumas. La mayoría de nuestros miembros son de la misma edad que las víctimas y que el responsable del tiroteo en Monterey Park, un hecho que nos ha conmovido profundamente”.
A este respecto, la directora de MAYE Center subrayó que “el dolor y los miedos de ellos, son los nuestros. Nuestra comunidad está muy entristecida pero no sorprendida, dada la falta de apoyo a la salud mental y a la regulación del uso de armas que existe en el país. Vivimos con miedo, tenemos terror de salir a la calle y que tengamos que enfrentarnos a un tiroteo masivo. Sería demasiado fácil para nosotros culpar sólo a los autores. Y creo que debemos empezar por preguntarnos cuáles son los problemas subyacentes que llevan a un ser humano a despreciar la vida y perpetuar un asesinato así. Somos testigos silenciosos de tiroteos en escuelas y lugares donde las personas mayores buscan refugio”.
Acerca de las prioridades del MAYE Center, Som rememoró que “cuando empezamos nuestras investigaciones, intentamos saber cómo mejorar nuestra comunidad y nuestro país. Así es como fuimos construyendo nuestra resiliencia contra el trauma. Nosotros hemos sabido qué hacer. Nuestros políticos y líderes dicen saberlo también, pero el liderazgo se debiera ver en la voluntad de proteger a nuestros niños y ancianos; y que no sea mera palabrería o burocracia que sustituya al coraje necesario”.
Un tema decisivo para el trabajo del MAYE fue el de la salud mental en adultos mayores. Y así lo explicó su directora. “En los últimos nueve años de abogar por los mayores, descubrimos que muchas cosas les impiden buscar ayuda adecuada para tratar los trastornos de salud mental. Y uno de esos problemas tiene que ver con el paradigma occidental inadecuado que se aplica sobre las comunidades orientales. Necesitamos más terapeutas autóctonos que hablen nuestros idiomas. Hay muchas dificultades con nuestras traducciones; es decir, incompetencia lingüística y cultural a todos los niveles. Hay que tener más intérpretes y hace falta inversión de recursos para las comunidades extranjeras o de color de parte de los líderes gubernamentales y de las fundaciones. Hacen falta más coberturas médicas y sanitarias para servicios no tradicionales de la comunidad asiática, y una regulación urgente de las armas de fuego. También se necesitan más espacios verdes integradas para el bienestar y la salud mental de la población, ya sea en parques y zonas recreativas como complejos residenciales para mayores y comunidades en general”.
“Cuando creamos el centro MAYE Center –comentó Laura- nadie quería ayudarnos ni financiarnos. Éramos refugiados asiáticos pobres que no hablábamos el idioma y que estábamos inmersos en los traumas de la guerra. Pero yo, una niña de diez años que vivía en las calles de Long Beach, aprendí el idioma mirando dibujos animados subtitulados. Luego crecí y estudié bioquímica en la Universidad de California Riverside; y a eso, estudiar, también lo podemos hacer los más desfavorecidos. Así que, para todos los que tengan vocación de servicio, les recomiendo que empiecen por identificar las necesidades más urgentes de sus comunidades y luego busquen a todas las personas del entorno que estarían dispuestas a trabajar en estos temas. Luego, edúquense. Y exijan a sus concejales, alcaldes, representantes y líderes nacionales que inviertan en las comunidades de color. Y, sobre todo, que proporcionen recursos humanos en educación, medicina y salud mental; y personal que sea competente a nivel cultural y lingüístico para esas comunidades”.
Finalmente, Laura Som agradeció “muy especialmente a los líderes y políticos que han trabajado en el MAYE Center para poder transformar el trauma-activismo; como el congresista Robert García y Dina González. Y sobre todo a la supervisora de los Ángeles, Janice Hahn, y la subdirectora de campo, Herlinda Chico, por su apoyo y defensa de los medios apropiados para dar sanación comunitaria apoyando a centros como el nuestro, cuyo modelo es holístico e integrado de sanación de la salud mental. En este hermoso espacio de 8 acres hacemos meditación, yoga, jardinería urbana y educación para la sanación de la comunidad y el medioambiente. La idea es convertir el trauma en activismo”.
“NUESTRA COMUNIDAD HA LUCHADO POR EL ACCESO A LA SALUD MENTAL Y HE SIDO TESTIGO DEL DETERIORO DE LOS MAYORES COMO CONSECUENCIA DE LA GUERRA DE CHINA Y CAMBOYA, LA VIOLENCIA EXTREMA Y EL ABANDONO. LA MAYORÍA DE NUESTROS MIEMBROS TIENEN LA MISMA EDAD QUE LAS VÍCTIMAS Y EL RESPONSABLE DEL TIROTEO EN MONTEREY PARK, UN HECHO QUE NOS HA CONMOVIDO A TODOS, PERO A LA VEZ NO NOS HA SORPRENDIDO DADA LA FALTA DE APOYO A LA SALUD MENTAL Y A LA REGULACIÓN DEL USO DE ARMAS EN EL PAÍS. VIVIMOS CON MIEDO. TENEMOS TERROR DE SALIR A LA CALLE Y QUE TENGAMOS QUE ENFRENTARNOS A UN TIROTEO MASIVO TAMBIÉN”.
Laura Som
LAURA SOM, MAYE CENTER, LONG BEACH
Salud mental, comunidad y “estigmas”
El cuarto disertante fue el doctor Brett Sevilla, director médico del Asian Pacific Counseling and Treatment Centers, en Los Ángeles, quien explicó las características de dicha entidad.
“Nuestra agencia es una organización para la salud mental sin fines de lucro, sirviendo a familias en el sur de California. Tenemos ocho instalaciones en Riverside y no sólo proveemos tratamientos sino que, en tanto clínicas, nos movilizamos para responder a las necesidades que impactan a las comunidades asiáticas del océano pacífico. Hemos trabajado con personas impactadas por los terremotos de los ´90, hemos tratado la violencia anti asiática y ahora estamos tratando la tragedia de Monterey Park. En este último caso, el tema fue cómo responder a una situación donde, tanto las víctimas como el victimario pertenecían a la misma comunidad. Paradójicamente, ese también fue un crimen de odio contra asiáticos, pese a la nacionalidad del francotirador. Hoy estamos proveyendo apoyo emocional para las personas y familias afectadas, sobre todo a tres docenas de estudiantes que sufrían emocionalmente. Afortunadamente ellos están mejor, pero las acciones al trauma pueden seguir impactando después de mucho tiempo. Existen, también, otras personas que no se acercan y pueden sufrir en silencio, invisibles”.
Acerca del hombre asiático que disparó en Monterey Park, Sevilla afirmó que “no puedo hablar sobre la salud mental del victimario, pero su comportamiento ha sido reportado en la prensa. El hombre tenía armas y abuso de sustancias, por lo tanto ya había en esa persona indicadores de posibles problemas de salud mental. Acaso, con una mayor atención desde lo social, se hubiera prevenido ese desastre. Pero una evaluación psiquiátrica dura apenas 72 horas y es muy probable que esta persona haya sufrido algún tipo de estrés. No nos olvidemos que muchos inmigrantes chinos o camboyanos sufren estrés postraumático cuarenta años después”.
Sobre los “estigmas de la salud mental”, el doctor explicó que “cualquier condición de padecimiento psiquiátrico produce vergüenza no sólo al padeciente sino a toda la familia; que muchas vecesintenta contener y a veces ocultar a esa persona, sin buscar ayuda en otro lado. Muchas veces hay médicos de cabecera que pueden ayudar, pero muchas veces un clínico puede tener prejuicios o falta de competencia para realizar un buen diagnóstico específico. El enfoque de nuestra agencia es tener oficinas en lugares claves, proveer servicios de asistencia en los idiomas de las personas y proveer programas de recuperación, educación y divulgación comunitaria. Negociamos un entendimiento común con el familiar para ver qué podemos hacer para mejorar la situación del padeciente. Mucha gente viene a nosotros por el boca a boca, lo que nos dice no sólo que estamos trabajando bien sino también que hay una comunidad que nos necesita. Trabajamos mucho con personas de bajos recursos y la comunidad asiática”.
“NO PUEDO HABLAR SOBRE LA SALUD MENTAL DEL VICTIMARIO EN EL TIROTEO DE MONTEREY PARK, PERO SU COMPORTAMIENTO HA SIDO REPORTADO EN LA PRENSA. EL HOMBRE TENÍA ARMAS Y ABUSO DE SUSTANCIAS; POR LO TANTO, YA HABÍA EN ESA PERSONA INDICADORES DE POSIBLES PROBLEMAS DE SALUD MENTAL. ACASO CON UNA MAYOR ATENCIÓN DESDE LO SOCIAL, SE HUBIERA PREVENIDO ESE DESASTRE».
Dr. Brett Sevilla
DR. BRett SEVILLA, ASIAN PACIFIC COUNSELING AND TREATMENT CENTERS
Trabajo social con los ancianos venidos de Asia
Cerró la reunión Linda Yoon, cofundadora del Yellow Chaire Collective y responsable cultural de Asian American Therapy, en Los Ángeles.
“Esta es una agencia de Los Ángeles que provee servicio gratuito de sanación a personas que han sido directamente impactadas por la crisis. Me voy a enfocar en mi experiencia personal como trabajadora social y proveedora, tratando de entender por qué hay falta de recursos para ayudar a nuestros inmigrantes mayores”.
A continuación, la responsable cultural de Asian American Therapy contó que “los adultos mayores son una población muy vulnerables, casi invisible, y los recursos para ellos son muy limitados. Cuando yo era estudiante, en una clase de Introducción al Trabajo Social todos levantaron las manos cuando el profesor preguntó quién quería trabajar con niños, adolescentes y familias. Pero nadie la levantó cuando preguntó si alguien se interesaba en los ancianos. Ese profesor estaba desilusionado con las nuevas generaciones. Hoy, muchos estudiantes ni siquiera registran que los adultos mayores son una población que tiene muchísimas necesidades. Cuando estaba preparando el máster, me di cuenta que iba a especializarme. Así que me gradué, pero con poca información sobre cómo tratar con adultos mayores. Mi primer trabajo fue como cuidadora de ancianos, ya que ese centro necesitaba una trabajadora social que hablara algún idioma asiático. Y como yo hablaba coreano, me contrataron igual, pese a mi falta de experiencia. Me dijeron que era muy difícil encontrar una trabajadora social coreana. Una de las responsabilidades mías era hacer las evaluaciones a los pacientes. Y eran momentos muy íntimos que yo podía tener con los ancianos. Me contaban muchas cosas que no le habían contado a nadie sobre el aislamiento, la soledad y varios traumas escondidos. Muchos, incluso, terminaban llorando. Luego seguí con otros inmigrantes mayores y vi que esa soledad y aislamiento era común a todos, a pesar de las distintas comunidades. Mis retos como trabajadora social era conseguir más recursos para esa población, que era ínfima comparada a los recursos que reciben los niños y adolescentes. Esa problemática aún no se ha solucionado en los Estados Unidos”.
“MI PRIMER TRABAJO FUE COMO CUIDADORA DE ANCIANOS, YA QUE ESE CENTRO NECESITABA UNA TRABAJADORA SOCIAL QUE HABLARA ALGÚN IDIOMA ASIÁTICO. Y COMO YO HABLABA COREANO, ME CONTRATARON PESE A MI FALTA DE EXPERIENCIA. UNA DE LAS RESPONSABILIDADES MÍAS ERA HACER LAS EVALUACIONES A LOS PACIENTES. Y ERAN MOMENTOS MUY ÍNTIMOS QUE YO PODÍA TENER CON LOS ANCIANOS. ELLOS ME CONTABAN MUCHAS COSAS QUE NO LE HABÍAN CONTADO A NADIE SOBRE EL AISLAMIENTO, LA SOLEDAD Y VARIOS TRAUMAS ESCONDIDOS. MUCHOS, INCLUSO, TERMINABAN LLORANDO”.
Linda Yoon
LINDA YOON, YELLOW CHAIRE COLLECTIVE