Siete poemas de Tony Ruano
I
Ante mí
el pueblo idealizado, paralizado, estático.
Congelado en mi mente,
sólo en mi mente,
para que no se desgaste,
para que los Alisios no lo carcoman,
para que no se escape con la lluvia.
Ante mí, mi pueblo,
carcomido por la historia,
despellejado por los Alisios,
desgastado por su gente,
descongelado ante la realidad,
atrapado en un cuento fantasmagórico
que no termina.
Suspendido en un tiempo de paredes rotas,
de calles destrozadas,
de hogares enfermos de tristeza
ante el abandono,
Ante mí,
mi pueblo hundiéndose en la historia,
detenido ante el avance global,
retrocediendo a cada segundo que pasa,
acunando sólo la esperanza por divisa.
Ante mí, mi pueblo:
¡Mísera tristeza de un presente!
***
III
He vuelto a mi cuadra
con sus casas soñolientas
por el bochorno del verano
y sus techos de tejas enmohecidas, negras,
quebradas por los años,
el clima tropical,
el inclemente sol,
las pedradas de los chicos…
He regresado y todo es diferente.
Como si a nadie le importara cómo vive,
ni dónde vive,
ni por qué vive.
Observo, detenidamente, la que era mi cuadra.
Todo ha cambiado:
edificios, calles, fachadas, gente…
y el olor a rosas, jazmines, almácigos,
cedros, eucaliptos, ciruelos,
naranjos, mangos, tamarindos,
guayabos, azucenas, mariposas…
se ha opacado,
ante el vaho de supervivencia
que domina el ambiente.
***
IV
Mi casa natal ya no es mi casa;
pero siempre será mi casa.
Hace largo tiempo que no ando por sus pasillos,
ni me deleita el aroma a café
recién hecho
a las tres de la tarde,
ni observo al gato Cuso asolearse al pie de la ventana,
ni saboreo el trozo de pan de agua,
relleno con azúcar morena,
al regreso de la escuela,
ni hago las tareas
al pie de la máquina
donde mi madre bordaba canastillas
mientras los dos escuchábamos las novelas al mediodía,
ni siquiera mis padres viven ya allí;
pero esa siempre será mi casa;
aunque ya no se parezca a ella;
aunque hayan tumbado sus barandas,
hayan cerrado la ventana grande
y ya no esté la reja alta,
de balaustres gruesos, blancos y redondos;
aunque hayan eliminado la teja de cristal
que permitía a la Luna
acostarse a mi lado
mi casa natal siempre será mi casa;
aunque ya no estén la buena de Tata,
ni la negra Alejandra
para cuidar de mis sueños y mis espaldas;
aunque ya a nadie le importe
el hambre de su vecino,
la enfermedad de algún chico
o la castidad de la nueva vecina;
aunque ya nadie lleve la cuenta a la recién casada
y sólo piensen en subsistir
mi casa natal siempre será mi casa.
***
V
La calle sube la escalera.
Veintiocho escalones que conducen
a los barrios “El Copey” y “La Sabana.”
Suspiros de monjitas en “La Quinta.”
Cavilaciones de un juez que ya no ejerce.
Arboledas de mango, guayabo, tamarindo.
Maravillas rojas, anaranjadas, blancas,
convertidas en collares tropicales
que las niñas agradecen con un beso.
La calle se empina en la escalera.
Almácigos, caobas, cedros, robles,
cercas de piedra, marañón, cardo santo,
escoltan el sendero enrojecido
que se funde en el azul de la colina.
Calle de juegos y amores escondidos
entre arbustos, troncos, matorrales,
escalones, muros, puertas, ventanas…
La calle que sube la escalera
atesora buena parte de mi alma.
XVI
Caras redondas, caras alargadas,
caras cuadradas.
Mandíbulas perfectas, mandíbulas salientes,
mandíbulas barbadas.
Bigotes grandes, bigotes recortados,
bigotes enormes.
Rostros negros, rostros blancos,
rostros mestizos.
Rostros, rostros, más rostros…
Ninguno conocido.
¿Adónde han ido todos?
¿Qué se ha hecho de mi gente?
¿Dónde están mis amigos?
Rostros serios, rostros tensos,
rostros hipócritas,
rostros cínicos, rostros enfermos…
Rostros, rostros, más rostros…
Ninguno amigo.
***
XVII
Quien fuera mi novia quiere hablarme.
Se asoma tímida, huidiza.
Sólo recuerdos de quien fue persisten.
Rizos dorados, que caían en bucles,
perdiéndose tras la enorme puerta:
preciosa niña.
Cuerpo esbelto de pujantes senos:
bella joven.
Formidable hembra de formas perfectas
y sonrisa fácil: hermosa mujer.
Mi orgullo de entonces quiere hablarme.
Ajada, triste, con paso lento y cansino,
como si cargara todos los años transcurridos,
se acerca:
— Cuentan que estás muy bien, dice y sonríe.
Luego baja la cabeza y mira largo al suelo.
Sé que ha perdido un hijo en las guerras de África.
Sé que tiene un hijo preso, por rebelde.
— Sabes – dice -. Mi hija, la menor,
vive cerca de tu casa. ¡Ayúdala!
Quien fuera mi novia se esfuma en la tarde.
***
XX
Epílogo
Yo no sé cuánto durará la pleamar
o si la resaca se perpetuará en la historia
ni hasta cuándo el cieno, el miasma, la podredumbre,
continuarán hediendo a marisma podrida,
¡no lo sé!
Ignoro si la inmundicia ha dejado algo de valor
sobre la tierra
y me niego a atracar mi barca en la vieja caleta
para sólo hallar desilusión y amargura.
¡Pobre risco desterrado!
Errante sopor de un largo sueño
de almas perdidas en aguas estancadas
ante el monocorde chirriar de la cigarra.
Tal vez tarde en volver a mi caleta.
¡Quizás nunca vuelva!
Pero si regreso quiero oír rugir el mar abiertamente,
llenar mis pulmones de salitre puro,
escuchar el canto libre de mi gente
mezclado con los versos del poeta,
sin que el miedo les atasque la garganta.
***
***
Imágenes: «Palomonte«.
el pueblo idealizado, paralizado, estático.
Congelado en mi mente,
sólo en mi mente,
para que no se desgaste,
para que los Alisios no lo carcoman,
para que no se escape con la lluvia.
Ante mí, mi pueblo,
carcomido por la historia,
despellejado por los Alisios,
desgastado por su gente,
descongelado ante la realidad,
atrapado en un cuento fantasmagórico
que no termina.
Suspendido en un tiempo de paredes rotas,
de calles destrozadas,
de hogares enfermos de tristeza
ante el abandono,
Ante mí,
mi pueblo hundiéndose en la historia,
detenido ante el avance global,
retrocediendo a cada segundo que pasa,
acunando sólo la esperanza por divisa.
Ante mí, mi pueblo:
¡Mísera tristeza de un presente!
Mi felicitación por esta publicación de poemas, tan afines a la “Poesía de la Experiencia”, en la que yo también participo.
Todos los exilados hacemos unos “listados” muy propios. Listas de lo que dejamos, tan importante, no sólo por lo material, ya que son objetos cotidianos, sino por lo simbólico, para nunca más ver; lo que esperamos encontrar en el exilio; lo que, en realidad, encontramos: lo que esperamos encontrar a la vuelta y lo que, en realidad, en tu caso, encontraste; y tus líneas son el reflejo de un listado poético, cargado de energía y de perspectiva; que nos demuestra, una vez más, que cada exilio es una experiencia única, que sólo puede aunar el arte, para elevar hasta incluso lo más horrible, como ha sido la experiencia del socialismo en nuestra patria de nacimiento.
Como finalización, otro aglutinador de todos los cubanos, el mar, ese gran encuadernador, que dejó, como lomo de lo encuadernado, la bahía de La Habana, cuyas olas a ambos lados son como el pasar de las páginas de un texto, en la que Dios y los dioses escribieron, en su primera, el leitmotiv de los cubanos, Impulso de Libertad; y en su última, la conclusión de nuestro esfuerzo; sencillamente, La Libertad.
Un abrazo,
Luis Ignacio Larcada, secretario
PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio
Me impresiona la versatilidad de Tony Ruano. Supe de él por sus escritos semanales en El Nuevo Herald; después me hice de un libro suyo, luego supe que pintaba y ahora veo que también es poeta, y no un poeta cualquiera: uno buen poeta. Tony; eres todo un señor, te felicito y me felicito a mi mismo por contar con tu amistad, aun cuando sea desde lejos. Un abrazo.
La poesía tiene esa capacidad mágica de visualizar imágenes. Tony, a veces me remuerdo los hígados pensando en quienes idealizan a nuestra patria desde la utopía de un mundo perfecto cuando en realidad es un infierno, un museo de la destrucción. Tus versos son no sólo poéticos y hermosos sino que concatenan esas imágenes de manera reveladora e íntima que conmueve. No te había leído y eso me queda como tarea para el futuro pero con esta muestra pienso que has desnudado una realidad que sólo quien la ha vivido o rebuscado a fondo puede reflejar. Y con talento. Gracias por tu trabajo
Tony, your poems are great! I have difficulty reading Spanish at times and because of my laziness I always gravitate to English. However, when I read your poems it is easy and I thrill on the meaning of every word. My childhood vividly comes back. I read every line, sometimes a few times. My grandparents had a home in Cienfuegos, which one day I will visit and I hope that I would be able to write something so meaningful and beautiful as your poems and be able to pass on to others.
Thank you so much!
Tony tiene una capacidad extraordinaria para trasladarnos en tiempo y espacio a la Cuba que los exiliados dejamos atras. Su entranable Madruga debera hacerle un homenaje algun dia. Estos poemas suyos, desde el destierro, de pronto me recuerdan los versos inolvidables de Jose Maria Heredia. Yo los siento como mios y me ubico en mi pueblo natal querido, Ciego de Avila, y cualquier otro cubano puede regresar a su entorno querido, destrozado pero vivo, y a su gente, con estos poemas. Felicitaciones, Tony.
Roberto
Tony, Es siempre un placer leer tus bellos poemas y disfrutar de tus pinturas. Dios te bendijo con ese talento tan maravilloso, Mucho carino, Ray y Olga
Tony,
Como de costumbre una vez mas, muy hermosos los poemas, al leerlos, nos sentimos en cuba, en tu casa, en tu vecindario, con tu gente, con esa magia que tienes para escribir, nos trasladas a el lugar que tu deseas. Gracias por escribir!
Osmany y Yenjany
Tony,
Un gran saludo para usted y los suyos muy lindos los poemas me gustaron mucho.
Que hermoso saber q aunque lleve muchos anos aqui no te olvida de tu jente.
Te felicito!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Te saluda con carino,
Norbe y Seba.
Tony,
Es Ud. digno de admiracion. La humanidad debe saber que siente una persona exiliada, ver a su pueblo destruido, su corazon desgarrado . Ver las fotos me hizo llorar. Gracias por escribr y dejar su legado para su familia y la humanidad.
Estela